El AdBlue es ese líquido transparente del que cada vez oímos hablar más, sobre todo si conduces un diésel moderno. Aunque no se mezcla con el gasóleo, su papel es decisivo para que el coche cumpla la normativa anticontaminación y pueda moverse sin restricciones en muchas ciudades.
En los últimos años, con la llegada de la normativa Euro 6, su uso se ha generalizado. La mayoría de fabricantes han integrado sistemas SCR que necesitan AdBlue para rebajar los NOx. En este artículo desgranamos cómo funciona, qué fallos aparecen con más frecuencia, cómo prevenirlos, cuánto cuesta mantenerlo y qué coberturas o planes especiales existen si tu coche ha sido afectado por incidencias conocidas.
Qué es AdBlue y cómo actúa el sistema SCR
AdBlue es una solución de urea al 32,5 por ciento en agua desionizada; cuando se inyecta en el escape caliente, se descompone y libera amoníaco. Ese amoníaco reacciona en el catalizador de reducción catalítica selectiva para transformar los óxidos de nitrógeno en nitrógeno y vapor de agua, ambos inocuos.
El conjunto que lo hace posible incluye depósito, bomba, tuberías, inyector, sensores de nivel y temperatura, sensor NOx y la centralita que lo coordina. Es un circuito aparte del combustible, con su propia boca de llenado, y no debe manipularse ni trucarse si queremos mantener el rendimiento y las emisiones dentro de los límites legales.
Por qué es importante: normativa, salud y libertad de circulación
Con Euro 6, cumplir los límites de NOx se ha vuelto imprescindible. El AdBlue permite que un diésel moderno ofrezca buenas prestaciones sin disparar las emisiones. En paralelo, mantener el sistema en forma ayuda a alargar la vida de componentes del escape y evita sanciones o limitaciones en zonas de bajas emisiones.
Más allá del cumplimiento legal, hay un beneficio ambiental directo. La reducción real de NOx con SCR se nota especialmente en circulación urbana, que es donde más impacto tienen estos contaminantes. No es magia ni marketing: es química aplicada a un uso cotidiano.
Los problemas más habituales del sistema AdBlue

1. Cristalización del AdBlue en el inyector y las conducciones
La cristalización se produce cuando se evapora parte del agua de la solución y quedan sólidos de urea que obstruyen. Esto estrecha pasos, altera la pulverización del inyector y puede dejar el SCR inoperativo. Es más común si el coche pasa largas temporadas parado o si se usa producto de baja calidad.
Para prevenirlo conviene usar siempre AdBlue homologado según ISO 22241, circular con el coche con cierta regularidad y programar revisiones en las que se revise la dosificación y se limpien depósitos incipientes. Si ya hay cristales, toca desconectar, limpiar o sustituir componentes como el inyector, y purgar el circuito para evitar que el problema se repita.
2. Congelación del AdBlue en climas fríos
El punto de congelación ronda los menos once grados centígrados. En olas de frío, el líquido puede solidificarse y bloquear tuberías o dañar la bomba. Muchos coches incorporan calefactores en depósito y líneas, pero un fallo en ese sistema te puede dejar sin inyección de AdBlue hasta que todo recupere temperatura.
Si tu coche duerme en la calle en zonas frías, pide en cada revisión que comprueben la calefacción del depósito y conducciones. Evita soluciones improvisadas y solo añade anticongelante si el fabricante lo permite explícitamente. Aparcar bajo techo y arrancar el coche unos minutos antes de una ruta larga puede ayudar a que el sistema alcance temperatura.
3. Depósito contaminado o con sedimentos
Polvo, restos de producto envejecido, embudos sucios o boquillas con residuos pueden colarse en el depósito. Estas partículas acaban en el circuito, generan obstrucciones y alteran la concentración efectiva del AdBlue, con lecturas erráticas y fallos de dosificación.
La solución es clara: limpieza profesional del depósito y purga del sistema cuando el coche lo indique o al detectar fallos repetitivos. Un mantenimiento programado cada cierto kilometraje evita averías más caras y mantiene a raya los sedimentos.
4. Sensor NOx averiado
El sensor NOx vigila lo que sale por el escape. Si se estropea, la centralita puede interpretar que no se está reduciendo lo suficientemente, encender testigos, limitar prestaciones e incluso forzar modos de emergencia. La sustitución no siempre es barata, y en algunos modelos es poco accesible.
Conviene actuar antes de que el error sea crítico. Una diagnosis avanzada en taller detecta desviaciones incipientes en el sensor y permite intervenir a tiempo. Ignorar avisos prolonga el problema y puede derivar en fallos concatenados con la gestión del SCR.
5. Problemas de la centralita del sistema SCR
La centralita orquesta el sistema y cruza datos con el motor. Actualizaciones fallidas, errores eléctricos o fallos de comunicación pueden llevar a un SCR inactivo aunque el depósito esté lleno y el hardware esté correcto.
Tras cualquier reparación hay que realizar un reseteo completo y calibraciones de la gestión. No basta con rellenar y borrar un código con herramientas básicas. Llevarlo a un taller con equipo y software adecuados evita errores latentes que vuelven a aparecer al cabo de unos días.
6. AdBlue caducado o de mala calidad
El AdBlue tiene fecha de caducidad y es sensible a la luz y al calor. Cuando se degrada, pierde eficacia y puede generar alertas tras un simple repostaje. Un olor anómalo puede ser un síntoma temprano de que el producto no está en condiciones.
Compra garrafas en lugares de confianza, almacénalas en un sitio fresco, seco y sin exposición solar, y revisa la fecha de envasado. Si el coche da fallos justo después de rellenar, sospecha del producto y purga si es necesario. Usar siempre referencias con certificación ISO 22241 minimiza riesgos.
7. Circular sin AdBlue o agotar el depósito
Uno de los errores más serios es dejar que se vacíe por completo. Muchos coches no arrancan si detectan que el depósito está a cero; no es un capricho, es una exigencia legal para no superar emisiones.
La única salida es repostar en el acto y esperar a que el sistema se reinicie, en algunos modelos con ayuda de una diagnosis. Lo más sensato es no apurar y mantener un margen de seguridad; llevar una garrafa pequeña si haces viajes largos también puede sacarte de un apuro.
Señales de alerta, autonomía y prácticas de repostaje

El cuadro de instrumentos avisa con antelación. Según el fabricante, desde la primera alerta puedes tener entre dos mil y tres mil kilómetros de margen. Los avisos se intensifican conforme baja la autonomía y terminan bloqueando el siguiente arranque si no has rellenado.
En muchos modelos la capacidad ronda entre once y medio y doce litros, y hay garrafas de diez litros muy prácticas. Resulta recomendable repostar cuando la autonomía de AdBlue está entre mil y mil cien kilómetros para evitar prisas y apuros.
Rellenar en casa es viable si se hace con mimo. Usa guantes y, mejor aún, gafas de protección, evita derrames y no permitas que el líquido toque la pintura del coche. Cierra bien el tapón y asegúrate de que el motor esté frío antes de abrir el depósito.
Elegir dónde repostar también cuenta. Las garrafas permiten comprobar fecha de envasado y llegan con cánula nueva, minimizando restos cristalizados que a veces quedan en las boquillas de surtidores poco usados. En estaciones con poco tráfico, el producto puede llevar demasiado tiempo almacenado.
Para los más meticulosos hay accesorios añadidos. Un refractómetro permite comprobar la pureza del líquido, y algunos talleres recomiendan aditivos anticristalizantes específicos para reducir depósitos sólidos. Si los usas, sigue las indicaciones del fabricante del vehículo y del producto para no alterar la mezcla.
Mantenimiento preventivo y buenas prácticas en taller
El mantenimiento no es solo rellenar y listo. Incluye revisar inyectores, comprobar el sensor NOx, verificar el sistema calefactor del depósito, y limpiar o purgar líneas si hay indicios de sedimentos o cristalización.
Siempre que se sustituye una pieza del sistema, es clave realizar el reseteo y las adaptaciones de la centralita SCR. De lo contrario, es fácil que queden fallos memorizados o que la dosificación no sea la correcta, con nuevas averías a la vuelta de la esquina.
En climas fríos, además, conviene programar una revisión preventiva antes del invierno para asegurarse de que los calefactores cumplen su función. La inversión en mantenimiento programado evita reparaciones costosas y reduce sorpresas en carretera.
Costes reales y consumo de AdBlue
El consumo típico se sitúa entre uno y uno y medio litros cada mil kilómetros, aunque la cifra varía según modelo y uso. En la práctica, el depósito suele pedirse cada cinco mil a veinte mil kilómetros. El propio coche te lo dirá con tiempo.
En precio, el litro puede rondar desde los 50-60 céntimos hasta los 1,5 euros. Las garrafas de diez litros suelen costar entre diez y doce euros, y en taller el servicio completo puede subir a veinte o veinticinco euros al incluir mano de obra.
El gasto anual para un conductor medio se mueve habitualmente entre treinta y sesenta euros. Lo caro no es el líquido, sino ignorar el mantenimiento; reparar un depósito, bomba o inyector del SCR por cristalización puede acercarse a mil quinientos euros, y en coches de alta gama algunas averías del conjunto llegan a cuatro mil.
Consejos rápidos para alargar la vida del sistema
- Usa siempre productos homologados. Las alternativas baratas sin certificación son un billete de ida a la cristalización y a la obstrucción del inyector.
- No apures el depósito. Algunos coches impedirán el arranque si detectan nivel cero; mantener un margen te evita grúas y disgustos.
- Respeta las revisiones del fabricante. Una diagnosis periódica detecta fallos de sensor NOx o gestión del SCR antes de que pasen a mayores.
- Si se enciende el testigo, actúa. Los avisos anticipan averías que se encarecen si se posponen; rellena y, si persisten los errores, visita el taller.
Afectaciones conocidas, reclamaciones y coberturas del fabricante
En Europa, organizaciones de consumidores han señalado incidencias reiteradas en determinados diésel equipados con SCR. OCU y otras entidades integradas en Euroconsumers trasladaron quejas a Consumo y Competencia, instando a fabricantes como Citroën y Peugeot a aportar soluciones cuando se identifica un defecto de fábrica reconocido por la red oficial.
En esa línea, para modelos de Stellantis con motores diésel Euro 6 y tecnología SCR fabricados entre enero de 2014 y agosto de 2020, se anunció una cobertura especial que asume total o parcialmente el coste de piezas relacionadas con el sistema de AdBlue, con un máximo de doscientos diez mil kilómetros. Menos de cinco años y hasta ciento cincuenta mil kilómetros, cobertura del cien por cien de piezas; de cinco a ocho años, entre el treinta y el noventa por ciento según kilometraje.
Preguntas frecuentes de uso cotidiano
¿Puedo rellenar yo mismo el AdBlue?
Sí, con cuidado. Localiza la boca específica, usa guantes y cánula limpia, evita derrames y no mezcles con otros líquidos. Si, tras rellenar, el coche sigue con errores, mejor diagnosis en taller.
¿Qué es mejor, surtidor o garrafa?
Depende del lugar. La garrafa te permite comprobar fecha de envasado y usar una boquilla nueva. En gasolineras con alto movimiento el producto suele estar en buen estado, pero en puntos con poco tráfico puede acumularse y degradarse.
¿Sirven los anticristalizantes?
Hay productos específicos que ayudan a prevenir depósitos, pero siempre bajo recomendación. Si el fabricante del vehículo no lo permite o altera la concentración efectiva, mejor no usarlos. Consulta manual y taller.
¿Cuándo debo ir al taller sí o sí?
Cuando el coche entra en modo emergencia, aparecen códigos persistentes del sensor NOx o centralita, hay sospecha de cristalización severa o el sistema no se reinicia tras rellenar. Un reseteo y calibración con equipo profesional ahorra tiempo y dinero.