El mÔs grande, el primero con tracción total, el primero en fabricarse fuera de Oxford y el primero con aspecto SUV. Asà es como podemos introducir al protagonista de la prueba de esta semana, el MINI Countryman John Cooper Woks (JCW). Un modelo con esencia MINI pero con la polivalencia de otros modelos e infinidad de opciones de personalización, ademÔs de un motor con 218CV. Tuvimos un anticipo de este coche en nuestra comparativa de utilitarios GTI.
El acabado JCW de este Countryman no sólo es el mĆ”s alto de la gama, si no tambiĆ©n el mĆ”s potente y deportivo de todos. Salta a la vista que no estamos ante un Countryman convencional, mĆ”s en esta unidad de prensa, que como es habitual, destaca por su aspecto llamativo con las franjas rojas que recorren la carrocerĆa, el techo del mismo color, asĆ como los elementos caracterĆsticos del acabado JCW, que le dan un aspecto realmente deportivo y aplomado a este modelo, el mĆ”s prĆ”ctico de todos los MINI.
Y aunque mucha gente se haya llevado las manos a la cabeza porque MINI sacó un SUV de cinco puertas, lo cierto es que es el MINI mÔs lógico de todos, y es algo que queda patente cuando convives una semana con el. Conserva un tamaño relativamente reducido con 4,13 metros de longitud y 1,78 metros de anchura, lo que se traduce en el habitÔculo mÔs habitable de la gama MINI, con buenas plazas traseras incluso y un maletero de 350 litros, pequeño, pero con formas aprovechables. Aquà da igual que hablemos de la versión probada con 218CV o de la mÔs bÔsica con motor diésel de 90CV.
Haciendo girar cabezas
El MINI Countryman es sobretodo llamativo, mĆ”s el JCW. Su estampa es muy peculiar y hay a quien no le gusta (yo era uno de ellos, pero soy dĆ©bil). Con la combinación probada lo que estĆ” claro es que harĆ”s girar las cabezas de los viandantes, quien no te mire por la llamativa estĆ©tica lo harĆ” por curiosidad, por saber que es eso que petardea. SĆ, el MINI Countryman JCW petardea, aunque de eso hablaremos maƱana.
A pesar de un aspecto robusto, estilo SUV con un frontal realmente elevado, la deportividad estĆ” muy presente en este John Cooper Works. Las llantas bitono de 18ā³, los faldones y los paragolpes deportivos, con dos salidas de escape en la zaga, le confieren al Countryman un aspecto deportivo, a la vez conserva esa imagen SUV con las molduras plĆ”sticas que protegen las aletas. Y lo mejor de todo es que la gente lo sigue reconociendo como un MINI, extraƱo, pero MINI al fin y al cabo.
La sorpresa de la gente continĆŗa cuando se monta y ve el diseƱo del salpicadero. Es espectacular, pero todo queda ahĆ porque desafortunadamente en el interior de este MINI la Ā«practicidadĀ» estĆ” tan presente como la misma palabra en el diccionario de la RAE. No existe y todos la mayorĆa de mandos quedan a desmano, en lugares poco intuitivos y que muchas veces requieren de nuestra atención. Ha primado el diseƱo sobre la función, algo en lo que MINI ha mostrado una evolución positiva con el nuevo MINI de tres puertas.
En calidad de materiales no podemos poner ninguna queja. Las partes superiores son de plĆ”stico blanco y las inferiores son de plĆ”stico duro, pero con buena presencia. Los ajustes son buenos y parece que el Countryman resistirĆ” bien el paso del tiempo. Hay que tener en cuenta de que hablamos de un modelo que data de 2010 y tenemos que mirarlo, en parte, como si estuviĆ©semos en 2010. La tapicerĆa de cuero tiene un tacto excelente, aunque los asientos pecan de tener muy poco agarre lateral, sobre todo si tenemos en cuenta que estamos ante el modelo de carĆ”cter deportivo.
Otros puntos a mejorar son el freno de mano, estilo avión y molesto de accionar cuando el reposabrazos central estĆ” bajado, o los espejos retrovisores exteriores, que quedan en una posición demasiado baja y perdemos parte de la superficie. Si estuviesen colocados un poco mĆ”s arriba la visibilidad por el lado derecho mejorarĆa considerablemente. La pantalla del navegador queda en una posición poco natural y requiere retirar la vista de la carretera. Alrededor tenemos un velocĆmetro analógico, completamente inĆŗtil (hay uno digital tras el volante).
Pero sin duda lo mejor del interior es el espacio disponible en todas las cotas. No hay pegas salvo en la anchura para las plazas traseras, donde tres adultos entrarĆ”n justos y el espacio que queda para los pies bajo los asientos delanteros. De echo, el Countryman se vende en configuración cuatro plazas, la banqueta corrida trasera para tres plazas es opcional, sin sobrecoste. No estarĆa de mĆ”s un apoyacodos central para las palzas posteriores y unas salidas de aire.
Si pasamos al maletero encontramos 350 litros aprovechables en un maletero con dos niveles de carga y soluciones como el respaldo abatible en tres partes. Los asientos se abaten desde las plazas traseras y dejan una superficie de carga casi lisa. El doble fondo del maletero se puede anular para ganar mƔs espacio en altura. Lo que no tiene hueco para guardarse es la bandeja cubremaletero.
MaƱana serĆ” el dĆa en el que arranquemos para empezar a recorrer kilómetros y gastar gasolina como locos. Cuando llevas un coche con 218CV y un comportamiento tan delicioso como el de este Countryman, la eficiencia de combustible es algo que no preocupa en absoluto.