Figueruelas, un pequeño municipio de Aragón (España), se prepara para recibir a casi 2.000 trabajadores chinos que participarán en la puesta en marcha de la que será la mayor fábrica de baterías de España. El importante movimiento responde al ambicioso proyecto liderado por Stellantis y la compañía asiática CATL, que prevé una inversión histórica en el corazón industrial de la región, con el objetivo de consolidar la producción de baterías de última generación para el sector automovilístico.
Las autoridades y empresas implicadas han comenzado a coordinar todos los aspectos necesarios, desde la logística de traslados y alojamiento, hasta la integración social y laboral. La llegada del nutrido grupo se realizará de forma escalonada durante el año 2025 y 2026, aunque el número definitivo podría fluctuar según las necesidades de cada fase del proyecto. Esta iniciativa no va a cambiar solo la fisonomía de Figueruelas, sino que también representa un importante reto de gestión y convivencia local. Veamos.
Un proyecto industrial de gran envergadura…
La creación de la gigafactoría está respaldada por una inversión de 4.100 millones de euros y la promesa de generar más de 3.000 empleos directos en los próximos años. El proyecto, firmado entre Stellantis y CATL, impulsará la economía de la región colocando a Figueruelas y Aragón en el mapa europeo de la innovación energética y la movilidad sostenible. Este impacto también se prevé en el empleo indirecto, proveedores y empresas de servicios vinculadas a la actividad de la fábrica.
La llegada de los trabajadores chinos será clave para garantizar que la planta comience a funcionar al ritmo necesario. Entre los perfiles seleccionados se encuentran ingenieros, técnicos, operarios de montaje y personal especializado en la tecnología de baterías. Según fuentes gubernamentales, estos empleados han sido escogidos en origen para cubrir puestos considerados estratégicos en la puesta en marcha y primeras fases de producción.
¿Por qué Stellantis y CATL necesitan trabajadores extranjeros?
Una de las razones principales para el traslado de personal proveniente de China es la altísima especialización requerida por las instalaciones de CATL. La tecnología que se va a emplear en la planta de Figueruelas es puntera y demanda experiencia directa en el montaje y operación de maquinaria específica, así como metodologías de producción propias del fabricante asiático. Este modelo ya se ha implantado en otras plantas europeas de CATL, como en Erfurt (Alemania) y Debrecen (Hungría), donde la llegada inicial de equipos chinos permitió reducir los plazos de arranque y transmisión de conocimientos técnicos.
Las empresas implicadas insisten en que el objetivo a medio plazo es formar e incorporar a trabajadores locales en la plantilla. De hecho, a medida que avance la producción y se consoliden los procesos, los empleados españoles irán ganando peso en la estructura de la fábrica. El delegado del Gobierno en Aragón ha recordado que este procedimiento no es nuevo: en los años 80, cuando se inauguró la factoría original de Figueruelas, también se recurrió a técnicos extranjeros para iniciar la actividad industrial.
Aspectos legales y condiciones de trabajo…
La contratación de los trabajadores chinos se realiza al amparo de la Ley de la Unidad de Grandes Empresas y Colectivos Estratégicos, que facilita los trámites de residencia y permisos laborales para perfiles altamente cualificados y proyectos de alto impacto económico. El convenio aplicado a los operarios será el sectorial regional, garantizando salarios y condiciones acordes a la normativa española.
En lo relativo a la cotización y derechos sociales, las autoridades han indicado que los empleados desplazados estarán exentos de cotizar por pensiones contributivas y desempleo, aunque sí lo harán por accidentes laborales y enfermedades profesionales. La planificación logística incluye la construcción de una villa temporal de viviendas prefabricadas, situada en las proximidades de la fábrica, con capacidades suficientes para acoger a la mayoría de los empleados desplazados durante su periodo de estancia, que podría ser de uno o dos años en función de cada perfil.
Desafíos sociales y comunitarios del proyecto para Stellantis…
El desembarco de este contingente extranjero supone un reto social y demográfico, ya que Figueruelas tiene poco más de 1.200 habitantes, y la llegada de 2.000 personas duplicaría la población local. Los planes para su integración incluyen acuerdos con varios municipios cercanos, atención a la diversidad cultural y fomento de la convivencia. Desde la administración local y autonómica han recalcado que el proceso se desarrollará bajo criterios de dignidad y respeto, lejos de modelos de campamento precario ajustándose a los estándares europeos de habitabilidad y derechos laborales.
El alcalde de Figueruelas y portavoces del Gobierno de Aragón subrayan que ya se han vivido procesos similares en el pasado, y que el recibimiento será hospitalario, buscando transformar este reto en una oportunidad para toda la comarca. Además se remarca que la mayoría de los empleos permanentes generados por la gigafactoría quedarán en manos de trabajadores locales una vez la planta entre en pleno rendimiento.
La apuesta de Stellantis y CATL por Figueruelas es una pieza fundamental para el desarrollo del coche eléctrico en nuestro país, reforzando la competitividad industrial y abriendo las puertas a nuevas inversiones en el sector de la movilidad sostenible. Con la llegada progresiva de los trabajadores chinos y el avance de las obras, la localidad aragonesa está llamada a protagonizar una de las transformaciones industriales más relevantes de los últimos años.
Fuente – el Periódico de Aragón
Imágenes | Stellantis