El preparador Mansory es uno de los mÔs reputados entre los fabricantes premium alemanes e italianos. La forma en que lleva a cabo sus creaciones gusta a muchos, pero también crea controversia entre aquellos que buscan un estilo mÔs discreto. La provocación estÔ en su ADN y la mejor forma de comprobarlo es echar un vistazo a su catÔlogo. La última creación es el arrogante, poco elegante y callejero Mansory Coastline.
Para su desarrollo se ha basado en el Rolls-Royce Cullinan, el todo camino mĆ”s exclusivo del mundo. Hay que reconocer que el modelo inglĆ©s no es el mĆ”s discreto del mundo, pero al menos es mucho mĆ”s elegante que la creación del preparador alemĆ”n. Sobre Ć©l, han introducido una serie de cambios que podrĆan considerarse de dudoso gusto. El mĆ”s extraƱo y doloroso es vestir de azul turquesa el emblema del Spirit of Ecstasy.
El Mansory Coastline pierde la elegancia del Cullinan
A partir de ahĆ, todo lo que vemos es lamentable. Las entradas de aire son mĆ”s generosas que en el modelo de calle y el capó estĆ” hecho de fibra de carbono. Lo peor, es que estĆ”n decorados con una mezcla de tono turquesa y gris de poco gusto. En la vista lateral han incluido unas entradas de aire y unas llantas de aleación de gran tamaƱo que demuestran que estamos ante una versión especial.
Pero lo peor estĆ” de puertas adentro, que es donde el conductor y pasajero pasan mĆ”s tiempo. Todo el habitĆ”culo estĆ” forrado en cuero y ante de primera calidad, pero de color turquesa. Es mĆ”s, hasta el asiento destinado a los mĆ”s pequeƱos de la casa se viste de este material y tono. Lo que no cambia son las lĆneas de diseƱo ni las posibilidades de equipamiento, pues Mansory se limita a preparar la unidad que el cliente le proporciona.
A nivel mecÔnico también hay cambios. El bloque gasolina de 6.75 litros V12 con twinturbo incrementa su potencia. Ahora, alcanza los 600 CV y 950 Nm de par mÔximo. Gracias a esta inyección de potencia mejora el paso de 0 a 100 kilómetros por hora hasta hacerlo en cinco segundos. La velocidad punta también se incrementa, parando la aguja en los 280 kilómetros por hora.
Con todo, Mansory no ha desvelado el precio a pagar por esta preparación, pero quizÔ sea mejor no saberlo. Ahora, a buen seguro no le faltarÔn clientes que quieran destrozar su Rolls-Royce para presumir de «tuning de alta costura».
Fuente ā Mansory ā Mansory Coastline based on the Rolls-Royce Cullinan