Desde que Donald Trump llegĂł a la Casa Blanca como presidente de los Estados Unidos, muchas cosas han cambiado, y no siempre han sido para mejor. Uno de los frentes sobre los que está malmetiendo trabajando es en crear inestabilidad en el sector del automĂłvil mundial, pues la guerra comercial que ha iniciado contra antiguos socios comerciales de su paĂs, es completamente absurda.
Fruto de esta surrealista situaciĂłn, ha logrado algo que parecĂa imposible: poner a todo el sector del automĂłvil mundial en su contra. Las primeras empresas que protestaron ante sus tropelĂas fueron Volvo y Harley-Davidson, pero finalmente no han sido las Ăşnicas. Firmas asentadas en el sector, como BMW o la mismĂsima Buick están llevando a cabo movimientos estratĂ©gicos para evitar las consecuencias de las charadas del presidente americano.
De entrada, BMW ha decidido que incrementará la producciĂłn del SUV X5 en la factorĂa que tienen en Tailandia. Con esta maniobra quieren esquivar los aranceles que tienen que pagar los productos americanos para entrar en China, uno de los mercados más importantes del SUV bávaro. Volvo, que tambiĂ©n es otra de las marcas afectadas, está considerando repatriar parte de la producciĂłn que tiene en sus factorĂas chinas a las suecas. Además, estarĂan barajando quĂ© hacer con el nuevo S60, pues por ahora sĂłlo se fabrica en Estados Unidos.
Con todo, la firma que mayor sorpresa ha dado es Buick. La segunda firma premium de General Motors fabrica en China el todo camino Envision. La razĂłn para ello, es que en el paĂs asiático comercializa al año más de 200 mil unidades, frente a las escasas 40 mil que factura en su paĂs natal. Por ello, ha solicitado una exenciĂłn de impuestos a su entrada en Estados Unidos desde China.
Por si la concesiĂłn de esta exenciĂłn fuera denegada, General Motors ha activado un plan de emergencia para que la red comercial de Buick pueda asegurar su stock de Envision para seis meses. En todo caso, y a diferencia de BMW o Volvo, para la marca americana no es rentable el traslado de la producciĂłn de un continente a otro, ya que es un modelo al que no le queda una elevada vida comercial y por tanto, el coste tirarĂa por tierra su rentabilidad.
Habrá que ver cĂłmo se desarrollan los acontecimientos, pero si las marcas abandonan paulatinamente la producciĂłn en Estados Unidos, su futuro estará muy comprometido. Por lo pronto, Trump está aprobando ayudas y subvenciones al sector agrĂcola de su naciĂłn, pero siendo prácticos, estas ayudas son «pan para hoy y hambre para mañana». Que la luz te ilumine Mr. Presidente».
Fuente – Automotive News