El sensor lambda, también conocido como sonda lambda o sensor de oxígeno, es un componente clave en los vehículos actuales. Su principal función es medir la cantidad de oxígeno en los gases de escape y transmitir esta información a la centralita del coche, ajustando así la mezcla de aire y combustible para optimizar la combustión. Un sensor lambda en mal estado puede provocar todo tipo de problemas en el motor, desde un consumo excesivo de combustible hasta fallos en la prueba de emisiones, algo que no es deseable para ningún conductor.
En este artículo, te explicaremos a fondo qué es un sensor lambda, cómo funciona, cuándo necesitas revisarlo y cómo detectar si está fallando. Además, si ya sabes que tienes un problema con tu sonda lambda, te explicaremos cómo puedes sustituirla. Esta información es importante tanto para conductores comunes como para aquellos que buscan mantener la eficiencia del motor y reducir las emisiones de su vehículo.
¿Qué es el sensor lambda y cómo funciona?
El sensor lambda se encuentra en la línea de escape de tu vehículo, generalmente antes y después del catalizador. Su función principal es medir el porcentaje de oxígeno no quemado en los gases de escape. Si la mezcla de aire y combustible es demasiado rica (con exceso de combustible), el sensor lo detecta y envía la información a la centralita para que ajuste la cantidad de combustible. Si, por el contrario, la mezcla es demasiado pobre (poco combustible y mucho oxígeno), también lo comunica para que se realice una corrección adecuada.
El objetivo del sensor lambda es mantener una mezcla estequiométrica perfecta (14,7 partes de aire por cada parte de combustible). Esto no solo garantiza que el motor funcione eficientemente, sino que también ayuda a reducir las emisiones contaminantes.
Tipos de sensor lambda
Existen varios tipos de sensor lambda:
- Sensor de zirconio: es el más común y funciona generando voltaje en función de la diferencia en la concentración de oxígeno entre los gases de escape y el aire exterior.
- Sensor de titanio: este mide la resistencia en lugar del voltaje y es menos común, utilizado principalmente en vehículos más antiguos o específicos.
- Sensor lambda de banda ancha: utilizado en vehículos más modernos, proporciona una medición más precisa y es esencial para cumplir con normativas de emisiones más estrictas.
Los modernos vehículos suelen tener más de un sensor lambda. Uno antes del catalizador para medir el oxígeno en los gases de escape y otro después para medir la eficacia del catalizador. Las mediciones de estos sensores irán a una de las entradas de información de la ECU, y ésta procesará dicha información y hará modificaciones si es necesario en la inyección de combustible, etc.
Mantenimiento y reparación
La sonda lambda tiene una vida útil de aproximadamente 100.000 a 160.000 kilómetros, dependiendo del modelo de coche. El malfuncionamiento de este sensor puede detectarse a través de síntomas como un rendimiento deficiente del motor, un consumo de combustible mayor de lo normal y la luz de fallo del motor encendida.
Síntomas de un sensor lambda defectuoso
Un sensor lambda defectuoso puede causar varios problemas que afectarán tanto el rendimiento del coche como su impacto ambiental. Algunos de los síntomas más comunes son:
- Rendimiento del motor irregular: el vehículo puede dar tirones, perder potencia, o acelerar de manera ineficiente.
- Aumento en el consumo de combustible: con un sensor defectuoso, la mezcla de aire y combustible no será óptima, lo que resultará en un mayor consumo.
- Emisiones de escape más altas: un sensor en mal estado puede hacer que el motor queme más combustible del necesario.
- La luz de “Check Engine” se enciende: la centralita puede detectar el fallo del sensor y encender esta luz para avisarte.
Es vital llevar el vehículo al taller si se nota cualquiera de estos síntomas. Un sensor lambda fuera de servicio no solo afecta la eficiencia del motor, sino que también puede provocar daño a otras partes del sistema de emisiones, como los catalizadores.
En ocasiones puede ser simplemente un sensor sucio, y limpiando dicho dispositivo se soluciona. Para ello existen productos específicos:
Cómo realizar el diagnóstico
Para confirmar que el sensor lambda está fallando, hay varias técnicas que pueden usarse:
- Utilización de un escáner OBD-II: este equipo se conecta al vehículo y permite monitorear los datos de la sonda en tiempo real. Si el voltaje fluctúa lentamente o no fluctúa, es probable que el sensor esté defectuoso.
- Inspección física: puedes revisar el sensor visualmente. Busca signos de acumulación de hollín, aceite o daños en el cableado.
- Pruebas de multímetro: un multímetro digital puede medir la resistencia del elemento calefactor de la sonda. Valores fuera de los rangos normales indican un fallo.
Para los vehículos de marcas como Volkswagen, Audi, Seat y Skoda, se puede utilizar la herramienta de diagnóstico VAG COM, que ofrece un análisis en profundidad del sensor lambda.
Causas comunes del fallo
El sensor lambda puede fallar debido a varias razones. A continuación, se enumeran algunas de las más comunes:
- Contaminación: la acumulación de plomo, aceite u hollín puede dañar la sonda, impidiéndole realizar mediciones precisas.
- Condiciones extremas: temperaturas muy altas o vibraciones severas pueden reducir la vida útil del sensor.
- Problemas de cableado: conexiones sueltas, cortocircuitos o circuitos abiertos también pueden causar fallos en el sensor.
- Fugas en el escape: las fugas pueden afectar la lectura de la sonda y dañar el sensor.
Cómo cambiar un sensor lambda
Si ya has diagnosticado el fallo del sensor lambda y necesitas cambiarlo, los pasos a seguir son los siguientes:
- Eleva el vehículo si es necesario y localiza la sonda. Dependiendo de su ubicación, podría estar accesible desde el compartimento del motor o debajo del coche.
- Desconecta el conector del cableado del motor y utiliza una llave especial para desenroscar la sonda vieja.
- Aplica grasa de grafito a la rosca del sensor nuevo antes de instalarlo para facilitar su extracción futura.
- Atornilla el nuevo sensor y conecta los cables correspondientes. Si estás utilizando una sonda universal, tendrás que realizar las conexiones del kit suministrado con el sensor.
Este proceso es relativamente sencillo, pero si no te sientes cómodo realizándolo, te recomendamos que acudas a un profesional…