El motor limita en gran medida la vida útil de un coche, hay averías irreparables que marcan este límite. Existen coches con chasis y carrocerías muy dañadas y siguen funcionando sin problemas. Yo he visto desde coches que les faltan algunos elementos, hasta otros que tienen agujeros en el habitáculo, etc., pero que siguen funcionando.
Sin embargo, como cualquier componente mecánico, los motores no son eternos y, con el tiempo o por diversas causas, pueden sufrir averías que los convierten en irreparables o cuya reparación resulta inviable por su elevado coste.
¿Cuáles son las averías irreparables?
Determinar si un motor sufre una avería irreparable no siempre tan sencillo. Depende de varios factores, como la gravedad de la avería, el modelo y valor del vehículo, la disponibilidad de repuestos y, por supuesto, el coste de la reparación. Algunas de las averías irresolubles más frecuentes son:
- Daños graves en el bloque motor: el bloque motor es la base sobre la que se sustentan todos los componentes del motor. Si este sufre grietas, deformaciones o roturas significativas, su reparación suele ser inviable o demasiado costosa como para que merezca la pena arreglarlo. También suelen ser muy complejos los problemas con la culata, cuando ésta se funde por sobrecalentamiento y «suelda» las dos partes del motor, ya que esto supone separar y rectificar el motor, modificando también la capacidad de los cilindros, etc. Es más sencillo sustituir el coche completo si es más antiguo, o cambiar el motor completo en otros casos.
- Daños en el cigüeñal: El cigüeñal es el eje central del motor que transmite la fuerza de los pistones a la transmisión. Si este se rompe o dobla por un accidente, la reparación suele ser muy compleja y costosa, por lo que a menudo se opta por reemplazar el motor completo.
- Desgaste excesivo: con el uso y el paso del tiempo, los componentes del motor se desgastan. Si este desgaste es excesivo, especialmente en piezas como los pistones, bielas o anillos, la reparación puede ser inviable o poco rentable. Esto no solo sucede a vehículos muy antiguos, también a algunos relativamente nuevos que tienen muchos kilómetros, o que están mal mantenidos, olvidando comprobar el aceite lubricante, la refrigeración, etc.
- Daños por incendio o inundación: un incendio o una inundación en el motor pueden provocar daños irreparables en sus componentes electrónicos, cableado y otros elementos. En estos casos, la reparación suele ser muy costosa o incluso imposible, por lo que en el taller directamente te recomendarán pensar en comprar otro coche. Ten en cuenta que en los incendios quedará todo calcinado, y es posible que haya explosiones por el combustible, y en caso de inundación, si el agua entra en todo el motor, con contaminación como el lodo o barro, es todo un desastre.
- Batería dañada: en los vehículos eléctricos, las baterías de litio suelen costar una auténtica fortuna, a veces de 8000€ en algunos casos. Por tanto, en caso de que la garantía esté mal y no esté en garantía, lo mejor es pensar en una alternativa si no se trata de un coche demasiado nuevo.
En estos casos, cuando el motor tiene una avería irreparable, lo mejor es pensar en una de las siguientes opciones:
- Vender el coche como chatarra: si el vehículo ya tiene una edad considerable o presenta otros problemas demasiado graves, puedes venderlo como chatarra a un desguace. Estos establecimientos te pueden dar algo por lo que se pueda seguir aprovechando de tu coche, al menos, le sacarás algo a la chatarra.
- Vender el coche para piezas: si el resto del vehículo se encuentra en buen estado, puedes venderlo a un desguace o a un particular interesado en aprovechar sus piezas como repuesto para otros modelos idénticos al tuyo. De esta forma también lo rentabilizas, y los demás podrán tener recambios más baratos que los originales nuevos.
- Reemplazar el motor: si el vehículo tiene un valor sentimental o económico considerable, puedes optar por reemplazar el motor por uno nuevo o reconstruido al completo. Sin embargo, esta opción suele ser bastante costosa.
- Comprar un coche nuevo o de segunda mano: si las opciones anteriores no son viables para ti, puedes considerar comprar un coche nuevo o usado.
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