Generación a generación, el Mustang sigue dejándonos boquiabiertos por prestaciones, diseño y fidelidad al mito clásico. Si ya estábamos completamente enamorados de la versión Dark Horse con sus más de 450 CV, el nuevo Ford Mustang GTD que veis sobre estas líneas promete ponernos los dientes aún más largos…
Y es que estamos hablando del summum de la deportividad nunca antes visto en un muscle car… y mucho menos visto antes en el catálogo de Ford.
Esta versión que copará la cúspide de la nueva gama Mustang destaca entre todas las demás por multitud de elementos específicos que le dotan de un mayor carácter dinámico y de un rendimiento elevado a la máxima potencia.
Ford Mustang GTD, el rey de todos los Mustang
Basta clavar la mirada en él para darnos cuenta de que no es una versión cualquiera: componentes de carbono por doquier, sistema de aerodinámica activa, alerón trasero ajustable en distintas posiciones, llantas de aluminio forjado con opción a montar unas de 20 pulgadas hechas en magnesio, salidas de calor exclusivas sobre las aletas delanteras y un largo etcétera de particularidades concebidas por y para convertirlo en todo un superdeportivo.
También tiene ajustes propios en el chasis, como no podía ser de otra manera. Además de usar amortiguadores de dureza variable, en el eje trasero se le ha instalado un sistema de suspensión pushrod (muelles y amortiguadores están colocados prácticamente de forma horizontal) que a su vez se pega a un subchasis tubular. Por supuesto, con el fin de ahorrar el máximo peso posible, la carrocería al completo es de fibra de carbono.
Para pegarse al asfalto recurre a unos rodillos en medida 325/30 delante y 345/30 detrás que, en concreto, son lo mejor de lo mejor: unos Michelin Pilot Sport Cup 2 que van de serie.
Pulsaciones de V8: Dios bendiga América
Ahora bien, en plena era eléctrica, lo que le sigue haciendo tan especial y codiciado es el V8 de 5,2 litros con sobrealimentación que en este caso declara la friolera de 815 CV de potencia y 900 Nm de par. Toda esa fuerza va a parar a las ruedas posteriores por medio de una caja automática de doble embrague con ocho marchas fabricada por los mexicanos de Tremec.
Si estáis tan entusiasmados como yo, debéis saber que cada vez queda menos para verle por las carreteras… aunque, eso sí, el que lo quiera tendrá que desembolsar unos 400.000 euros. Lo bueno se paga.
Imágenes | Ford