Mercedes-Benz está inmersa en la renovación de los principales modelos que forman su catálogo. Sin embargo, hay un integrante de este portfolio que está en la cuerda floja por su técnica, posicionamiento en el mercado y bajo nivel de ventas. Teniendo en cuenta esta situación, los responsables de la marca alemana no saben qué hacer con el cabrio de techo duro escamoteable SLC.
Si hacemos memoria, la última generación del SLC llegó al mercado en el año 2008, cuando todavía era conocido como SLK. En los diez años que lleva a la venta, además de cambiar de denominación en el año 2011, también sufrió un restiling de gran calado, ya que su estética quedó alejada del resto de modelos de la marca. Sin embargo, mantenerlo en el mercado por mucho tiempo más no es rentable, haciendo que se convierta en un quebradero de cabeza para la firma de la estrella.
Hace poco, se especuló en una posible alianza entre Mercedes-Benz y Nissan para llevar a cabo el desarrollo de los sustitutos de los 370Z y SLC. Sin embargo, esta noticia fue desmentida por parte de la marca alemana, dejando en el aire el futuro de ambos modelos. La razón de estas dudas tiene que ver con el elevado coste que tendría su desarrollo, ya que está fabricado sobre una plataforma exclusiva que no comparte con ningún otro modelo en la marca, debiendo echar muchos números para dar luz verde a su relevo.
El problema para Mercedes-Benz se sitúa en el segmento en que se desenvuelve el SLC. Con el auge de los todo caminos y SUV´s, las ventas de los deportivos de dos puertas y techo escamoteable (sean premium o no) están de capa caída, haciendo que no sean rentables para las marcas. Por ello, Tobias Moers, Director de AMG, ha negado que estén a cargo de desarrollar un sustituto para el SLC, por mucho que se insista en que estará basado en el AMG GT.