El Mercedes-Benz Clase G está a punto de vivir una de las transformaciones más llamativas de su larga historia. La marca alemana trabaja ya a pleno rendimiento en una nueva variante descapotable, el Clase G Cabrio, que recupera el espíritu de los antiguos G abiertos pero sobre la base de la generación actual, lanzada en 2018 y hasta ahora solo disponible con carrocería cerrada.
Lejos de tratarse de un simple experimento estilístico, este proyecto se ha planteado como una edición especial plenamente funcional, capaz de mantener la reputación todoterreno del modelo a la vez que ofrece la experiencia de conducir a cielo abierto. Mercedes-Benz está siendo especialmente cauta con los detalles, pero las imágenes y la información oficial permiten dibujar ya un retrato bastante claro de lo que viene.
Un Mercedes-Benz Clase G Cabrio de cuatro puertas y techo de lona…
Las primeras imágenes del prototipo revelan un Clase G Cabrio concebido sobre la carrocería larga de cinco puertas, con cuatro accesos laterales y una puerta trasera de apertura lateral. La principal novedad es la capota de lona, que sustituye al techo rígido y obliga a rediseñar la estructura. Esta solución lo diferencia de los antiguos G descapotables de dos puertas y de los exclusivos Landaulet. Para mantener la rigidez torsional, Mercedes deberá reforzar chasis y carrocería. El objetivo es conservar las cualidades dinámicas del modelo cerrado.
La capota textil se extiende casi hasta el parabrisas, formando una silueta que recuerda parcialmente a los históricos Landaulet, aunque con un enfoque más práctico. En las imágenes aparece una división visual posterior que podría anticipar un sistema modular o tipo Targa, aún sin confirmar. Esta configuración introduce retos técnicos relevantes por el tamaño de la carrocería. El diseño debe asegurar estanqueidad, estabilidad y un manejo compatible con el duro uso todo terreno. La marca mantiene el secreto sobre el mecanismo final de plegado.
Desarrollo en Europa: de las montañas de Austria al hielo de Suecia…
El programa de pruebas se desarrolla inicialmente en Austria, cerca de la planta de Magna Steyr en Graz, donde el Clase G se ha fabricado durante décadas. Allí, los prototipos enfrentan pendientes, pistas de tierra y tramos de montaña para poner a prueba su comportamiento off road. Los ingenieros analizan rigidez, suspensión y dirección, buscando mantener la identidad del modelo. El propósito es que el Cabrio conserve el ADN del Clase G tradicional. No se persigue un descapotable lúdico, sino un verdadero 4×4 abierto.
Tras la fase alpina, el proyecto se desplazará a Suecia para ensayos invernales en nieve profunda y temperaturas bajo cero. Estas pruebas examinarán la estanqueidad de la capota, el confort térmico y la estabilidad en superficies deslizantes. También se evaluará la resistencia estructural frente a cargas de viento y hielo. Mercedes exige que el Cabrio iguale el nivel de aislamiento y fiabilidad del modelo cerrado. Solo así podrá garantizar una experiencia premium incluso en climas extremos.
Herencia y encaje dentro de la gama Clase G…
El regreso de una variante abierta coincide con la celebración de las 600.000 unidades producidas desde 1979, reforzando el valor icónico del Clase G. En generaciones previas existieron versiones descapotables de dos puertas y el exclusivo Maybach G 650 Landaulet, fabricado en edición muy limitada. La generación actual, lanzada en 2018, había permanecido fiel al techo cerrado. La llegada del Cabrio supone un gesto hacia los seguidores del modelo. También pretende ampliar la vida comercial del todoterreno estrella.
La gama europea del Clase G actual incluye versiones AMG de hasta 585 CV y una reciente variante eléctrica con cuatro motores. Para el Cabrio, sin embargo, las primeras informaciones descartan la arquitectura EQ a corto plazo. Se espera una oferta centrada en motores térmicos, tanto de gasolina como diésel, acorde con la demanda del segmento. Esta decisión busca equilibrar exclusividad y usabilidad. El Cabrio se posicionará como un producto aspiracional dentro de la familia.
Qué se sabe (y qué no) sobre motores y versiones…
Mercedes no ha confirmado todavía las mecánicas del Clase G Cabrio, pero fuentes internas apuntan a un enfoque menos radical que el de un AMG puro. Se baraja un posible G 550 de gasolina como opción de acceso, además de un diésel potente para el mercado europeo. La marca recalca que el modelo mantendrá equipamiento off-road completo: reductora, modos de conducción específicos y bloqueos de diferenciales. El carácter del vehículo seguirá siendo plenamente todoterreno. La experiencia añadirá la posibilidad de circular a cielo abierto.
Aún no se conocen cifras de potencia ni datos de consumo o prestaciones. Tampoco se ha confirmado si habrá un AMG Cabrio dedicado, aunque se deja abierta la opción según la respuesta del mercado. La plataforma reforzada podría admitir motores de mayor potencia en el futuro. La estrategia depende también de las normativas de homologación por regiones. En cualquier caso, el enfoque inicial será equilibrado, con versiones que prioricen confort y capacidad 4×4 sobre el exceso prestacional.
Fabricación en Graz y papel de Magna Steyr…
El futuro Clase G Cabrio será ensamblado, como el resto de la gama, en la planta de Magna Steyr en Graz. Los prototipos actuales ya incorporan refuerzos específicos para compensar la pérdida del techo rígido y utilizan una estructura adaptada a la capota de lona. Esta colaboración histórica garantiza un nivel de precisión industrial acorde con el posicionamiento premium del modelo. La experiencia de Magna en vehículos especiales resulta determinante. El enfoque es producir un descapotable plenamente integrado en la gama.
La adaptación requiere nuevos puntos de anclaje, refuerzos estructurales y ajustes en suspensión y dinámica. Todo ello busca lograr una distribución de pesos adecuada y una rigidez comparable a la versión cerrada. A diferencia de las conversiones externas, Mercedes apuesta por una solución discreta y limpia. La idea es que el vehículo final no presente signos visibles de adaptación. Se prioriza la durabilidad, la calidad y el aislamiento propio de un modelo de producción.
Calendario previsto y posicionamiento en el mercado europeo…
La presentación oficial podría llegar a final de 2025, con entregas estimadas para 2026 en los principales mercados europeos. No se descarta un cronograma más largo si las pruebas climáticas requieren más tiempo. Mercedes quiere garantizar que la variante abierta cumpla los mismos estándares que el Clase G convencional. La planificación también dependerá de la capacidad de producción en Graz. Este modelo se perfila como un lanzamiento de alta visibilidad dentro del segmento de lujo.
En cuanto al precio, se situará por encima de las versiones con techo fijo. El actual G 550 ronda los 149.400 dólares en Estados Unidos, lo que orienta el nivel de partida. En Europa, con impuestos y opciones, el coste podría elevarse notablemente. No está claro si será una edición limitada o un miembro estable de la gama, aunque con volúmenes reducidos. También se barajan posibles variantes Maybach más exclusivas si la demanda lo justifica.
Fuente – Mercedes-Benz
Imágenes | Mercedes-Benz
