El pulso entre la política comercial de la Unión Europea y la transición hacia el coche eléctrico tiene en el Cupra Tavascan uno de los casos más delicados. El SUV eléctrico, diseñado en Europa pero fabricado en China, se ha convertido en el epicentro de un conflicto arancelario que está golpeando con fuerza a las cuentas de Seat y del Grupo Volkswagen, hasta el punto de poner en cuestión la rentabilidad de la filial española.
En paralelo, Bruselas ha abierto la puerta a revisar los gravámenes que se aplican a este modelo de Cupra. Y por extensión, a los vehículos eléctricos europeos producidos en China, en busca de un equilibrio entre la defensa de la industria comunitaria y la viabilidad económica de sus propios fabricantes. Atento a lo que le espera a Seat S.A. y al Cupra Tavascan por las malas decisiones del Grupo Volkswagen…
Cupra Tavascan: Un SUV eléctrico europeo… producido en China…
El Cupra Tavascan es el primer SUV 100% eléctrico de Cupra concebido como proyecto global, diseñado en Europa pero producido en la planta de Volkswagen Anhui en China. La decisión de fabricar allí se tomó cuando el arancel era solo del 10%, lo que permitía reducir costes industriales y asegurar márgenes adecuados. Sin embargo, la introducción posterior de aranceles antisubvención en la UE alteró el escenario justo antes de su llegada al mercado. El modelo se posiciona en el centro del segmento de SUV eléctricos medianos, con 82 kWh de batería, hasta 553 km de autonomía y al menos 286 CV. En España se vende con un equipamiento elevado, situándose entre las propuestas más prestacionales de la marca.
La producción china permite escalar volúmenes, pero ha generado complejidades por el nuevo marco comercial europeo. El Tavascan fue pensado para competir en precio, pero la subida arancelaria ha puesto en tensión su viabilidad económica. Sus dimensiones de 4,64 m de largo, 540 litros de maletero y plataforma de última generación lo colocan en un nicho de alta demanda. Su desarrollo desde Barcelona aportó valor tecnológico, pero el ensamblaje en China lo ha convertido en objetivo de los recientes recargos. Este contexto condiciona tanto su rentabilidad como la estrategia comercial de Seat y Cupra en Europa.
Aranceles de casi el 31% que Seat no repercute al cliente…

El Tavascan soporta un arancel total cercano al 31%, resultado de sumar el 10% base y el 20,7% antisubvención aplicados por la Unión Europea. Seat ha decidido no trasladar este sobrecoste al cliente, asumiendo íntegramente la pérdida por unidad vendida. Esto implica que el modelo se comercializa con rentabilidad negativa desde su lanzamiento europeo. Según Markus Haupt, el impacto anual en las cuentas de Seat supera los 100 millones de euros. A nivel de grupo, Volkswagen estima un perjuicio global de 7.500 millones por los actuales aranceles a los eléctricos chinos.
La presión es muy severa para Seat, debido a su mix creciente de modelos electrificados con menor margen. La suma de aranceles y transición tecnológica deja al fabricante español en una situación prácticamente neutra en beneficios. Esta estrategia comercial, aunque necesaria para mantener competitividad, erosiona la capacidad financiera de la marca. Con márgenes estrechos, Seat prioriza volumen y cumplimiento regulatorio por encima de la rentabilidad inmediata. El Tavascan se convierte así en un producto estratégico, pero comprometido temporalmente por el entorno arancelario.
Golpe directo a las cuentas de Seat S.A. como empresa…

En los primeros nueve meses del año, Seat registró un beneficio operativo de solo 16 millones, frente a los 415 millones del año previo, una caída del 96%. El margen operativo pasó del 3,9% al 0,1%, revelando el efecto directo de los aranceles y la menor rentabilidad de los eléctricos. Curiosamente, la empresa aumentó ventas y facturación, con 481.000 vehículos entregados y más de 11.000 millones de ingresos. Sin embargo, el beneficio no acompañó por la fuerte erosión de márgenes. El Tavascan, pese a su buena acogida, se vende actualmente a pérdidas.
En el tercer trimestre, Seat entró en números rojos al registrar 22 millones de pérdidas operativas. Esto contrasta con los 9 millones de beneficio obtenidos un año antes. La marca reconoce que la situación de rentabilidad está “tensionada al máximo” debido al peso creciente del eléctrico. El Tavascan, llamado a ser un pilar estratégico, se ha convertido temporalmente en un elemento que penaliza las cuentas. El fenómeno muestra la fragilidad del equilibrio entre electrificación acelerada y sostenibilidad financiera. Esta coyuntura obliga a replantear decisiones de corto plazo sin comprometer la estrategia futura.
Presión regulatoria y electrificación acelerada…

La Unión Europea exige un aumento rápido de ventas de vehículos electrificados para cumplir los objetivos de CO₂ y evitar multas severas. Seat afirma que este año cumple gracias a un mix más eléctrico, pero de haber mantenido la mezcla del pasado, habría afrontado sanciones de unos 500 millones de euros. Esto empuja a la compañía a vender más eléctricos pese a sus márgenes inferiores. Así, modelos como el Tavascan son imprescindibles para evitar multas, aunque su rentabilidad sea negativa. La combinación de obligación regulatoria y presión económica se convierte en un desafío doble.
Esta “pinza regulatoria” coloca a Seat en una situación compleja, especialmente en mercados donde el eléctrico avanza más lento. Países como España, Italia o Europa del Este siguen mostrando demanda tibia. Aun así, la empresa debe impulsar la electrificación para cumplir la normativa. El coste tecnológico y arancelario añade un estrés adicional. El Tavascan simboliza este conflicto: necesario para la sostenibilidad regulatoria, pero perjudicial para la financiera. Por ello, Seat busca soluciones que equilibren ambas dimensiones sin frenar la transición energética.
La apuesta estratégica: Cupra como motor de rentabilidad para Seat S.A…

Cupra se ha convertido en la marca más rentable del Grupo Volkswagen, impulsada por modelos como Formentor y Terramar. Su posicionamiento de mayor valor añadido fortalece los márgenes, compensando la debilidad de otras gamas. La estrategia futura pasa por priorizar Cupra como punta de lanza mientras Seat queda como marca de acceso. Esto ofrece flexibilidad para gestionar la transición eléctrica. No obstante, los aranceles del Tavascan amenazan con frenar el buen momento comercial.
Pese a ello, la empresa mantiene confianza en Cupra como motor de crecimiento. Reconoce que “es una pena” que el Tavascan no aporte beneficios, dado su buen recibimiento de mercado. La dirección insiste en que el impacto arancelario es coyuntural y depende de decisiones europeas. Mantener la inversión en Cupra será clave para sostener márgenes en los próximos años. La marca espera recuperar equilibrio una vez se resuelva el trámite en Bruselas.
La oferta de compromiso de Volkswagen Anhui…

La Comisión Europea ha iniciado una reconsideración parcial de los aranceles aplicada a Volkswagen Anhui, afectando directamente al Tavascan. Esta revisión se basa en una oferta de compromiso del fabricante para ajustar precios, volúmenes o condiciones comerciales. Bruselas reconoce que existen pruebas suficientes para evaluar la propuesta. El objetivo es encontrar un acuerdo que evite sanciones más duras sin renunciar a la defensa comercial.
El compromiso podría incluir un precio mínimo de importación o cuotas anuales. Si prospera, permitiría relajar o incluso retirar los aranceles adicionales. El Tavascan es el único modelo del grupo sujeto a este proceso. Para Seat, la revisión supone una vía urgente para recuperar rentabilidad. El resultado determinará la continuidad financiera del SUV eléctrico en Europa.
Revisión específica… con posible efecto dominó…

De momento, el proceso afecta solo a vehículos del grupo Volkswagen producidos en Anhui. Sin embargo, Bruselas ha abierto la puerta a que otros fabricantes europeos en situación similar soliciten revisión. Para ello deben demostrar un vínculo objetivo con el tipo de producto afectado: eléctricos desarrollados en Europa pero ensamblados en China. La decisión debe tomarse en un plazo muy corto, exigiendo documentación y pruebas justificativas.
Esta reconsideración podría generar un efecto dominó en el sector. Si el Tavascan obtiene alivio arancelario, otros modelos podrían aspirar al mismo trato. Ello matizaría de facto la política arancelaria sin desmontarla. La decisión final de la Comisión será clave para los fabricantes que dependen de la producción china. El caso Tavascan se convierte así en un precedente para futuras excepciones.
La visión de Seat: “no hay plan B”
Seat descarta trasladar la producción del Tavascan a Europa en el corto plazo. La empresa considera que no resolvería el problema inmediato y requeriría inversiones muy elevadas. Su estrategia pasa por un acuerdo con Bruselas antes de fin de año. Mientras tanto, mantiene el compromiso de no repercutir el arancel al cliente. Haupt evita hablar de medidas traumáticas y afirma que no existe ningún expediente laboral en marcha.
La compañía confía en que la UE ofrezca una solución técnica al conflicto. Apuesta por un plan operativo de corto plazo que acompañe la estrategia a largo plazo. El objetivo es superar el “bache” a partir de 2026. La estabilidad laboral y la continuidad del modelo dependen de este desenlace. Seat mantiene un mensaje de prudencia, pero con esperanza en la negociación.
Excepciones arancelarias para proyectos desarrollados en Europa…

La UE estudia eximir de aranceles a vehículos eléctricos fabricados en China pero creados en Europa. Esta medida pretende evitar penalizar a fabricantes que apostaron por proyectos globales antes del cambio normativo. Los candidatos deberán presentar estudios detallados de márgenes, costes e impacto comercial. El Tavascan es el primer modelo valorado bajo esta posible exención. Si prospera, podría recuperar parte de su rentabilidad perdida.
La medida buscaría proteger la innovación europea sin desactivar la política comercial. De implementarse, abriría la puerta a casos similares dentro del sector. Otros fabricantes podrían solicitar trato equivalente si cumplen los criterios. Para Seat, esta opción es crucial para reforzar su gama eléctrica. Además, permitiría mantener inversiones estratégicas sin comprometer la competitividad.
Mercado, ayudas y precios: el papel del consumidor…

El mercado europeo de eléctricos avanza más lento de lo previsto, especialmente en los países del sur. Precios elevados, infraestructuras insuficientes y dudas sobre autonomía frenan la adopción. Para compensar, los fabricantes recurren a promociones y ayudas públicas. En España, el Tavascan puede adquirirse desde unos 36.100 euros aplicando MOVES III. Esta cifra lo hace competitivo dentro de su segmento.
Seat reclama mayor apoyo institucional para sostener la transición eléctrica. Pide más ayudas a la compra y un despliegue acelerado de puntos de carga. El Gobierno español prepara el Plan Auto+ con 400 millones desde 2026. Mientras tanto, Seat trabaja en un plan de choque para revertir la presión sobre resultados. El desenlace del proceso europeo será decisivo para convertir el Tavascan en un pilar rentable de su estrategia eléctrica.


