Señores, han llegado para quedarse. SĂ, los sistemas multimedia han evolucionado tanto que han pasado de ser simples aparatos para reproducir mĂșsica a travĂ©s de la radio, CD o pendrive para convertirse en ordenadores complejos que se ubican en la parte media alta de los salpicaderos de los coches. Su evoluciĂłn ha sido tan rĂĄpida, que muchas personas que no estĂĄn familiarizados con estos sistemas no los quieren e incluso los ven peligrosos.
Las cosas como son, antes los salpicaderos de los coches contaban con muchos botones e interruptores, pero a menos que el conductor no tuviera mucho interĂ©s, todos estaban bajo control y siempre se sabĂa para quĂ© servĂan. Hoy dĂa muchos conductores ven con recelo las pantallas de los sistemas multimedia, pues aglutinan tal cantidad de informaciĂłn que no logran dominarlas.
Con esto que queremos decir, pues lo mismo que la AAA Foundation for Traffic Safety (FundaciĂłn Estadounidense para la Seguridad Vial) y es que los sistemas multimedia son peligrosos para la seguridad de los conductores y pasajeros. El exceso de informaciĂłn que se muestra en sus pantallas es tal que durante la conducciĂłn es complicado manejar estas pantallas sin tener que desviar la vista de la carretera mĂĄs de un segundo.
Este problema no hace mĂĄs que crecer, pues los fabricantes no dejan de implementar funciones en sus sistema multimedia, como navegaciĂłn, aplicaciones para redes sociales, telĂ©fono, mĂșsica o incluso todo el manejo de los sistemas de seguridad con los que cuenta el vehĂculo. AdemĂĄs, algunas marcas han pasado a eliminar los controles fĂsicos de la climatizaciĂłn para integrarlos en estas pantallas, complicando aĂșn mĂĄs si cabe el control de Ă©ste sistema por parte del conductor.
Para demostrar su elevada peligrosidad, se ha llevado a cabo un estudio (podĂ©is leerlo completo pinchando en la fuente) en el que se llega a la siguiente conclusiĂłn: ningĂșn sistema multimedia moderno es fĂĄcil de usar. La razĂłn de ello es por dos motivos: primero por la idiosincrasia propia de las pantallas tĂĄctiles (brillos, necesidad de pulsar varias veces para realizar una funciĂłn, excesivo tamaño) y segundo la falta de adaptaciĂłn a las nuevas tecnologĂas.
A colaciĂłn de esta situaciĂłn os puedo decir que muchas veces menos es mĂĄs, y que poner sĂșper pantallas en los salpicaderos de los coches puede ayudar a que se vendan ciertos modelos, pero muchos clientes huyen de Ă©stos para evitar problemas de fiabilidad futuros.
Fuente â AAA Foundation for Traffic Safety