Fricción vs lubricantes para motores

  • Los lubricantes reducen la fricción en motores y maquinaria, evitando el desgaste y mejorando la eficiencia.
  • El coeficiente de fricción es un indicador clave del comportamiento entre superficies en contacto.
  • La selección del tipo de lubricante depende de la carga, velocidad y temperatura de operación de los componentes mecánicos.
  • Diversas pruebas y normas garantizan la idoneidad del lubricante para aplicaciones específicas, desde rodamientos hasta engranajes.

fricción vs lubricantes

Cuando hablamos de fricción y lubricantes en el contexto de los motores, nos adentramos en una temática crucial para el correcto funcionamiento de las maquinarias. La fricción, el desgaste y los fallos mecánicos son problemas que pueden solucionarse, o al menos minimizarse, con una adecuada lubricación, es decir, vamos a tratar a dos opuestos.

Para ello, es necesario entender no solo el funcionamiento de los lubricantes, sino también el comportamiento de la fricción entre los componentes como los engranajes, rodamientos y demás partes móviles de un motor. También vamos a analizar en detalle la importancia de los lubricantes, cómo afectan al coeficiente de fricción, las propiedades fundamentales de estos fluidos y sólidos, así como las fórmulas para calcular la fricción en sistemas mecánicos.

¿Qué es la fricción mecánica?

tipos de rodamientos

La fricción es la resistencia al movimiento que ocurre cuando dos superficies entran en contacto e intentan desplazarse una sobre la otra. Esta resistencia puede causar un desgaste considerable en los componentes del motor, reduciendo su vida útil y su eficiencia. En términos sencillos, la fricción genera calor, y este calor puede subir a niveles peligrosos si no se gestiona adecuadamente. Aquí es donde entran en juego los lubricantes, cuya función principal es reducir la fricción entre las superficies en movimiento y, por tanto, el calor y el desgaste que esta genera.

Un aspecto esencial de la fricción es su medición a través del coeficiente de fricción, que puede ser estático o cinético dependiendo de si las superficies están en reposo o en movimiento. Cuanto mayor es el coeficiente, mayor es la fricción, y esto afecta directamente al rendimiento de los motores y maquinarias.

Coeficiente de fricción: cálculo y consideraciones

El coeficiente de fricción es una medida clave para calcular el grado de resistencia entre dos superficies en contacto. Este coeficiente puede ser estático o cinético, y suele representarse con la letra griega μ. Para calcular la fricción en un sistema concreto, utilizamos la fórmula:

Fr = μ × Fn

Donde Fr es la fuerza de fricción, Fn es la fuerza normal que actúa perpendicularmente en las superficies en contacto, y la letra μ es el coeficiente de fricción que variará dependiendo del tipo de material que esté en contacto. En el caso del motor, como los engranajes, rodamientos, pistones, etc., será metal, aunque no es el mismo para todos los tipos de metales…

Es esencial tener en cuenta el tipo de material y la superficie lisa o rugosa entre las piezas que interactúan. Las variaciones en la rugosidad de la superficie pueden afectar enormemente al valor del coeficiente. Por ejemplo, mientras que el acero sobre acero tiene un coeficiente relativamente alto, el uso de aditivos y lubricantes puede reducirlo a niveles manejables para evitar el desgaste prematuro de los componentes.

Lubricantes

Frotar con lubricante multiusos (WD-40 ó 3 en Uno) mezclado con bicarbonato es otro método para pulir los faros

Los lubricantes son fundamentales para la reducción de la fricción y el desgaste en los motores y las maquinarias. Además de esta función clave, también desempeñan otros roles importantes como la regulación del calor, el sellado de componentes para evitar la entrada de impurezas y la lucha contra la corrosión.

Existen varios tipos de lubricantes, desde líquidos como aceites naturales y sintéticos, pasando por grasas, hasta sólidos como el disulfuro de molibdeno o el grafito. Cada uno de ellos tiene propiedades específicas que los hacen adecuados para diferentes aplicaciones mecánicas. Los lubricantes sólidos, por ejemplo, se utilizan en sistemas donde las condiciones extremas de temperatura o presión requieren un producto más duradero que los aceites o las grasas.

Además de su forma física, los lubricantes también pueden clasificarse por su capacidad para enfrentarse a distintos tipos de fricción: deslizamiento, rodadura y otras formas de resistencia. Dependiendo de la carga y la velocidad del sistema, elegir el tipo adecuado de lubricación es crucial para garantizar una mayor vida útil de los componentes.

Tipos de lubricantes según la aplicación

Las propiedades de los lubricantes varían según su composición y las necesidades específicas de cada aplicación. A continuación, se describen los tipos más comunes:

  • Aceites minerales: provenientes del refinamiento del petróleo, estos aceites son los más utilizados en la lubricación industrial y automotriz. Tienen buena estabilidad térmica, pero su capacidad de carga puede ser limitada.
  • Aceites sintéticos: ofrecen una mayor estabilidad a temperaturas extremas y tienen una menor volatilidad comparada con los aceites minerales. Se utilizan comúnmente en la industria aeroespacial y en aplicaciones de alta velocidad.
  • Grasas: compuestas por un aceite base y un espesante, las grasas son adecuadas para cargas pesadas y sistemas donde no se requiere un control estricto de la temperatura. Las grasas tienden a permanecer en su lugar por más tiempo, lo que las hace ideales para rodamientos y puntos de contacto de difícil acceso.

La elección del lubricante adecuado también depende de la viscosidad, que describe la resistencia del fluido a fluir. La viscosidad varía con la temperatura: la mayoría de los aceites se vuelven menos viscosos cuando se calientan. Dependiendo de las condiciones de operación, puede ser necesario elegir un lubricante con un grado de viscosidad adecuado.

Al agregar lubricación entre piezas, ese μ bajará su valor, ya que una fina capa del lubricante estará entre ambas superficies antes en contacto directo.

Propiedades de los lubricantes que afectan el rendimiento

Además de la viscosidad, otras propiedades importantes de los lubricantes incluyen:

  • Índice de viscosidad: indica cómo varía la viscosidad de un aceite con los cambios de temperatura. Los aceites con un índice alto mantienen una viscosidad más constante, lo que es preferible en entornos de operación muy variables.
  • Punto de inflamación: es la temperatura a la que el lubricante emite suficiente vapor como para encenderse. Es fundamental seleccionar un aceite cuya temperatura de inflamación sea mayor que las temperaturas esperadas en las aplicaciones industriales.
  • Resistencia a la oxidación: describe la capacidad del lubricante para resistir la descomposición cuando se expone al calor y el oxígeno. Una estabilidad alta es esencial para prevenir la formación de lodos y barnices que pueden causar problemas en los motores.
  • Punto de goteo: esta propiedad indica la temperatura a la cual una grasa pierde su estructura semisólida y comienza a licuarse. Es fundamental para aplicaciones que experimentan fluctuaciones de temperatura, ya que una grasa con un punto de goteo demasiado bajo podría licuarse y perder su efectividad en condiciones de calor extremo.
  • Viscosidad: la viscosidad del aceite base de una grasa determina su resistencia al flujo. Una viscosidad adecuada garantiza una buena película lubricante entre las superficies metálicas, reduciendo la fricción y el desgaste.
  • Índice de viscosidad: esta propiedad mide la variación de la viscosidad de un aceite con la temperatura. Un alto índice de viscosidad indica que la viscosidad cambia poco con la temperatura, lo que es deseable para aplicaciones con amplios rangos de temperatura.
  • Estabilidad mecánica: la estabilidad mecánica de una grasa indica su capacidad para resistir la separación del espesante del aceite base bajo condiciones de trabajo. Una buena estabilidad mecánica garantiza una lubricación uniforme a lo largo del tiempo.
  • Resistencia al agua: esta propiedad indica la capacidad de una grasa para resistir el lavado por el agua y mantener su efectividad en ambientes húmedos.
Algunas grasas o lubricantes líquidos agregan aditivos que mejoran propiedades específicas, como la extrema presión (EP), la antidesgaste, la anticorrosión, y la detergencia.

Imágenes | Canva


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