La alianza entre Renault y Ford para el desarrollo de coches eléctricos asequibles en Europa se ha convertido en uno de los movimientos industriales más sonados de los últimos tiempos. En un contexto en el que la electrificación avanza, pero la demanda no termina de despegar al ritmo marcado por Bruselas, ambas compañías han optado por unir fuerzas para ofrecer vehículos más accesibles y reducir costes en un mercado cada vez más exigente.
El acuerdo pivota sobre una idea clara. Aprovechar la experiencia eléctrica de Renault y la capacidad de diseño industrial y posicionamiento de Ford para crear una nueva generación de turismos eléctricos de precio contenido. El objetivo es pensar en todo aquel cliente europeo medio que no valora un modelo chino y el europeo se le escapa de precio. A la vez, la alianza se acompaña de la exploración de proyectos conjuntos en vehículos comerciales ligeros, un segmento clave para las dos marcas.
Dos eléctricos asequibles para Ford sobre base Renault…
El núcleo del pacto pasa por el desarrollo de dos turismos eléctricos asequibles de la marca Ford, que se apoyarán en la plataforma Ampere, la división de vehículos eléctricos y software del Grupo Renault. Esta arquitectura ya sustenta modelos como el Renault 5 E-Tech y sus hermanos Renault 4 E-Tech y Twingo E-Tech, concebidos para situarse en el entorno o por debajo de los 25.000 euros antes de ayudas.
En este esquema, Ford se encargará del diseño, la puesta a punto dinámica y la experiencia de usuario, mientras que Renault aportará la base técnica eléctrica, la ingeniería y la infraestructura industrial. Las marcas recalcan que, aunque compartan plataforma, los nuevos modelos mantendrán el ADN claramente Ford en la conducción y en la forma de interactuar con el coche, algo que la firma del óvalo considera esencial para no diluir su identidad.
Todo apunta a que estos dos modelos serán, en la práctica, una especie de reinterpretación de los Renault 5 y 4 eléctricos, ubicados en el segmento de los utilitarios urbanos y B-SUV compactos, donde se concentra buena parte del volumen europeo. Está por ver hasta qué punto se diferenciarán en diseño exterior, interior y comportamiento, pero la idea es aprovechar una base ya probada y adaptarla a los gustos del cliente de Ford.
Producción en ElectriCity: el polo eléctrico del norte de Francia…
Los nuevos coches eléctricos asequibles de Ford se fabricarán en Francia, concretamente en el complejo industrial ElectriCity que Renault ha desarrollado en el norte del país. Este hub agrupa varias plantas —con Douai como enclave principal— especializadas en la producción de vehículos eléctricos compactos, como el propio Renault 5 y su primo Nissan Micra eléctrico.
La elección de ElectriCity como sede de fabricación permite a Ford apoyarse en un ecosistema ya optimizado para la electrificación: líneas de montaje adaptadas, proveedores integrados, economías de escala y una capacidad instalada que, según Renault, puede llegar a rondar las 600.000 unidades al año de eléctricos, con potencial de ampliación. Para el grupo francés, esta alianza contribuye también a llenar esa capacidad, que hasta ahora se encontraba por debajo de las previsiones iniciales.
El primer modelo fruto de esta colaboración tiene previsto su lanzamiento comercial a comienzos de 2028, lo que marcará el inicio de una nueva ofensiva de producto de Ford en el campo de los eléctricos de acceso en Europa. El segundo vehículo llegará poco después, completando una pequeña gama con la que la marca quiere volver a competir en segmentos urbanos donde llevaba tiempo perdiendo presencia.
Un contexto de fuerte presión competitiva y regulatoria…
La alianza se enmarca en una transformación profunda hacia la movilidad eléctrica en Europa, condicionada por unos objetivos de emisiones muy ambiciosos y por una competencia internacional cada vez más fuerte. Mientras la cuota de ventas de vehículos eléctricos puros se mantiene en torno al 16 % en la UE, la normativa exige acercarse a un 25 % en 2025 para cumplir con los objetivos de CO₂, lo que está generando tensiones entre lo que pide la ley y lo que realmente demanda el mercado.
Al mismo tiempo, el aumento de la presencia de fabricantes chinos en Europa, con coches eléctricos de precio ajustado y alto contenido tecnológico, ha encendido las alarmas entre los fabricantes tradicionales. Tanto Renault como Ford son conscientes de que, sin productos competitivos en la franja de los eléctricos asequibles, resulta complicado defender cuota de mercado frente a estos nuevos rivales y frente a otros grupos europeos como Stellantis o Volkswagen, que también preparan ofensivas de modelos por debajo de los 25.000 euros.
Desde Ford se insiste, además, en la necesidad de que Europa adapte los objetivos de CO₂ a la realidad de la demanda. Directivos de la compañía han señalado que existe un notable desfase entre lo que piden las normas y lo que el consumidor está dispuesto a comprar, una brecha que complica la rentabilidad de las inversiones en electrificación. En este contexto, la plataforma Ampere se presenta como una vía para lograr economías de escala y reducir el coste por vehículo.
Impacto para Ford en Europa y papel de la planta de Valencia…
Para Ford, este acuerdo supone una vía rápida para reforzar su gama eléctrica en el Viejo Continente sin tener que asumir en solitario el coste de desarrollar una plataforma propia para turismos compactos. La compañía ya había recurrido a Volkswagen y su arquitectura MEB para lanzar modelos como los Ford Explorer y Capri eléctricos con dudoso éxito. Y ahora, suma a Renault como socio estratégico para el segmento de los urbanos asequibles.
Con la llegada de estos dos nuevos modelos, Ford aspira a tener al menos seis vehículos eléctricos en Europa a mediados de la próxima década. Sin embargo, solo algunos de ellos (como el Mustang Mach-E o el Puma Gen-E) serán desarrollos íntegramente propios. El resto se apoyarán en plataformas de terceros, lo que refleja una estrategia a dos velocidades: inversión directa en los productos de mayor margen y colaboración externa en los segmentos de volumen, donde los márgenes son más estrechos.
En cuanto a España, la planta de Ford en Almussafes (Valencia) se mantiene en el centro del debate. En los últimos años, la factoría ha visto reducirse su carga de trabajo y actualmente espera la llegada de un nuevo modelo multienergía alrededor de 2027, que le permita recuperar volumen de producción. La compañía ha subrayado que la alianza con Renault no altera de momento los planes para Valencia y que la planta seguirá jugando un papel clave en su reestructuración industrial en Europa, aunque los detalles concretos se conocerán más adelante.
Beneficios industriales para Renault y validación de Ampere…
Para Renault, el acuerdo tiene una doble lectura. Por un lado, refuerza el posicionamiento de Ampere como plataforma de referencia para eléctricos compactos en Europa, capaz de atraer a fabricantes externos más allá de las alianzas tradicionales del grupo con Nissan y Mitsubishi. Por otro, contribuye a mejorar la utilización de la capacidad instalada en ElectriCity, que no había alcanzado todavía las cifras previstas de producción de vehículos eléctricos.
La marca francesa lleva tiempo apostando por recortar los tiempos de desarrollo y abaratar costes, además de mejorar las baterías para coches eléctricos, mediante plataformas modulares y procesos más ágiles. Modelos como los Renault 5, Renault 4 o el Twingo se inscriben en esa estrategia, que ahora suma un socio de peso como Ford para ganar volumen. Los directivos de Renault destacan que unir fuerzas les permitirá ser más innovadores y ágiles en un mercado europeo en rápida transformación.
Esta operación se suma a otros proyectos donde el grupo galo ha puesto sus bases eléctricas al servicio de terceros, reforzando la idea de que la escala es esencial para sobrevivir en la transición hacia el vehículo cero emisiones. En un entorno en el que las inversiones son muy elevadas y la rentabilidad no está garantizada, compartir plataformas y centros productivos se ha convertido casi en una condición necesaria.
Exploración de una cooperación en vehículos comerciales ligeros…
Más allá de los turismos, la alianza incluye una carta de intenciones para estudiar proyectos conjuntos en vehículos comerciales ligeros destinados al mercado europeo. Se trata de un segmento en el que ambas compañías cuentan con un fuerte bagaje. Ford con su conocida gama Transit y Renault con modelos como Kangoo o Master, además de una amplia implantación industrial en Francia.
El objetivo de esta posible cooperación sería compartir plataformas, tecnologías de electrificación, conectividad y software enfocados a flotas y logística, aprovechando sinergias para reducir costes y acelerar el lanzamiento de nuevos productos. En un momento en que las ciudades europeas endurecen las normas de acceso y empujan a la electrificación de las flotas de reparto urbano, disponer de comerciales ligeros eficientes y asequibles se ha convertido en un factor clave para mantener la competitividad.
Ambas empresas han dejado claro que, por ahora, esta colaboración se limita a proyectos concretos y no conlleva la creación de una sociedad conjunta ni el reparto de riesgos financieros o legales. No obstante, si los primeros resultados son positivos, no se descarta que el acuerdo se amplíe a más iniciativas en el futuro.
Respuestas estratégicas frente a un mercado incierto…
El movimiento de Renault y Ford encaja en una tendencia cada vez más evidente en la industria. Colaborar para ganar tamaño y contener las inversiones en un entorno incierto. Los márgenes de los coches eléctricos de acceso siguen siendo ajustados, la demanda avanza más despacio de lo previsto y la regulación europea marca un calendario de descarbonización muy exigente, con la prohibición de vender turismos de combustión a partir del año 2035.
En este escenario, alianzas como la de Ampere de Renault con Ford les permite repartir los riesgos, compartir tecnología y aprovechar instalaciones existentes para lanzar productos competitivos sin disparar el gasto en I+D e infraestructuras. Para el consumidor europeo, la consecuencia más visible debería ser una oferta más amplia de coches eléctricos asequibles de marcas conocidas, con garantías, redes de servicio y un grado de madurez tecnológica mayor que el de hace solo unos años.
Con esta unión, Ford refuerza su presencia en el mercado eléctrico europeo mientras redefine su estrategia industrial, y Renault consolida su papel como proveedor de tecnología y capacidad productiva en la nueva era del coche eléctrico. El resultado es un frente común que pretende plantar cara a la competencia externa y a la presión regulatoria mediante una combinación de escala, eficiencia y productos alineados con el bolsillo y las necesidades del cliente europeo medio.
Fuente – Renault Group – Ford Motor Company
Imágenes | Renault Group – Ford Motor Company
