De cara a cumplir próximas normativas y a hacer del Toyota Hilux un vehículo más seguro y eficaz fuera del asfalto, la marca japonesa presenta varias novedades para su pick-up más popular a lo largo de más de 50 años. La principal incorporación de serie a toda la gama Hilux es el Control de Estabilidad, un elemento de seguridad activa que pasará a ser obligatorio en todos los vehículos a partir del mes de noviembre. Este sistema va asociado a otros tan comunes como el ABS, el reparto electrónico de frenada o el control de tracción.
Una de las novedades más interesantes que recibe esta pick-up es el diferencial trasero de bloqueo manual. Será de serie en los acabados GX y VX con el motor diésel 2.5 de 144CV. De esta forma será posible mejorar la tracción en zonas complicadas, con mayor eficacia que el diferencial autoblocante que hasta ahora usaban estas versiones y que ya no se ofrecerá en ninguna terminación del Hilux, una pick-up que recordemos, cuenta con tracción total y caja reductora.
La activación del bloqueo de diferencial se lleva acabo desde un botón ubicado en la consola central, aunque hay que cumplir algunos requerimientos. Por ejemplo, para hacer uso de este sistema la reductora deberá de estar conectada y sólo funcionará por debajo de 8km/h. Al activar el bloqueo se desconectan todos los sistemas controlados por el modulo ABS, es decir, todas las ayudas a la conducción antes mencionadas. El motor más potente, de 171CV y asociado a los acabados VX y VXL no ofrece este diferencial.
Otra de las novedades es que ahora todos los modelos equipan llantas de 17″, de chapa o aleación según el nivel de terminación y con mayor o menor anchura del neumático según si la carrocería es de cabina simple, extra o doble. Todos los acabados tienen tapicería de tela negra, salvo el VXL, que goza de un tapizado en piel. Los precios de la gama Hilux permanecen invariados pese a las mejoras y se puede adquirir desde 25.000 euros.