Las calles de Barcelona fueron escenario de una multitudinaria manifestación organizada por la Asociación de Afectados por Stellantis (Afestel) el pasado sábado. La protesta surgió como respuesta a los graves problemas que presentan miles de vehículos equipados con motores PureTech, cuyos defectos han generado una oleada de quejas y exigencias por parte de los propietarios.
El foco del problema radica en la degradación prematura de la correa de distribución de estos motores, lo que provoca un elevado consumo de aceite, fallos en la bomba de vacío y, en muchos casos, la necesidad de reparaciones costosas que los propietarios han tenido que asumir. Este fallo principal afecta a una serie de modelos de marcas como Opel, Peugeot, Citroën, DS, Jeep y Toyota, todas ellas pertenecientes al conglomerado Stellantis. Los motores afectados se comercializaron desde 2014, aunque el problema fue identificado oficialmente en 2020.
Uno de los participantes en la protesta, Yerba Luca de Tena, presidente de Afestel, describió cómo su propio vehículo sufrió una avería grave por este motivo, lo que le obligó a cambiar la correa y limpiar el circuito del motor, con un gasto de 1.500 euros. Como muchos otros, reclama que la empresa se responsabilice de los costes de las reparaciones y compense a los usuarios por cada día que sus vehículos han estado fuera de circulación. También pide una compensación por la devaluación de los automóviles afectados.
Exigencias claras de los manifestantes
Las demandas de los participantes en la manifestación fueron contundentes. Exigen que la empresa reconozca públicamente el defecto de fábrica de los motores PureTech, retire los vehículos defectuosos del mercado y reembolse los gastos de reparación. Además, piden una compensación económica por la pérdida de valor de sus coches y por los días en que los vehículos han estado inutilizables sin que se les proporcionara un coche de sustitución.
Entre los más de 6.000 afectados organizados dentro de Afestel, Barcelona se posiciona como uno de los puntos neurálgicos de las protestas, con cerca de 80.000 vehículos afectados solamente en Cataluña.
La respuesta de Stellantis
En un intento por calmar los ánimos, Stellantis ha ampliado la garantía de sus motores PureTech a 10 años o 175.000 kilómetros para los vehículos matriculados entre abril de 2014 y junio de 2022. Esta medida, aunque positiva, es vista por los afectados como insuficiente, ya que no cubre el coste total de las reparaciones ni aborda los problemas derivados del fallo en la fabricación.
Yerba Luca de Tena fue claro al respecto durante la manifestación: “Nos están tomando el pelo, ofrecen soluciones a medias y no se responsabilizan por completo de los daños que nos han causado”. Según los asistentes a la protesta, la medida es solo una forma de ganar tiempo mientras los afectados continúan acumulando pérdidas.
Un problema a nivel europeo
Esta situación no se limita solo a España. Según estimaciones, más de cuatro millones de vehículos en toda Europa están equipados con estos motores defectuosos, lo que demuestra la magnitud del problema. Afestel, en representación de los afectados, recalca que la inacción de Stellantis solo agrava la desconfianza de los propietarios y merma la imagen de las marcas involucradas.
En España, el número de coches afectados asciende a 765.000, de los cuales un gran porcentaje está en Cataluña. Este esfuerzo por visibilizar el problema mediante manifestaciones no es un hecho aislado, ya que Afestel ha organizado marchas similares en otras ciudades, como Vigo, donde se encuentra la sede central de Stellantis en España.
Más movilizaciones en marcha
La de Barcelona no será la única protesta. El calendario de movilizaciones continuará con una manifestación en Sevilla el 23 de noviembre. Tras esta, el movimiento se trasladará a Zaragoza, ciudad en la que Stellantis tiene una importante planta de producción, para manifestarse el 14 de diciembre. Por último, la capital española, Madrid, acogerá otra manifestación el 21 de diciembre, para cerrar un año de reivindicaciones intensas contra el fabricante automovilístico.
Afectados de toda España seguirán alzando la voz en estas convocatorias, exigiendo soluciones reales y no promesas vacías. Las manifestaciones buscan visibilizar el problema no solo ante la compañía, sino también ante la sociedad, concienciando sobre la importancia de que las empresas automovilísticas respondan por los defectos en sus productos.
La lucha por soluciones definitivas
Los afectados están decididos a no parar hasta conseguir una solución que cubra todas sus necesidades. Consideran que los vehículos en cuestión deberían ser retirados del mercado y que la empresa debería hacerse cargo de todos los costes asociados a las reparaciones y al desgaste prematuro del motor. Además, exigen compensaciones por los daños colaterales que han enfrentado, como el tiempo sin poder utilizar sus vehículos o la pérdida de valor de los mismos.
Este problema también sirve como un grave precedente para la industria automotriz, en la que los consumidores exigen cada vez más transparencia y responsabilidad. Las demandas que surgen de estas manifestaciones ponen en evidencia la urgencia de desarrollar modelos de garantía que protejan a los usuarios ante fallos estructurales que, como en este caso, afectan tanto la seguridad como el bolsillo de los consumidores.
La presión social comienza a generar un impacto, y los afectados confían en que, a medida que las movilizaciones se extiendan por el país, lograrán que Stellantis y las instituciones competentes tomen cartas en el asunto y resuelvan el conflicto de una vez por todas. La respuesta de la empresa será clave para recuperar la confianza de los consumidores y evitar un daño mayor a su reputación.