La sociedad de Mercedes-Benz y AMG cumple 50 aƱos, y creo que no es necesario decir que su Ć©xito ha sido brutal. Los modelos de la marca alemana con la firma de AMG no son coches cualquieras, habiĆ©ndonos dejado vehĆculos tan rĆ”pidos, tan deportivos y con un sonido tan embriagador que solo con arrancarlos ya ponen el vello de punta. Hoy os traemos una de las Ćŗltimas creaciones con el sello de AMG, el Mercedes-AMG GT Roadster.
Cierto es que las Ćŗltimas versiones con el nĆŗmero ā43ā no son tan extremas, quedando mĆ”s o menos al mismo nivel que la gama āSā de Audi. Afortunadamente, no todos los coches que pasan por las manos de AMG son āsimplementeā coches de mayor lujo capaz de ir muy rĆ”pido. El Mercedes-AMG GT Roadster que te muestro a continuación no es un pura sangre de los mĆ”s rĆ”pidos para circuito -para eso queda el AMG GT Rā pero te divertirĆ”, y mucho, en cualquier carretera de curvas. Os lo presento.
Mercedes nos habĆa reunido, junto a otros compaƱeros del sector, para mostrarnos las novedades llegadas en 2017 y, ademĆ”s, hacernos conocedores de las próximas novedades de la marca que debutarĆ”n en 2018, como ya os mostramos en este otro artĆculo. AdemĆ”s de esto, la firma alemana querĆa que nos divirtiĆ©ramos y llevó al evento algunos de sus Ćŗltimos lanzamientos, entre los que se encontraba el protagonista de estas lĆneas. Modelo que, sin dudar, decidimos probar.
Bajito, ancho y con un «morro» enorme
4,54 metros de largo, 1,94 de ancho y apenas 1,26 metros de altura son las dimensiones exteriores de este flamante deportivo descapotable, a las que hay que sumar una distancia entre los ejes delantero y trasero de 2,63 metros. Como ya veis, se trata de un coche relativamente largo, muy ancho y muy bajito.
De su diseƱo exterior, en esta unidad acabada en un tono comĆŗnmente conocido como āblanco huesoā, podemos destacar su imponente y baja parrilla frontal Panamericana, las dos tomas de aire en las esquinas delanteras, el extremadamente largo capó, las aletas de refrigeración tras los pasos de rueda delanteros, su capota en color rojo, las enormes llantas negras de 19 pulgadas, los finos pilotos de luces traseros o el sutil difusor que alberga la doble salida de escape; es decir, destaca prĆ”cticamente todo.
Obviamente, el Mercedes-AMG GT Roadster es un coche que atrapa todas las miradas a su paso, pero su estĆ©tica exterior no es excesivamente bruta. No pretende presumir con lĆneas afiladas. Sus trazos buscan un estilo mucho mĆ”s próximo al de un Porsche 911 que al de un Lamborghini, por citar solo dos ejemplos. PodrĆamos considerarlo como un coche de āGentlemanā.
Para dos y que no sean muy altos
El interior de este biplaza tiene sus pros y sus contras. Por un lado nos encontramos con una postura de conducción perfecta que, por ir tan cerca del suelo, aumenta la sensación de deportividad; tanto que nos hace sentirnos casi como en un auténtico coche de carreras. A esto hay que sumar que las butacas sujetan la mar de bien nuestro cuerpo siempre y cuando no seamos muy corpulentos. Sin embargo, el lado negativo es que tal vez no sea apto para personas muy altas, pues la altura hasta el techo es algo justa.
TambiĆ©n nos esperĆ”bamos un interior mejor acabado, pues algunos materiales escogidos y calidades de ajuste son, a nuestro juicio, mejorables para un coche de esta categorĆa y precio. Ojo, con esto no queremos decir que sean de baja calidad; simplemente creemos que hay aspectos a mejorar. Al tratarse de un descapotable, cuando pasamos sobre ciertas irregularidades que ponen a prueba la rigidez torsional de la carrocerĆa -como afrontar una rampa con cierta inclinación lateral- se escucha algĆŗn que otro āgrilloā; pero para percibirlo tenemos que tener un oĆdo bastante fino.
Si te preguntas por su maletero, ya puedes intuir que la capacidad de carga no se acercarĆ” a la de un Mercedes-Benz Clase E Estate. Su capacidad de carga es de tan solo 165 litros, que te permitirĆ”n transportar una maleta de tipo cabina y tal vez algĆŗn que otro bulto como una bolsa de gimnasio; pero vaya, no es el coche ideal para irte 15 dĆas viaje con tu pareja, Āæo sĆ?. De todos modos, Āæacaso importa demasiado el volumen de maletero en un coche como Ć©ste?
Un V8 de 4 litros biturbo con 476 CV y 630 Nm
El Mercedes-AMG GT Roadster ha dejado a un lado las mecƔnicas atmosfƩricas, prefiriendo utilizar un poderoso V8 biturbo de 4 litros, el cual se ubica en la parte delantera. Esta variante utilizada en el biplaza descapotable es la menos potente, pues por encima quedan los AMG GT C Roadster y el AMG GT R, que entregan 557 y 585 respectivamente. En el caso del modelo probado eroga 476 CV a 6.000 rpm y un par motor mƔximo de 630 Nm disponible entre las 1.700 y 5.000 rpm.
A pesar de ser la versión menos potente, ya podrĆ”s imaginar que empuje no le falta a este modelo de Affalterbach. Toda esta caballerĆa es enviada Ćŗnica y exclusivamente al eje trasero, pasando antes por una caja de cambios de doble embrague con 7 velocidadesĀ -que se encuentra en la parte trasera- y un diferencial autoblocante. SegĆŗn las cifras de homologación, el Mercedes-AMG GT Roadster es capaz de realizar el 0 a 100 km/h en 4 segundos, alcanzando una velocidad punta de 302 km/h. Nada mal para ser propulsión trasera. Si te preguntas por sus consumos, homologa un mixto de 9,4 litros a los 100.
”Acción!
Llega el momento de dejarse de percepción visual y de nĆŗmeros para dar paso a la verdadera acción. Pie al freno, dedo Ćndice al botón de arranque y el V8 de 4 litros del Mercedes-AMG GT Roadster cobra vida. Nos esperĆ”bamos un estruendo mayor, pero este detalle nos hace recordar desde el primer momento que, ademĆ”s de deportivo, tambiĆ©n es un GT; un Gran Turismo con el que viajar cómodos pero, si queremos, a un ritmo endiablado.
Seleccionamos el modo de conducción Sport, activamos el modo deportivo de su sistema de escape y buscamos la carretera de curvas mĆ”s cercana. Salimos con el cambio en modo automĆ”tico y vemos que, a ritmos tranquilos, tambiĆ©n quiere mantener la calma sin apurar las marchas. Si hundimos el pie derecho todo cambia y en unos instantes habrĆ” reducido las velocidades suficientes para entregar la energĆa mĆ”xima disponible.
Los 476 CV nos dejan pegados al asiento y las ayudas electrónicas, nuestros Ć”ngeles de la guarda, impiden que la zaga comience a serpentear; aunque sus neumĆ”ticos traseros en medidas 295/35 R19 -255/35 en llanta 19 delante- tambiĆ©n tienen buena parte de āculpaā. El sonido del motor sigue sin ser atronador, pero su gorgoteo y sus āpetardazosā al bajar marchas logran dibujar una sonrisa en nuestro rostro.
El pedal de freno requiere de cierto tiempo de adaptación, pero lo cierto es que permiten dosificar la frenada de forma muy efectiva y, sobre todo, inmediata. El sistema de frenos es capaz de parar a esta bestia en pocos segundos, incluso siendo de aceroĀ -aunque perforados y rayados- como en esta unidad probada. De forma opcional, si habitualmente buscarĆ”s las cosquillas al AMG GT Roadster, deberĆas adquirir un kit de frenos carbocerĆ”mico que cuesta algo mĆ”s de 10.000 euros.
Llegan las curvas y, aunque con tranquilidad, aumentamos poco a poco el ritmo. La dirección tiene asistencia hidrĆ”ulica, transmitiĆ©ndonos un gran feeling de quĆ© ocurre bajo las ruedas delanteras. Mientras tanto, la suspensión contiene de forma eficaz las inercias de sus 1.670 kilos, aunque es cierto que notamos algĆŗn que otro grado de inclinación en curva. Es dura, pero no por ello extrema. El coche no se descoloca lo mĆ”s mĆnimo al sobrepasar irregularidades en pleno apoyo, transmitiendo una elevada confianza. De todos modos, tenemos casi 500 CV en el eje trasero, por lo que reconocemos cierto miedo a abrir gas a fondo a la salida de una curva lenta.
Llegamos a una travesĆa, siendo Ć©ste el momento ideal para, por debajo de 50 km/h, plegar su capota de lona roja y de seleccionar el modo mĆ”s confortable con uno de los mandos ubicados en la consola. La suspensión no es tan seca como nos esperĆ”bamos con los baches, algo que es de agradecer, y el Ćŗnico temor al sobrepasar resaltos llega por su bajo voladizo delantero. Por otro lado, la temperatura exterior ronda los 10 grados y el sol hoy estĆ” escondido, por lo que activamos la ābufanda de aire calienteā conocida como Airscarf para no quedarnos helados. En pocos segundos nuestro cuello lo agradece.
Lógicamente, los viandantes de esta localidad nos miran, nos seƱalan y, como era de esperar, mĆ”s de uno saca su móvil para tirarnos una foto; mejor dicho, para tirar una foto al coche. SĆ, el Mercedes-AMG GT Roadster, por si quedaba alguna duda, atrae bastantes miradas, aunque su color no es precisamente de lo mĆ”s ācantosoā.
Volvemos a capotar el techo de lona, operación que se realiza en apenas unos segundos, y continuamos con nuestra toma de contacto que, muy a pesar nuestra, no es todo lo extensa que nos gustarĆa. Volvemos a trazar curvas y a seguir deleitĆ”ndonos con su fluidez en virajes. Como citĆ”bamos antes, a ritmo elevado hila muy fino, aunque no es tan efectivo como el Audi R8 que probamos meses atrĆ”s. Es un coche con un planteamiento distinto, pero que no necesita de un ritmo terriblemente endiablado para hacerte disfrutar.
Adelantar en una vĆa secundaria no es un problema para el Mercedes-AMG GT Roadster. Basta con poner el intermitente, cerciorarnos de que no viene nadie en sentido opuesto, cambiarnos de carril, apretar el acelerador a fondo, esperar un instante a que la transmisión baje un par de marchas y en pocos segundos habremos āquitado las pegatinasā al coche que nos precedĆa. Peligrosamente sencillo me atreverĆa a decir, pues en pocos segundos nos asustaremos al echar un vistazo al velocĆmetro.
Concluyendo
Seguimos fluyendo entre curvas hasta nuestro punto de encuentro, ahora a un ritmo muy tranquilo y pensando en el coche. āĀ”QuĆ© asco de dinero!ā, exclama mi acompaƱante. Justamente estaba pensando en algo similar. Es una autĆ©ntica pena que solo unos pocos puedan acceder a este tipo de coches. Coches poco prĆ”cticos, cierto, pero de sensaciones y planteamientos pasionales.
Digan lo que digan, el precio y la economĆa de cada uno siempre es un problema. Este Mercedes-AMG GT Roadster, recordamos que es el descapotable de acceso, cuesta casi 160.000 euros sin opcionales. Y no, no solo hay que comprarlo. Hay que cambiar ruedas con menor o mayor frecuencia segĆŗn nuestra conducción y tambiĆ©n hay que darle de beber. Por no hablar de seguros, impuestos, mantenimientos y todas las excusas que, si tienes una buena cuenta corriente, tambiĆ©n debes tener en cuenta. Ā”QuĆ© narices! Ā”Si puedes, cómpralo!, pero no sin antes haber echado un vistazo a la galerĆa de imĆ”genes que te dejo a continuación.