El fabricante hindú Tata Motors dio la campanada en el Salón del Automóvil de Nueva Delhi celebrado en el año 2008. En esta cita, presentó al mundo de forma oficial al pequeño Nano, modelo con el que querían traer al presente de la India (y de medio mundo) el éxito que supusieron míticos modelos, como el Ford Model T en Estados Unidos o el Fiat 500 de la Italia de posguerra.
Para alcanzar este objetivo, el Nano conjugaba una carrocería de reducidas dimensiones (3,1 metros), un habitáculo con espacio suficiente para acoger a cuatro ocupantes (gracias a una batalla de 2,2 metros), una capacidad de maletero de 150 litros y un diseño agraciado. Sin embargo, sus posibilidades de equipamiento y seguridad dejaron mucho que desear desde el primer momento, y su precio, que a priori debía ser muy contenido, fue subiendo con el paso del tiempo.
En un primer momento Tata Motors estimó que el Nano podría alcanzar un nivel de ventas anual de 250 mil unidades. Estos cálculos se realizaron teniendo en cuenta que debía ser el vehículo que motorizara a la India, haciendo que sus habitantes dejarán aparcadas las bicicletas y motos y se pasaran a las cuatro ruedas. Sin embargo, las cifras de ventas logradas por el Nano nunca alcanzaron este dato, pues en su mejor año sólo alcanzó las 70 mil entregas.
En la actualidad, el precio del Tata Nano ha pasado de los 1.985 dólares que costaba al inicio de su comercialización a los 3.500 dólares, dejándolo, por tanto, sin argumentos ante modelos más modernos, mejor equipados y sólo un poco más caros. Teniendo en cuenta esta situación, Tata ha decidido cesar su fabricación a la espera de dictaminar qué hacer con el futuro del modelo.
A pesar de las mejoras en equipamiento y seguridad introducidas, el pasado mes de junio, de su fábrica salió una única unidad del Nano frente a las 275 que se ensamblaron en el mismo mes del pasado año. En caso de ser necesario, la fabricación del Nano (en su actual configuración) podría mantenerse hasta 2019, pues más allá de esa fecha no cumpliría con las normativas de seguridad y emisiones.
De cara al futuro, en la firma hindú están evaluando la posibilidad de realizar una nueva inversión para desarrollar un sustituto, o si por el contrario dejarlo sin relevo generacional. Sea como fuere, su espíritu era el de revolucionar el sector del automóvil mundial, y aunque su brillo se ha ido apagando con el paso del tiempo, siempre quedará en los libros de historia como un buen intento para revolucionar la movilidad en la India.
Requiescat in pace.
Fuente – Autocar