La planta de Volkswagen en Navarra, ubicada en Landaben, cerró 2024 con una producción total de 274.688 vehículos, una cifra que la posiciona como la cuarta fábrica mundial de la marca por volumen, únicamente superada por Wolfsburg en Alemania, Puebla en México y Bratislava en Eslovaquia. Este resultado, equivalente al 9 % del total de la producción global de Volkswagen, refleja un ligero aumento respecto al año anterior, con 1.415 coches más fabricados.
En un contexto de transformación impulsado por las obras de electrificación, la fábrica se prepara para abrazar nuevos retos. La inclusión de dos modelos eléctricos, un Volkswagen y un Škoda previstos para el año 2026, marca el inicio de una nueva etapa para Landaben, que busca consolidar su relevancia en la estrategia global de sostenibilidad del gigante automovilístico.
Producción por modelos y evolución en motorizaciones
Durante el 2024, el modelo T-Cross lideró la producción en Landaben con 143.394 unidades, seguido por el Taigo con 99.507 y el Polo con 31.787 vehículos fabricados hasta su retirada. En cuanto a las motorizaciones, más de la mitad de los vehículos (56 %) contaron con motores de 1.0 litros y 85 kW, mientras que el 63 % de los clientes optaron por el cambio automático DSG, consolidando la tendencia creciente en comparación con el 55,3 % de 2023.
La planta mantuvo su ritmo de trabajo a pesar de los retos logísticos propios de las obras de adaptación que avanzan según lo previsto. Estas modificaciones permitirán la integración en 2026 de los dos modelos eléctricos, que convivirán con los actuales T-Cross y Taigo impulsados por motores de combustión.
El emblemático adiós al Polo
El año 2024 también marcó el final de una era, con el cese de la producción del icónico Polo en julio. Desde 1984, el Polo había sido uno de los pilares de la planta, con un total de 8.422.161 unidades producidas. La última unidad ensamblada, un modelo Life 1.0 TSi de 95 CV en color azul, se destinó al mercado español, cerrando un capítulo histórico en Landaben. El Polo, símbolo de una tradición que duró cuatro décadas, trasladó su montaje a Sudáfrica, abriendo espacio para que la planta navarra enfoque su actividad en los futuros modelos eléctricos.
Michael Hobusch, presidente de Volkswagen Navarra, destacó la importancia de este cambio…
“El Polo nos ha permitido convertirnos en un referente dentro del consorcio Volkswagen. Ahora damos un paso importante hacia el futuro con la electrificación, un desafío emocionante que nos posicionará como líderes en esta nueva etapa.”
Perspectivas para 2025 y ajustes en la producción
De cara al año 2025, Volkswagen Navarra prevé un ajuste en la producción, estimando una cifra entre 220.000 y 230.000 vehículos. Aunque esta cantidad es inferior a la registrada en 2024, supera ampliamente las 150.000 unidades contempladas en los planes iniciales elaborados en 2023. El descenso temporal en la capacidad productiva se atribuye a la continuidad de las obras necesarias para la electrificación.
Para garantizar la estabilidad de la plantilla y adaptarse a los cambios, la fábrica implementará un ERTE durante 2025, como medida preventiva para regular la actividad en función de las necesidades operativas. No obstante, Landaben refuerza su compromiso con el futuro de la marca, asegurando que estos ajustes permitirán consolidar su posición como un pilar estratégico dentro del consorcio Volkswagen.
Volkswagen Navarra mantiene su firme apuesta por la evolución, demostrando su capacidad de adaptación frente a todos los retos de la industria y reafirmando su papel crucial en un contexto global cada vez más orientado hacia la movilidad sostenible. Con un legado de innovación y excelencia, la fábrica mira hacia el futuro con confianza mientras avanza en su transición hacia la electrificación.
Fuente – Volkswagen
Imágenes | Volkswagen