La complejidad del sector del automóvil no puede entenderse sin explicar varios conceptos. Para simplificar la posible aclaración, diremos que en el nivel de atomización y competitividad ha obligado a una creciente integración. Esto es lo que impide que firmas nuevas puedan entrar en él, pues carecen de las economías de escala necesarios para poder competir en igualdad de condiciones. Con todo, hay firmas ajenas que buscan su minuto de gloria.
El último ejemplo llega de la mano del raro y, a la vez, curioso Kyocera Moeye. Quizá esta marca te suene, pero ya te decimos que de un segmento que tradicionalmente ha estado alejado del automóvil. Para quienes no lo sepan, esta firma es una de las mayores del mundo en el desarrollo y fabricación de dispositivos cerámicos y de impresión. Además, también ofrece una amplia gama de productos para procesamiento de imágenes.
El Kyocera Moeye cuenta con visión de rayos X para la carretera
Con esta carta de presentación os preguntaréis ¿Qué busca o qué pretende el Kyocera Moeye? Pues sencillo, servir como un escaparate tecnológico para mostrar de que son capaces en esta empresa. Con todo, aunque no se trate de un vehículo al uso, su diseño ha sido cuidado hasta el último detalle. Esto lo podemos apreciar en cómo han desarrollado su carrocería, de estilo retro, o el diseño del habitáculo, inspirado en los modelo clásicos de japón.
Dejando a un margen la estética exterior, debemos centrarnos en todas las soluciones de futuro que hay en su interior. En primer lugar tenemos la pantalla aérea de cristal líquido a través de la que cobra vida el personaje «Mobisuke». Éste es un asistente virtual de conducción que se sitúa sobre el salpicadero gracias a la proyección de un holograma. En segundo lugar está la visión de rayos X o camuflaje óptico para ver lo que ocurre ante el vehículo.