En el pasado aƱo 2013, el Campeonato Mundial de Rally de la FIA recibĆa un nuevo participante. El fabricante de automóviles alemĆ”n Volkswagen regresaba a la arena, a la nieve, a la grava, al hielo, al polvo⦠y lo hacĆa con una premisa muy clara, aprender para los aƱos venideros. Sin embargo, el proceso de aprendizaje se tornó en la dominación mĆ”s absoluta, y Volkswagen escribió una nueva pĆ”gina en la historia de esta competición, siendo la primera vez que un fabricante se proclama campeón en el aƱo de su debut.
Hasta la fecha, Volkswagen Motorsport ha cosechado nada menos que 12 victorias y sus pilotos han pisado el podio hasta en 21 ocasiones. Gracias a la normativa de la FIA para esta ardua y espectacular competición, los aficionados al mundo de las cuatro ruedas «recibimos» un importante regalito. Para que el fabricante con sede el Wolfsburgo pudiese competir, tuvo que homologar 2.500 unidades de un modelo de calle con especificaciones similares a las del modelo de competición.
Entre las especificaciones mÔs destacadas, encontramos las referentes a la posición del motor. Es por este hecho, que la versión mÔs bruta del utilitario alemÔn hace gala de un propulsor de 2.0 litros TSI en lugar del motor 1.4 litros que da vida a la variante GTI. Asà es cómo nació el Volkswagen Polo R WRC que hoy nos acompaña, un utilitario GTI que enamora a simple vista por la relación estética que guarda con el modelo de competición, conquistando sobre todo, a los fans de la marca y de la competición.
EspĆritu de competición
Es indudable, la estĆ©tica del Volkswagen Polo R WRC exhala competición desde cualquier Ć”ngulo y ofrecerlo Ćŗnicamente con carrocerĆa de tres puertas es todo un acierto. MĆralo por donde quieras, cada centĆmetro de su pequeƱa carrocerĆa te recuerda cual es su procedencia y es inevitable no soltar una pequeƱa sonrisa al saber que podrĆ”s Ā«emularĀ» al gran SĆ©bastien Ogier. Podemos decir, que el conjunto resulta altamente apetecible, que se muestra muy deportivo e incluso elegante si quitamos los vinilos que recorren el capó y los bajos.
El tono Blanco Puro que lo viste se conjuga a la perfección con el negro brillante que remata ciertos elementos como el labio inferior del faldón delantero, el difusor trasero y el alerón posterior de techo. Es, precisamente, en este último elemento donde queda reflejado que unidad tenemos entre manos. En nuestro caso, disponemos de la unidad 207 de las 2.500 producidas para todo el mundo. Nos sentimos pues, bastantes privilegiado al poder conducir tan exclusivo modelo.
Pero sigamos. Los elementos anteriormente citados no son los Ćŗnicos en acoger tan oscuro pero brillante color, ya que la calandra y los espejos retrovisores tambiĆ©n reciben este sombrĆo baƱo. Las lunas posteriores oscurecidas terminan de completar la elegante combinación, una composición refinada en la que, quizĆ”s, desentonen los vinilos en tono azul y gris, resultando demasiado llamativos y algo macarra, pero que le da ese toque racing que te hace creer que estĆ”s ante el coche de competición.
AdemÔs, tanto el frontal como la zaga reciben paragolpes deportivos con una clara inspiración en el modelo de carreras. Pero sin duda alguna, el punto fuerte del Volkswagen Polo R WRC se encuentra bajo los pasos de rueda. Las llantas Clagliari de 18 pulgadas calzadas por neumÔticos de dimensiones  215/35 R18 son simplemente espectaculares, las mÔs bonitas de las vistas últimamente por un servidor. Tras ellas encontramos discos ventilados de generosas dimensiones mordidos por pinzas de freno pintadas en tono azul.
Si algĆŗn viandante todavĆa no se ha dado cuenta de que se encuentra ante el Polo mĆ”s bestia jamĆ”s fabricado, los logotipos R y WRC repartidos en el frontal y en la trasera le advertirĆ”n de ello.
Un interior demasiado Polo
El exterior desprende aroma de competición, una cuidada estética que no se refleja de igual modo en el habitÔculo de este pequeño misil exclusivo. Tal vez nos llevemos una pequeña desilusión al abrir la puerta y encontrarnos con un interior demasiado Polo. Este aspecto tiene puntos negativos, pero también positivos. Por un lado, nos sentiremos realmente cómodos si anteriormente hemos sido propietarios de un modelo de la marca, mientras que nos sentiremos algo defraudado al ver una imagen interior poco exclusiva y nada radical.
Todas las caracterĆsticas del habitĆ”culo de cualquier Volkswagen Polo se trasladan a esta mala bestia, encontrĆ”ndonos con unos ajustes realmente buenos, con una correcta ergonomĆa y con unos materiales de calidad, teniendo en cuenta el segmento donde compite. Pero ademĆ”s, se mejoran ciertos puntos con la incorporación de algunos elementos que son realmente importantes para la conducción, y tambiĆ©n se incluyen de serie equipamiento, como el navegador, que nos facilita la vida a bordo de este utilitario GTI, aunque son totalmente prescindibles.
En la fila delantera nos encontramos conĀ los asientos delanteros calefactables deportivos en AlcĆ”ntara con diseƱo especĆfico R WRC. Realmente son muy buenos asientos, ya que tienen un compromiso perfecto entre agarre para cuando conduces al ataque y comodidad para el dĆa a dĆa, pero sinceramente te esperas mĆ”s para una versión que cuenta no solo con el apellido R, sino tambiĆ©n con el logo del Campeonato Mundial de Rally. Ćstos cuentan con ajuste manual y su diseƱo no resulta intrusivo para el espacio de las plazas traseras.
El Ā«gordo de la primitivaĀ» lo encontramos al posicionar nuestras manos en el volante. Nos encontramos con un volante multifunción de tacto exquisito, forrado en piel vuelta, con la lĆnea que marca la posición de centrado y costuras en azĆŗl, con un grosor correcto y con la tan de moda forma achatada en su parte inferior, donde podemos observar las siglas WRC. Tras Ć©l no te esperes unas pequeƱas levas, puesto que el Polo R WRC cuenta con un gran punto a su favor, la transmisión corre a cargo de una caja de cambios manual de seis relaciones.
Para concluir con los elementos importantes para la conducción, debemos resaltar los pedales en aluminio. LÔstima que la colocación de éstos no sea óptima para ejecutar maniobras como el punta-tacón.
La forma sobre la función
Echando un vistazo al mercado, vemos como algunos fabricantes apuestan por la carrocerĆa de cinco puertas para sus modelos deportivos, consiguiendo asĆ un resultado muy polivalente, primando la función sobre la forma. Un claro ejemplo es la nueva generación del Renault Clio RS, que ha roto con toda la tradición y se ha convertido en el primer Clio RS de cinco puertas. Volkswagen en este caso ha decidido tomar el camino contrario y Ćŗnicamente es posible adquirir la versión R WRC con carrocerĆa de tres puertas.
Generalmente, cuando disponemos de este tipo de carrocerĆa obtenemos un diseƱo mĆ”s conseguido a cambio de renunciar a espacio. Este hecho se nota especialmente en las plazas traseras, encontrĆ”ndonos con un acceso algo complicado, sobre todo para personas de gran estatura, y una habitabilidad trasera reducida tanto en espacio para los hombros como para la cabeza, debido a la caĆda mĆ”s pronunciada del techo. Por tanto, el uso queda restringido para salvarnos de algĆŗn que otro apuro, siendo inviable viajar de manera holgada y confortable durante largos trayectos.
No fueron pocas horas las que pensé seriamente en la siguiente cuestión: ¿por qué Volkswagen no optó por prescindir de los asientos traseros y montar unas barras antivuelco? Cierto es que pierdes la opción de «maltratar» a tu amigo tras las plazas delanteras, pero sinceramente pienso que hubiese sido un acierto total por parte de la marca alemana. No fui el único en mostrar este pensamiento cuando realizamos nuestra espectacular comparativa, aunque seguramente muchos clientes no se hubiesen decidido por este modelo si no contase con las plazas traseras.
Por último, toca echar un vistazo al maletero. No es el mÔs grande del segmento, cuenta con una capacidad de carga de 280 litros, pero a cambio muestra unas formas cúbicas muy aprovechables y una boca de carga muy ancha que se encuentra a una buena altura, facilitando asà la introducción de objetos grandes y pesados. Si necesitamos mÔs espacio, podemos abatir la banqueta trasera y contar con una superficie de carga prÔcticamente plana. Bajo el suelo del maletero, encontramos la rueda de repuesto.
Concluimos nuestra prueba del Volkswagen Polo R WRC por hoy. Mañana tocarÔ girar la llave, «emular» a Sébastien Ogier y comprobar qué tal se mueve la versión mÔs bestia y deportiva del Volkswagen Polo.