Prueba Opel Insignia 2.0 CDTi 140 CV 5p, motor, conducción y consumos (con vídeo)

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Dicen que si algo funciona, ¿por qué cambiarlo? Este dicho describe de buena manera el caso que esta semana nos ocupa, la renovación de la berlina de Rüsselsheim, el Opel Insignia. Con el folio a medio pintar, se han dedicado, como vimos ayer en el análisis a su diseño exterior e interior, a recatar la estética del modelo y a dejar un interior más fresco y ordenado que el de su predecesor, con la famosa consola central de infinita botonería.

Con todo, la primera generación del alemán, que aterrizaba allá por el 2009, se consolidaba en el segmento con más de 600.000 unidades vendidas en Europa de entre las que 50.000, se quedaban en nuestro país de piel de toro. El 90% de estas matriculaciones, escondían bajo el capó una alternativa diésel, siendo el 2.0 CDTi de 130 CV la favorita de los cliente. Y es que no es que me guste jugar a los porcentajes, sino que estoy apunta de girar la llave del nuevo Opel Insignia 2.0 CDTi de 140 CV… sí, el más popular de entre los compradores. ¿Vendrá con más razones para serlo? ¿O se ha estancado?

Viéndolo por fuera, al menos el miedo nos entra en el cuerpo. ¿No será una ballena que balanceará su cuerpo sin control? Por el momento, acabo de arrancar el motor. Damos nuestros primeros pasos como si de un niño agarrado a su padre se tratara para empezar a sacar conclusiones. Aunque es pronto enseguida la maquina pensante comienza a trabajar, me gusta el tacto de la caja de cambios, parece más directa, y la dirección, aparenta haber recuperado el norte.

Líneas atrás, os contaba que esta nueva edición ha sabido escuchar a su público para, entre otras, limpiar el salpicadero de botones. A nivel mecánico, los cambios también han sido importantes, como la incorporación de nuevas mecánicas más eficientes. Según apunta la marca, el modelo al que voy amarrado como gato a las cortinas, consigue una de las cifras de consumo más bajas del segmento, 3,7 l/100 km. Números que miraré con lupa en mi corto noviazgo con el Insignia.

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Limitado en ciudad, ilimitado en carretera

No parece complicado batallar con la urbe, la dirección, con asistencia hidráulica, facilita el gobernar este navío de poco menos de cinco metros. La tecnología te presta su mano con los sistemas de alerta de cambio de carril o alerta de tráfico, con un funcionamiento sencillo y bastante útil para evitar cualquier susto. Hasta ahora, la única pega nos viene al mirar por el retrovisor y encontrar una luneta trasera que no facilita la visión. Pero es que de la misma manera que no se puede ser del Barcelona y del Real Madrid, es complicado disfrutar de una caída coupé y de buena visibilidad atrás.

Salimos del puerto y el barco se adentra en mar abierto. El paseo por la ciudad nos deja cifras que rondan los 6.5 l/100 km y todavía muchas preguntas sin responder. La envoltura del Opel Insignia y su tarado, le predispone para surcar los mares con aplomo y con uno de los coeficientes de rozamiento más bajos del mercado, 0,25. Una cifra que seguramente tiene mucho que ver con los 5 l/100 km que marca el cuadro de instrumentos tras recorrer 400 km por autovía a la velocidad máxima legal.

Ejemplo de maduración

La travesía por tranquilas aguas ha finalizado y el viaje se torna más interesante. Continuo mi camino por una carretera nacional con esperanzas de conocer el alma de este nuevo Opel Insignia. A punto de descubrir sus virtudes, y por supuesto, sus defectos, repasamos sus características: motor 2.0 CDTi que desarrolla una potencia de 140 CV y un par de 370 Nm. Un corazón que debe mover un cuerpo de 1.613 kg de peso. Empecemos.

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En esencia, estamos ante un Insignia madurado, con las cosas más claras por decirlo de alguna manera. Sabe lo que quiere, sabe a lo que se enfrenta, y pone toda la carne en el asador salvando descuidos del pasado. Y es que su antecesor, a quien también pude echarle el guante, me demostró grandes cualidades dejándome frío por el tacto de su dirección.

Nueva edición y nueva oportunidad, por el momento, pisamos con contundencia el pedal. A esta mecánica no le cuesta subir de vueltas aunque no demuestra demasiada energía. No me malinterpretéis, no hablo de que no corra, porque corre y mucho, pero no te dejará impresionado. Y es que está moviendo un coche pesado, y eso, se nota.

Al llegar los primeros giros, pongo todos los sentidos en la dirección. Me bastan un par de enlazadas para darme cuenta que han trabajado este apartado para ofrecer al conductor mejores sensaciones. Del mismo modo, la suspensión es por poco completamente nueva. Mas del 80% de las piezas, según la compañía, son nuevas. Pese a lo que marca la báscula, el comportamiento que ofrece en curva es bastante decente. El chasis, con la tecnología FlexRide, cumple, y es que solo cuando los llevas al límite te enseñará a subvirar.

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Y es buscando alegría, buscando límites, cuando se hace necesario pulsar el modo de conducción “Sport”. A diferencia de la opción “Tour”, que hace de tu viaje una experiencia más placentera, o el “Normal”, a medio camino entre ambos, el modo deportivo dota a la berlina de una personalidad más traviesa. La respuesta del acelerador es más rápida y la dirección más dura y directa.

Es entonces cuando el Opel Insignia me ha regalado todo su coraje y me ha convencido. No esperaba tanto de él por su tamaño, y ha demostrado buenas actitudes dinámicas. La caja de cambios disfruta de suavidad teniendo unos recorridos justos mientras que el equipo de frenos, pese a que agarran con contundencia, tardan en morder, y cuando muerden, lo hacen progresivamente. Una maniobra a la que simplemente el conductor debe acostumbrarse.

El chico más bueno de la clase

Pero dejarnos la piel de gallina no es su objetivo, para eso tenemos que recurrir a las tres nerviosas letras, a la gama OPC. Tanto la opción de 120 CV, como la que monta nuestra unidad, prometen los consumos más bajos de su segmento, llevando la eficiencia por bandera gracias a la tecnología ecoFLEX. En este sentido, en la prueba, consiguió plasmar 4,1 l/100 km en un recorrido de más de 180 km a 100 km/h, una cantidad difícil de lograr incluso en modelos compactos.

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El nuevo Opel Insignia aterriza en el mercado y por lo pronto, mejora en todo. Tan solo quedaría abrir su catálogo y revisar sus niveles de equipamiento. Además, lo enfrentaremos a la competencia y concluiremos con la prueba. ¿Estamos ante la referencia?


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