El volante de inercia, también llamado volante motor bimasa, es una pieza fundamental en el sistema de transmisión de muchos coches, especialmente en los motores diésel modernos. A pesar de su importancia, este componente suele ser desconocido para muchos conductores hasta que comienza a fallar, y los síntomas de su avería pueden ser bastante molestos e incluso costosos si no se detectan a tiempo.
Es crucial entender los síntomas que indican que el volante bimasa está empezando a fallar, ya que esto puede evitar que el problema se agrave y termine afectando a otros elementos importantes del motor o la caja de cambios. A continuación, te contamos de manera detallada qué es el volante de inercia bimasa, cómo funciona, cuáles son los síntomas de su avería y cómo cuidar de esta pieza para alargar su vida útil.
¿Qué es el volante de inercia bimasa?
El volante de inercia es una pieza mecánica que se encarga de almacenar y liberar energía cinética generada por el motor del coche. Esta acumulación de energía permite que el giro del motor sea más suave y continuo, evitando las bruscas desaceleraciones y las vibraciones que podrían transmitirse a otros componentes del vehículo. Este hecho es especialmente importante en los motores de combustión interna, en los que la potencia no se genera de manera constante sino a través de pequeñas explosiones en los cilindros.
El volante bimasa, que es el tipo más común en los coches modernos, divide esta pieza en dos masas, separadas por un sistema de muelles. Este diseño mejora significativamente la capacidad del volante para absorber las vibraciones y suavizar el movimiento del motor, lo que resulta en una conducción más cómoda y sin tirones.
El volante bimasa se encuentra instalado en el extremo del cigüeñal y está directamente conectado con la caja de cambios. Así, su principal función es absorber las vibraciones del motor y evitar que se transmitan a otros componentes del vehículo, como la caja de cambios o el chasis.
¿Cómo saber si el volante de inercia bimasa está fallando?
A medida que pasa el tiempo y el volante bimasa sufre desgaste, empiezan a aparecer una serie de síntomas que alertan de su deterioro. Detectar estos signos a tiempo es crucial para evitar averías mayores y costosas.
Sonidos metálicos al pisar el embrague o al apagar el motor
Uno de los primeros síntomas de un volante bimasa en mal estado es un ruido metálico, a menudo descrito como de “carraca” o traqueteo, que se escucha al pisar el embrague con el motor en marcha y el coche en punto muerto. Este sonido suele desaparecer cuando se pisa el pedal del embrague a fondo. Si además escuchas un ruido metálico al apagar el motor, como si algo estuviera golpeando levemente, puede ser indicativo de que el volante bimasa está completamente desgastado.
Vibraciones en el coche al ralentí
Otro síntoma común de un volante bimasa defectuoso son las vibraciones excesivas cuando el coche está al ralentí. Estas vibraciones se notan especialmente en la palanca de cambios, los pedales e incluso el volante y el asiento. A veces, estas vibraciones pueden confundirse con problemas en los inyectores, por lo que es importante comprobarlas con más detalle.
Si estas vibraciones disminuyen o desaparecen al aumentar las revoluciones del motor, pero aumentan de frecuencia, lo más probable es que el problema esté en el volante bimasa.
Temblores al iniciar la marcha
Si sientes que el coche tiembla cuando empiezas a liberar poco a poco el pedal del embrague para iniciar la marcha, es posible que el volante bimasa esté desgastado. Aunque el volante bimasa puede seguir absorbiendo vibraciones cuando el motor está al ralentí, es probable que no pueda absorberlas adecuadamente cuando las revoluciones aumentan, lo que se traduce en estos temblores.
Holgura excesiva en el pedal del embrague
Un volante bimasa defectuoso también puede provocar que las vibraciones se transmitan al embrague, lo que aumenta la holgura en el pedal. Esto puede sentirse como una falta de respuesta del pedal o como si el embrague estuviera más “blando” de lo habitual. En algunos casos, estas vibraciones pueden hacer que el circuito hidráulico del embrague coja aire, haciendo que el pedal pierda presión y quede inutilizado.
Cómo cuidar el volante bimasa y evitar averías
El volante bimasa es una pieza costosa de reparar y en muchos casos los talleres prefieren cambiar todo el conjunto (volante bimasa y embrague) en lugar de repararlo, lo que puede resultar en una factura considerable. Por lo tanto, es fundamental adoptar ciertos hábitos de conducción que ayuden a prolongar la vida útil del volante bimasa y evitar un desgaste prematuro.
- Arranca el coche con el embrague pisado: Aunque muchos coches modernos ya requieren que se pise el embrague para arrancar, en aquellos vehículos donde no es obligatorio se recomienda pisar el embrague de todos modos. Al hacerlo, el motor arrastra menos peso, lo que facilita el arranque y reduce el esfuerzo sobre el volante bimasa.
- Evita acelerar a fondo con bajas revoluciones: El volante bimasa trabaja más cuando hay mucho par motor y pocas revoluciones. Acelerar a fondo con el coche a bajas revoluciones puede acortar la vida útil del volante bimasa y otros componentes del sistema de transmisión.
- Trata el embrague con suavidad: Pisarlo o soltarlo de manera brusca puede provocar un desgaste acelerado tanto del volante bimasa como del resto de los elementos del embrague. Lo mejor es liberar el pedal del embrague suavemente y en el momento adecuado.
- Cuida la batería y el motor de arranque: Un motor de arranque en mal estado o una batería descargada pueden hacer que el motor gire lentamente, lo que aumenta la carga de trabajo del volante bimasa. Asegúrate de que ambos componentes estén en buenas condiciones.
¿Cuándo es necesario cambiar el volante bimasa?
No siempre es necesario cambiar el volante bimasa al mismo tiempo que el embrague, pero si el coche tiene más de 100.000 kilómetros es recomendable revisarlo para asegurarse de que todo está en orden. Hay algunos casos en los que es obligatorio reemplazar el volante de inercia, entre ellos:
- Si presenta holgura axial o radial excesiva: La holgura excesiva en cualquiera de estas direcciones indica que el volante ya no puede cumplir adecuadamente su función de amortiguador de vibraciones.
- Si la superficie está azulada o agrietada: Si la superficie del volante tiene un tono azulado o está agrietada, es una señal de que ha estado sometido a altas temperaturas, lo que indica que ha trabajado en condiciones anormales.
- Si pierde grasa interna: La pérdida de lubricación dentro del sistema de muelles que separa las dos masas del volante también es un indicativo de que ha llegado al final de su vida útil.
Coste de reparar o cambiar un volante bimasa
El precio de cambiar un volante bimasa puede variar en función del modelo del coche y del mecánico que realice el trabajo, pero generalmente es una reparación bastante costosa. El coste del volante bimasa puede rondar los 600 euros, mientras que el del embrague puede situarse en torno a los 200 euros. A esto hay que añadir el coste de la mano de obra, que puede oscilar entre 200 y 400 euros dependiendo del taller.
En total, el coste de la sustitución del volante bimasa y el embrague puede superar fácilmente los 1.000 euros. Por ello es fundamental estar atento a los síntomas mencionados anteriormente y acudir a un taller de confianza en cuanto notes algo inusual.
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