Hasta el nacimiento de la última generación del Toyota Prius la firma japonesa trabajaba para crear sus modelos con varias plataformas. Fue con la llegada de este modelo que las cosas cambiaron, pues se estrenó la ultra moderna plataforma modular TNGA que llevaban varios años diseñando. Con esta arquitectura reducirán severamente sus costes productivos y de desarrollo de sus modelos. Sin embargo, una vez está lista y bajo la piel de varios modelos, tienen que acometer grandes reformas en sus plantas para poner en funcionamiento sus líneas productivas.
Esta acción es la cara «b» de crear una plataforma común para todos sus futuros lanzamientos. Una vez realizada la multimillonaria inversión para diseñar la plataforma TNGA han de acometer nuevas inversiones para adaptar sus fábricas a esta plataforma y en este punto es donde se encuentra ahora mismo Toyota. La marca japonesa sabe que su rentabilidad futura depende de la amortización de esta arquitectura y por ello necesita con urgencia empezar a utilizarla, aunque para ello tengan que emplear más dinero.
Teniendo en cuenta esta necesidad, la firma japonesa ha hecho público que destinarán un paquete de unos 1,3 mil millones de dólares para actualizar las líneas productivas de una de sus fábricas americanas. La planta elegida es la que tienen en Kentucky y es la primera situada fuera de Japón que recibirá la plataforma modular TNGA. En esta plaza se ensamblará la próxima generación del Camry junto con otros modelos y por estar tan cerca en el tiempo la llegada de la nueva berlina media de la marca es que han decidido empezar por aquí.
En la fábrica de Kentucky trabajan actualmente más de 8 mil personas, pues es uno de los centros productivos más importantes de Toyota en el mundo por capacidad productiva y versatilidad. Prueba de ello es que su plantilla de trabajadores no ha dejado de crecer en los últimos meses, pues la demanda de los modelos allí ensamblados no ha dejado de crecer y por tanto han de cubrirla ampliando plantilla y personal.
Esta magnánima inversión, según Jim Lentz, forma parte del plan de crecimiento que Toyota ha puesto en marcha en los Estados Unidos. El plazo para su ejecución es de unos cinco años y la cantidad que se desembolsará superará los diez billones de dólares.
Fuente – Toyota