La carrera por desplegar una red de cargadores eléctricos para camiones en Europa se ha convertido en una pieza clave de la descarbonización del transporte de mercancías. Firmas, operadores energéticos y la propia Comisión Europea están alineando inversiones, normas y tecnología para que los vehículos pesados puedan recorrer largas distancias con electricidad, sin que la falta de puntos de recarga sea un freno.
En este contexto, España y el resto de Europa empiezan a ver cómo se consolidan proyectos de megacarga, nuevas redes de corredores eléctricos para camiones. Además, también se dan pruebas técnicas avanzadas que buscan garantizar que un camión pueda enchufarse y recargar en cualquier país con la misma facilidad con la que hoy reposta diésel. Atento a todas las novedades ya que el transporte pesado por carretera cien por cien eléctrico está cada vez más cerca…
Fabricantes, tecnología y desafíos económicos…

Los fabricantes de camiones insisten en que la tecnología eléctrica de largo recorrido ya está lista, con autonomías de hasta 700 km y soluciones que permiten integrar recargas rápidas en operaciones diarias. Sin embargo, alertan de que la infraestructura específica para vehículos pesados avanza demasiado despacio y constituye el principal cuello de botella. Para que la transición sea viable, reclaman estaciones adaptadas a camiones, potencias de megavatio y disponibilidad. Estas necesidades se han trasladado a Bruselas para acelerar el despliegue de redes públicas. Sin esa base, la electrificación del transporte pesado seguirá limitada.
Al reto técnico se suma el económico. El precio de la electricidad, los costes de inversión y la falta regulación clara dificultan que las flotas apuesten por el camión eléctrico. Los fabricantes subrayan que el marco normativo debe ser estable y las tarifas competitivas para evitar riesgos financieros. También destacan la importancia de esquemas de ayuda y reglas de CO₂ que orienten las inversiones a largo plazo. Sin un entorno económico robusto, los avances tecnológicos y ambientales quedarán en segundo plano. La competencia global, especialmente de China, añade presión al sector europeo.
Bruselas, financiación y desarrollo de corredores eléctricos…
La Comisión Europea ha situado la red e infraestructura de recarga para camiones en el centro de su agenda de movilidad sostenible, destinando más de 600 millones de euros mediante el instrumento AFIF. Estas ayudas impulsan proyectos en 24 países para instalar cerca de 2.000 cargadores de alta y muy alta potencia, muchos preparados para tecnología MCS. El objetivo es cubrir los principales ejes de la RTE-T con estaciones públicas accesibles y seguras. La financiación europea sirve además como palanca para atraer fuertes inversiones privadas.
Los proyectos seleccionados obligan a combinar fondos públicos y capital empresarial, acelerando el despliegue de una red de recarga coherente en toda Europa. La estrategia comunitaria apunta a crear corredores específicos para camiones, con estaciones cada 180–300 km, integradas en áreas logísticas y nodos de transporte. De esta forma, los vehículos pesados podrán planificar rutas internacionales sin comprometer tiempos de operación. Estos corredores se conciben como la base de un ecosistema interoperable capaz de sustituir progresivamente al diésel.
Redes privadas: E.ON, Voltix, GreenWay y la competencia con Milence…

El consorcio E.ON-Voltix-GreenWay desarrolla uno de los proyectos más ambiciosos, con 55 localizaciones equipadas con cargadores MCS de 1 MW o más en nueve países europeos. La UE respaldó la iniciativa con 70,3 millones de euros repartidos en dos proyectos AFIF, orientados tanto a cohesión territorial como al despliegue general. E.ON desplegará cargadores en Polonia y Hungría, mientras Voltix cubrirá estaciones en España, Francia, Países Bajos y otros países del norte y centro de Europa. GreenWay aportará su experiencia operativa y soporte comercial.
Este proyecto competirá directamente con Milence, la red impulsada por Daimler Truck, Traton y Volvo Group, que prevé instalar 1.700 puntos antes de 2027, incluidos 300 MCS. La competencia entre redes privadas promete acelerar la oferta de recarga, mejorar precios y diversificar opciones para flotas de larga distancia. Además, E.ON desarrolla en paralelo otra red con MAN basada en CCS, lo que generará solapamientos geográficos pero también soluciones para casos de uso distintos. El resultado será un mapa europeo con múltiples redes complementarias.
España y los avances técnicos: Alcañiz como gran laboratorio…

España gana protagonismo en el ecosistema europeo a través del CharIN Testival Europe en MotorLand (Alcañiz), donde por primera vez se probaron camiones eléctricos con tecnologías de muy alta potencia. Más de 200 especialistas y fabricantes de primer nivel validaron interoperabilidad, Plug & Charge, roaming OCPI y recarga CCS y MCS. Estas pruebas permiten verificar que la comunicación entre vehículo y cargador sea segura, precisa y universal. El evento consolida a España como un punto clave para la estandarización.
El centro tecnológico Circe reforzó las pruebas con emuladores de vehículos y cargadores bidireccionales para analizar ciberseguridad, calidad de comunicación y comportamiento en escenarios de alta demanda. Estos ensayos detectan errores, anticipan problemas reales y ayudan a crear un entorno más fiable para flotas y conductores. La experiencia obtenida servirá para mejorar la integración de las futuras estaciones de megavatio en el país. Así, España se posiciona como aliado técnico de Bruselas en la validación de infraestructura pesada.
Estándares, megacarga y otros combustibles alternativos…

A medida que los megacargadores se vuelven realidad, expertos subrayan que la estandarización es tan importante como la potencia. Conectores MCS, protocolos de autenticación, seguridad eléctrica y ciberseguridad deben funcionar de forma idéntica en cualquier estación. La comunicación entre camión y cargador intercambia datos críticos en milisegundos, lo que exige sistemas fiables para potencias que alcanzan varios megavatios. La interoperabilidad es el pilar para que todas las marcas operen sin restricciones en Europa.
Aunque la electrificación por batería domina, la Unión Europea también financia hidrogeneras, suministro eléctrico portuario y combustibles alternativos como amoníaco o metanol. Estas soluciones buscan cubrir segmentos donde la batería aún presenta limitaciones. Sin embargo, también implican desafíos en permisos, redes eléctricas y logística del hidrógeno verde. Además del impacto climático, estas inversiones impulsan empleo, industria y desarrollo tecnológico. Europa acelera así una carrera global en infraestructuras de alta potencia para vehículos pesados.
