Nissan Motor Corporation ha anunciado un ajuste significativo en sus operaciones de producción en Estados Unidos como parte de un plan global para optimizar costes, abordar cambios en la demanda y reforzar su posición en un mercado cada vez más competitivo. Este movimiento, que incluye la reducción de turnos de trabajo en varias plantas, afecta a miles de empleados y refleja los esfuerzos de la compañía por adaptarse a un entorno económico desafiante.
El plan contempla la consolidación de turnos en sus fábricas de Smyrna, Tennessee, y Canton, Misisipi, donde se fabrican algunos de los modelos más populares de la marca como el SUV Rogue y el sedán Altima. A partir de abril la planta de Smyrna reducirá su trabajo a un solo turno en una de sus líneas, mientras mantiene dos turnos en otra que fabrica modelos como Pathfinder y Murano. Una medida similar se ejecutará en Canton en septiembre, afectando su producción y personal.
Un esfuerzo global para recortar empleos y costes
Nissan tiene como objetivo recortar 9.000 empleos a nivel mundial y ahorrar así hasta 2.600 millones de dólares, una cifra significativa que subraya la escala del ajuste planificado. En las fábricas yanquis que forman parte de esta estrategia se estima que unos 1.500 puestos de trabajo podrían verse afectados con indemnizaciones voluntarias y jubilaciones anticipadas. En su planta de motores en Decherd, Tennessee, también se realizarán ajustes en los turnos, pero no está prevista una eliminación total de turnos.
La casa nipona ha señalado que esta reestructuración global busca alinear mejor su capacidad de producción con las tendencias actuales del mercado, pero también se interpreta como un paso para preparar a Nissan para una posible alianza estratégica. De hecho, las negociaciones con Honda Motor para la fusión, prevista para 2026, podría dar lugar a la creación del tercer mayor grupo automotriz del mundo, con una producción estimada de 7,4 millones de vehículos anuales.
Cambio de enfoque en un mercado incierto
Nissan ha destacado que las medidas anunciadas no se traducen en despidos obligatorios, sino que se centran en ofrecer opciones a los trabajadores mediante indemnizaciones. Según la compañía, este enfoque pretende minimizar el impacto negativo en los empleados y las comunidades donde están las fábricas. «Estamos respondiendo a las necesidades del mercado en función de nuestra situación actual», afirmó David Johnson, vicepresidente sénior de fabricación y cadena de suministro para Estados Unidos.
Las fluctuaciones en la demanda de modelos específicos también han influido en la decisión. Aunque el volumen total de ventas de Nissan en Estados Unidos creció un 2,8 % el año pasado la demanda de vehículos como el Altima y Rogue cayó significativamente, con descensos del 11 % y 9,5 %, respectivamente. Estos datos han obligado a la empresa a ajustar aún más su capacidad productiva.
Impactos y perspectivas para el futuro
Los recortes en los turnos de producción no solo buscan mejorar la eficiencia operativa sino también reducir su coste en épocas de baja demanda. Nissan ha ejecutado medidas extra como la suspensión de producción en días clave y la extensión de días festivos en torno a fechas como Navidad y Acción de Gracias. Estas decisiones se han tomado para evitar el desperdicio de recursos mientras se maximizan las operaciones en períodos más rentables.
Además, se espera que la producción en dos turnos se reanude en ambas plantas afectadas en los próximos años, coincidiendo con la introducción de nuevos modelos programados para 2027 y 2028. Esto indica que la reestructuración de Nissan no es solo una respuesta a los desafíos actuales, sino también parte de una estrategia más amplia para posicionarse mejor en el futuro de la industria automotriz.
En medio de este complejo panorama, Nissan también explora nuevas alianzas estratégicas, como las conversaciones en curso con Honda. Si las negociaciones prosperan podrían surgir oportunidades significativas de colaboración que beneficiarían tanto a las empresas como a los consumidores, consolidando su competitividad en un mercado global dominado por la transición hacia vehículos eléctricos y tecnologías avanzadas.
La decisión de Nissan de recortar su capacidad productiva y optimizar recursos se enmarca en un entorno global cada vez más competitivo y en constante cambio. La necesidad de adaptarse a estas circunstancias no solo refleja los retos del mercado, sino también la capacidad de la empresa para buscar soluciones que preserven su futuro a largo plazo mientras minimizan el impacto en sus empleados y comunidades.
Fuente – Automotive News
Imágenes | Nissan