Prueba Mitsubishi Outlander 220 DI-D Kaiteki, conclusiones y gama

Tras un completo análisis tanto exterior como interior y una prueba a fondo por carreteras y caminos, toca hablar del equipamiento del Mitsubishi Outlander Kaiteki. Como ya os hemos contado es el acabado más completo de la gama, con una gran dotación, sobre todo en cuanto a seguridad al ofrecer avanzados sistemas como el control de crucero adaptativo o sistema de mitigación de impactos.

Como auténtico japones los equipamientos son completamente cerrados y no hay ni mil tapicerías, inserciones o modelos de llantas a elegir. El color es lo único sobre lo que tenemos poder de decisión. La mejora en todos los aspectos es abismal frente al anterior modelo, y el precio a penas ha variado.

Del equipamiento de este Mitsubishi Outlander destacamos el funcionamiento del control de crucero adaptativo, con distancias seleccionables pero que nos permite usarlo como un control de crucero normal si quisiéramos, el equipo de sonido con una muy buena calidad firmado por Rockford Fosgate, el tacto de la tapicería de cuero o las luces cortas de xenón que cumplen muy bien su cometido.

Como todo coche el Outlander tiene también algunas sombras, que las podemos encontrar en un sistema de aviso de cambio involuntario de carril que en todo momento he llevado desconectado. Es muy sensible y enseguida pita. Así como no me molesta el del Grupo VAG que actúa sobre la dirección, este que es un simple pitido y una advertencia visual sí lo hace, aunque bueno, de eso se trata también. El sistema de mitigación de impactos no lo he probado, porque hay que apurar mucho y puede ser peligroso, pero en ocasiones sí me ha avisado del peligro de alcance. Al asiento del copiloto le falta poder seleccionar memorias y no es de recibo la ausencia de un espejo interior fotosensible. Pero sin duda, el punto más negativo del Outlander es el navegador MMCS, al que se le puede dedicar un capítulo.

No dejaría de comprarme este Outlander Kaiteki por el, pero desde luego no daba ni cinco duros por tenerlo. Es táctil y es muy lento desde que pulsamos hasta que reacciona. Además, en el GPS es realmente complicado buscar destinos, ya que en muchos casos aparecen en otro idioma, ejemplo: Para volver a casa quise poner Vitoria, pero no existía. Increíble, ¿verdad? Hay que poner Gasteiz que es como se dice en euskera, y claro, esto supone un problema porque particularmente no conozco los nombres en gallego, catalán y euskera de todos los pueblos de estas regiones.

Al margen de esto, algunas veces a la hora de recalcular el navegador me reconducía al lugar donde me había equivocado para seguir por su ruta inicialmente planeada, es decir, no calcula la ruta desde el punto en el que estamos, a no ser que nos pongamos cabezones y estemos un buen rato sin hacerle caso. Vaya, que si me equivoco de calle en Madrid, como suele pasarme, me puede tener dando vueltas como un tonto.

Pero no todo iba a ser malo, y a través del sistema multimedia podemos acceder a multitud de parámetros del vehículo (sensibilidad de luces y limpias, cierre de las puertas, gráficas de consumos, altímetro, barómetro y muchas cosas más como un calendario.

Al margen de este detalle del navegador, el Outlander me parece un coche muy correcto. Es confortable, prestacional y amplio. Además comparado con otros rivales ofrece unas capacidades offroad razonables (y sale peor parado por los neumáticos). No nos olvidemos de las siete plazas, algo que pocos SUV ofrecen. Lo que está claro es que no consume lo que Mitsubishi promete, como cualquier hijo de vecino. Aún así se mueve en cifras muy razonables para sus características (aerodinámica, peso, transmisión).

En cuanto a precio, como veremos más adelante se mueve como muchos de sus rivales. No es un coche barato, como ninguno del segmento, pero está bien equipado desde el acabado más básico y ofrece una buena calidad de acabados, casi impropia de Mitsubishi, que durante un tiempo ha parecido sufrir una involución en este aspecto, para ahora volver al camino adecuado. No nos olvidamos tampoco de la baza de la exclusividad, Mitsubishi nunca ha sido de grandes volúmenes, por lo que serás reconocido por tener un Mitsubishi, y no un coche como el de medio bloque vecinos.

Mitsubishi Outlander Challenge 2WD

Retrovisores calefactados y plegables eléctricamente.
Barras portaequipajes
Lunas tintadas
Neumáticos 215/70 R16
Cuadro de instrumentos con LCD de 4,2″
Segunda fila de asientos deslizable y abatible
Volante multifunción regulable en altura y profundidad
Dos tomas de 12V
Violante y pomo del cambio en cuero
Stop & Start
Indicador de cambio de marcha
Siete airbags
Sensor de luces y lluvia
Luces antiniebla delanteras con luz diurna
Ayuda al arranque en cuesta
Limitador y control de velocidad
Anclajes ISOFIX
Climatizador bizona
Bluetooth
Asiento de conductor regulable en altura
Radio CD MP3 con seis altavoces y USB
Radar de aparcamiento trasero

Mitsubishi Outlander Motion 4WD

Llantas de 18″ con neumáticos 225/55
Faros de xenón
Tracción 4WD inteligente
Equipo de sonido Rockford Fosgate 710W y 9 altavoces
Cámara de aparcamiento en lugar de sensores
Dos plazas adicionales en el maletero
Cambio automático opcional

Mitsubishi Outlander Kaiteki 4WD

Techo solar
Tapicería de cuero
Cambio automático (sin S&S)
Control de crucero adaptativo
Sistema de prevención de colisiones
Alerta de cambio involuntario de carril
Navegador
Portón de maletero eléctrico
Asientos delanteros calefactados
Asiento del conductor con reglaje eléctrico

La tapicería de cuero será beige o negro en función del color de la carrocería y son dos elementos indivisibles. La beige aporta un toque extra de calidad, aunque siempre se nota más la suciedad.