Hace ya casi una década que Tesla anunció su deportivo 100% eléctrico, el Roadster. Con él generaron gran expectativa entre los aficionados al automóvil y la movilidad eléctrica. Sin embargo, a día de hoy, ni un solo cliente ha recibido este vehículo, y el proyecto acumula una serie de retrasos. Todos ellos no han hecho más crecer el escepticismo tanto entre el público como entre los propios seguidores de la marca. Más aún sabiendo que Elon Musk anda en «otras historias» y no presta mucha atención al negocio.
La compañía insiste en que el lanzamiento del Roadster no está cancelado, pero las continuas promesas incumplidas han colocado al modelo en una especie de limbo. Incluso el propio Elon Musk, a través de la red social X, ha dejado caer que antes de finalizar el próximo año se realizará la que ha llamado «la demostración más épica de la historia». Esto, según fuentes internas de Tesla y declaraciones públicas de directivos como Lars Moravy, vicepresidente de Ingeniería de Vehículos, apunta claramente al Roadster, aunque aún no se han concretado detalles sobre dicha presentación.
Un deportivo sin precedentes que todavía no ve la luz…
Desde que se presentó en el año 2017, el Tesla Roadster fue vendido como un coche destinado a marcar un antes y un después entre los deportivos eléctricos. Su ficha técnica inicial prometía un coupé descapotable de techo tipo Targa, tracción total, y unas cifras de infarto. Aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 1,9 segundos, velocidad punta superior a 400 km/h y una autonomía en torno a 1.000 kilómetros por carga. Incluso se llegó a hablar de una opción equipada con propulsores de gas estilo SpaceX, capaces de reducir el 0 a 100 km/h a cifras por debajo del segundo, algo absolutamente único en el sector.
No obstante, el paso del tiempo ha debilitado la confianza en esas promesas. Cada año, la fecha de producción se ha ido aplazando. Y aunque Tesla ha permitido reservar este modelo con depósitos de hasta 50.000 dólares en EEUU o 43 mil euros en el mercado europeo, nadie ha recibido aún ni una sola unidad. Las versiones de lanzamiento como la Founders Series exigían incluso el pago completo por adelantado, pero en la práctica ni siquiera han pasado del configurador de la web.
El contexto actual y las nuevas prioridades de Tesla…
El retraso indefinido del Tesla Roadster no se explica solo por las dificultades técnicas o por la ambición de sus prestaciones. El mercado de los deportivos y superdeportivos eléctricos sigue sin despegar del todo en el mundo y entre todos los entusiastas de vehículos de altas prestaciones. En efecto, este fandom a menudo prefieren la experiencia analógica y la emoción de los motores de combustión tradicionales antes que «electrodomésticos» con ruedas.
A nivel interno, Tesla ha dado prioridad a modelos más asequibles y de mayor volumen, como variantes simplificadas del Model Y y la esperada berlina de entrada que parece no llegará. Esto ha desplazado proyectos como el Roadster a un segundo plano dentro de la hoja de ruta de la empresa. El propio Musk ha reconocido en sus comunicados que las inversiones y los recursos se concentran principalmente en productos destinados a conquistar el mercado masivo.
La importancia simbólica del Roadster y el desgaste de la estrategia…
Para Tesla, el nuevo Roadster tenía una función de escaparate tecnológico, demostrando el potencial extremo de la movilidad eléctrica. Sin embargo, la falta de avances tangibles le ha granjeado fama de un coche fantasma. La compañía ha recaudado cientos de millones en depósitos y reservas, pero la realidad es que ni la demo revolucionaria ni el inicio de la producción han tenido lugar. En los últimos meses, directivos como Lars Moravy han vuelto a insistir en que el Roadster será el “último gran coche para conductores” antes de la implantación masiva de la conducción autónoma.
Con todo, la expectación y el impacto publicitario que conseguía hace años ha disminuido, especialmente porque otros fabricantes como Rimac o BYD han conseguido poner en la calle superdeportivos eléctricos reales, cumpliendo con lo que prometieron. Pese a los anuncios de inminentes demostraciones y a la declaración de intenciones sobre su desarrollo tecnológico, lo cierto es que el Tesla Roadster sigue sin fecha concreta. El modelo aparece y desaparece del radar mediático con cada intervención pública de la compañía, pero no termina de materializar ninguna de sus promesas.
Los últimos datos dejan claro que Tesla centra sus esfuerzos en vehículos más populares y en proyectos como el nuevo robotaxi. Por su parte el Roadster sigue siendo la promesa pendiente de cumplimiento. Tras casi ocho años de continuos retrasos, cifras extraordinarias sobre el papel y una recaudación millonaria en reservas, el Roadster refleja las tensiones entre la innovación, las expectativas del mercado y las realidades empresariales. Aunque el proyecto aún sigue en desarrollo y la marca aún alimenta la esperanza de una demostración impactante, el vehículo se mantiene en la frontera entre mito y realidad. Paciencia…