La Unión Europea ha decidido imponer aranceles provisionales a los cochess eléctricos chinos, que oscilarán entre el 17% y el 38%, a partir de julio. Esta medida busca equilibrar la competencia en el mercado automovilístico, ya que se considera que los fabricantes chinos han estado recibiendo subsidios estatales que les otorgan una ventaja injusta, haciendo que los coches europeos no puedan competir en igualdad de precios.
Los aranceles afectarán a grandes fabricantes como BYD, Geely y SAIC, con tasas específicas asignadas a cada uno. Además, se aplicará un arancel medio del 21% a aquellos fabricantes que han colaborado en la investigación de la Comisión Europea, mientras que los que no lo hicieron enfrentarán un arancel del 38,1%, como «castigo».
La decisión ha generado un debate entre los estados miembros de la UE. Francia y España han defendido estas tarifas, argumentando que protegerán la industria automotriz europea y generarán ingresos significativos a través de las ventas de vehículos eléctricos chinos en Europa.
Por otro lado, Alemania, Suecia y Hungría se oponen a los aranceles, preocupados por las posibles represalias de China y el impacto en sus propias exportaciones al país asiático. Alemania, en particular, teme que China pueda bloquear sus exportaciones, lo que sería un golpe duro para su economía, ya que es un mercado importante para los fabricantes alemanes de automóviles. Y es que, los fabricantes europeos, lograron un 6% de cuota en China, lo que no es nada despreciable.
China ha advertido que tomará medidas si se imponen estos aranceles, lo que podría incluir bloquear las exportaciones europeas. Esto ha llevado a algunos países a presionar para que se cancele la investigación antisubsidios. La situación es delicada, ya que la UE no quiere cerrar su mercado a los vehículos eléctricos chinos, que son fundamentales para la transición ecológica, pero al mismo tiempo busca garantizar una competencia justa.
El impacto en el mercado de coches eléctricos chinos
El impacto de los aranceles en las importaciones de coches eléctricos chinos podría ser significativo. Según un estudio del Kiel Institute, aumentar los aranceles en un 20% podría reducir las importaciones en un 25%. Esto podría compensarse con un aumento de la producción dentro de la UE y un menor volumen de exportaciones de vehículos eléctricos, lo que probablemente resultaría en precios más altos para los consumidores finales. De hecho, este parece ser el camino seguido por algunos fabricantes chinos, como Chery, que ha elegido la antigua zona de Nissan en Barcelona, para producir los primeros coches chinos dentro de Europa.
Además, la normativa Euro 7 también podría encarecer los vehículos, sin necesariamente reducir la contaminación. En cuanto a las cuotas de mercado, la Comisión Europea espera que los vehículos eléctricos chinos mantengan cerca del 15% de cuota de mercado en la UE en 2025.