Nissan Motor ha oficializado la mayor reestructuración de su historia reciente tras confirmar el despido de hasta 20.000 trabajadores en todo el mundo y el cierre progresivo de hasta siete de sus plantas de producción de aquí a 2027. La noticia llega en un momento marcado por unas pérdidas netas superiores a los 4.000 millones de euros en el último ejercicio fiscal, lo que ha obligado al fabricante japonés a tomar medidas «urgentes» y profundas en busca de estabilidad financiera.
El anuncio supone una ampliación significativa respecto a la reducción de 9.000 empleos adelantada en noviembre del año 2024. El recorte afectará aproximadamente al 15% de la plantilla global, incluyendo puestos directos e indirectos, así como funciones contractuales tanto en la fabricación como en ventas, gestión y áreas de investigación y desarrollo. La drástica decisión se atribuye a un descenso de ventas mayor de lo previsto, especialmente en los mercados de China, Japón y Europa, y a un aumento considerable de los costes operativos.
Principales causas y contexto financiero…
Las cifras del último ejercicio fiscal —del 1 de abril de 2024 al 31 de marzo de 2025— muestran un desplome del resultado operativo del 87,7% respecto al ejercicio anterior, con una pérdida neta de 670.900 millones de yenes (aproximadamente 4.040 millones de euros). Este resultado contrasta de forma llamativa con el beneficio de 426.600 millones de yenes (2.593 millones de euros) registrado el año anterior. Además de la bajada en ventas, la depreciación de activos y el encarecimiento de materias primas y gastos generales han asfixiado la rentabilidad de la compañía.
Se ha producido también una importante caída de la cuota de mercado mundial, situándose en el 3,8% tras registrar una bajada global del 2,8% en el número de unidades vendidas. Por regiones, mientras en Norteamérica las matriculaciones crecieron un 2,5%, en China, Japón y Europa el desplome ha sido determinante. Los aranceles de EEUU a las importaciones de vehículos japoneses y la competencia creciente han añadido presión al balance.
Reducción de plantas y estrategia de ahorro…
El plan de reestructuración contempla el cierre de siete fábricas entre 2024 y 2027, pasando de 17 a 10 plantas de producción a nivel global. Esta medida supondrá una reducción del 30% en la capacidad productiva, excluyendo el mercado chino. Nissan ajustará también los turnos de trabajo, acelerará los cambios en su política laboral y cancelará proyectos como la factoría de baterías prevista en Kyushu (Japón). El objetivo es conseguir un ahorro total de 500.000 millones de yenes (unos 3.041 millones de euros), que permita estabilizar el flujo de caja y asegurar la viabilidad a largo plazo.
Dentro de los ajustes se prevén reformas en las plantas de propulsión y optimización de los servicios compartidos y de marketing, con el fin de elevar la eficiencia en todas las áreas de negocio. El cese de la producción en Argentina, la concentración de gamas en México y la supresión de nuevas inversiones en determinadas regiones forman parte también de la hoja de ruta diseñada por la dirección global.
Implications for Spain and Europe…
Por el momento, no se ha confirmado en qué grado impactarán los recortes sobre las operaciones españolas. Nissan mantiene actualmente dos centros fabriles importantes en España: la planta de Ávila, especializada en vehículos industriales, y la de Los Corrales de Buelna (Cantabria). El recuerdo del cierre de la emblemática planta de Barcelona —con tres instalaciones, incluida la principal en Zona Franca— en 2021 sigue muy reciente, lo que genera preocupación entre empleados y proveedores del sector.
Las fuentes consultadas indican que las delegaciones territoriales aún no han recibido instrucciones específicas sobre posibles despidos o cierres. Desde la matriz se insiste en que el plan es global y, aunque afectará a todas las regiones de forma proporcional, por ahora es imposible precisar la magnitud del impacto local.
Futuro y reacción del mercado…
El reciente nombramiento de Iván Espinosa como presidente y CEO de Nissan Motors ha estado acompañado de un mensaje claro: la reestructuración será más rápida y ambiciosa de lo previsto. Por su parte, la bolsa de Tokio ha reaccionado con subidas ante el anuncio, anticipando que la reducción de gastos podría aliviar la presión financiera de la firma. No obstante, la dirección de Nissan ha evitado ofrecer detalles sobre qué factorías o áreas de negocio se verán más afectadas por los cierres y ajustes de plantilla.
Entre los argumentos para la drástica reestructuración, además de la crisis de ventas y los costes, se cita la fuga de posibles fusiones estratégicas con otras marcas, como el fracaso en las conversaciones con Honda y Mitsubishi para formar un grupo con mayor masa crítica. Por el momento, la apuesta por la electrificación y la innovación de producto se mantiene, con nuevos lanzamientos como la tercera generación del Nissan Leaf y otros SUV eléctricos.
Pese al recorte, la firma no prevé alterar estos planes a corto plazo. La profunda reestructuración iniciada por Nissan responde a la necesidad de adaptarse a un entorno financiero adverso y de declive en ventas globales. Con unos 20.000 despidos previstos, el cierre de siete plantas y un plan de ahorro de 3.000 millones de euros, la compañía da un giro estratégico con el objetivo de recuperar la rentabilidad y garantizar su continuidad. El alcance concreto en mercados como el español aún está por esclarecerse, mientras la dirección asegura que la prioridad será mantener el pulso en innovación y electrificación.
Fuente – Nissan
Imágenes | Nissan