Porsche parece haberse nutrido del buen impulso (nunca mejor dicho) de sus ventas del Panamera y Cayenne del año pasado y tiene planeado el lanzamiento de nuevos modelos para los próximos dos años. El nuevo 911 se producirá en una nueva plataforma construida en gran parte en aluminio que se compartirá con el Boxster y el Cayman.
Del mismo modo, el actual Turbo será reemplazado el año entrante por un nuevo modelo con chasis aligerado. El rendimiento se espera que mejore debido a la pérdida de casi 50 kilogramos de masa.
Se cree que la casa de Sttutgart va a aprovechar este aligeramiento en el chásis para añadir u elemento que les aleja de la silueta clásica y les acerca más al estilo supercar italiano: Un frente más amplio y una mayor distancia entre ejes.
Entre los cambios a corto plazo de Porsche se espera que mueva su producción del nuevo Boxster y Cayman a la planta de Karmann y en Zuffenhausen para poder aprovechar la tecnología en que cada vez tiene más en común con 911 de nueva generación.
Se espera poder observar los cambio definitivos en el Salón de Ginebra del 2012, o posiblemente en alguna foto espía si la suerte acompaña.