En un momento en el que la demanda de combustibles fósiles sigue disminuyendo, Stellantis ha decidido reforzar su estrategia hacia la sostenibilidad con un enfoque particular en las baterías de litio y azufre. Este tipo de baterías, consideradas por muchos como una tecnología revolucionaria, pretenden abordar las limitaciones que enfrentan los vehículos eléctricos en términos de autonomía y sostenibilidad.
Stellantis, uno de los gigantes del sector del automóvil considera que las baterías de litio y azufre representan una solución viable para resolver los desafíos relacionados con la dependencia de materiales costosos y poco sostenibles como el cobalto y el níquel. Las nuevas baterías prometen ser más respetuosas con el medio ambiente, a la vez que permita aprovechar mejor otros materiales más abundantes como el azufre.
Ventajas de las baterías de litio y azufre
Una de las principales ventajas de esta tecnología es su mayor densidad energética, lo que significa que pueden almacenar más energía en menos espacio. Este hecho no solo beneficiará a los vehículos eléctricos en términos como la autonomía, sino que también reducirá el peso de los mismos, mejorando su eficiencia global.
Además esas baterías son significativamente más económicas de producir. Gracias a que el azufre es un material más abundante y de bajo coste, la fabricación de estas baterías no solo es más barata, sino también más sostenible desde un punto de vista medioambiental.
La sostenibilidad como eje central
El actual enfoque en las baterías de litio y azufre refleja un movimiento consciente dentro de Stellantis para reducir su impacto ambiental. A diferencia de las baterías tradicionales que dependen de la extracción intensiva de litio y cobalto, las nuevas baterías intentan minimizar su impacto promoviendo el uso de materiales alternativos y más accesibles. Los retos no desaparecen por completo. Entre ellos destacan la vida útil de las baterías y la necesidad de incrementar la estabilidad electroquímica. Sin embargo, los avances tecnológicos están demostrando que estos obstáculos son superables, allanando el camino hacia una adopción masiva de esta tecnología.
Proyección hacia el futuro
El diseño de estas baterías forma parte del objetivo de Stellantis de liderar la transformación hacia una movilidad sostenible. Este compromiso no solo busca innovar en términos técnicos, sino también centrarse en la construcción de una infraestructura que permita su uso generalizado. La empresa prevé que la implementación de estas baterías podría desempeñar un papel fundamental en los vehículos eléctricos de próxima generación, no solo reduciendo los costes de producción, sino también haciéndolos más accesibles para un mayor número de personas.
Stellantis trabaja con instituciones tecnológicas y otros pioneros del sector como Zeta Energy para garantizar que las baterías cumplan con altos estándares de rendimiento y sostenibilidad. Esto, además, incluye esfuerzos para garantizar su reciclabilidad y optimizar su eficiencia energética. En conjunto, estas baterías prometen un coste por kWh reducido a más de la mitad, una carga un 50% más rápida y un peso significativamente menor. Además esta tecnología ha sido desarrollada para poder implementarse en las gigafábricas que Stellantis ya tiene activas.
Si todo va bien en Stellantis esperan tener activas las baterías de litio y azufre para antes de que 2030 llegue. A ello se suma el objetivo de que con ellas, y el resto de medidas que están tomando, podrían llegar a la neutralidad en las emisiones de CO2 de cara al año 2038. Por tanto, habrá que esperar a ver cómo evolucionan para saber cuándo nos van a impresionar con su lanzamiento y los modelos que las equiparán. A buen seguro serán los desarrollados sobre la plataforma Smart Car ya que han de ser los más económicos de venta y aún así tienen que ser rentables.
Ya veremos…
Fuente – Zeta Energy – alVolante
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