Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 CV 4WD, diseño exterior e interior

Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 4WD

Seguimos con nuestro particular repaso a los candidatos al CAI 2013 Coche del Año en Internet que, recordamos, puedes votar desde aquí y ganar un iPad Mini. En esta ocasión nos subimos al Citroën C4 Aircross, la peculiar apuesta de la marca gala por el segmento SUV compacto con un diseño my fresco y original para batirse en uno de los mercados más reñidos.

Nuestra unidad de pruebas se configuraba como la opción menos potente de la gama, un 1.6 HDI de 115 caballos, pero equipando el sistema de tracción total, lo que mejora unas aptitudes camperas ya de por si interesantes en un vehículo de esta categoría. En cuanto a equipamiento, contábamos con el acabado más alto, además de alguna que otra opción. Vamos a conocerlo.

Diseño original con tintes orientales

El diseño del Citroën C4 Aircross es, sin duda, uno de los más frescos y atractivos del segmento. Cuenta con detalles de diseño muy originales, pero tras el maquillaje queda patente su origen japonés. El C4 Aircross es, en esencia, un Mitsubishi ASX, fruto de la colaboración entre ambos grupos para los SUV compactos, entre los que se encuentra también el Peugeot 4008.

Es por ello que reconoceremos algunos elementos del nipón, aunque los cambios sufridos por el galo no dejan lugar a dudas sobre su nombre Citroën. El frontal presenta unos grupos ópticos que recuerdan, vagamente, al C4, y será la parrilla cromada con intermitentes integrados lo que más llamará nuestra atención. Sin embargo, el musculoso paragolpes, junto a unos LED diurnos en posición vertical, nos recordarán indudablemente al estilo Citroën, concretamente al diseño DS.

La silueta lateral es lo que más fiel se mantiene respecto al ASX, pero los detalles de diseño diferenciadores merecen su propio apartado. En la parte más baja apaerece una moldura cromada que une ambos pasos de rueda, protegidos por piezas plásticas, enfatizando ese carácter campero. El pilar C es el que más elogios se lleva, flotante, con la denominación Aircross y una rosa de los vientos grabadas en un aplique cromado.

Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 4WD

La zaga es la más característica, y es que los pilotos recuerdan tanto al C4 como al DS5. El Citroën C4 Aircross bebe mucho del estilo DS. El listón cromado en el borde del portón del maletero y un paragolpes redondeado con un discreto difusor en negro terminan de rematar un conjunto muy proporcionado y también llamativo.

Nuestra unidad, con el acabado más alto, lucía una bonitas llantas de 18 pulgadas en tonos oscuros que aumentaban la elegancia y estilo del coche, junto al color Marrón Mangaro disponible en el catálogo de opcionales de Citroën.

Interior inalterado

Una de las mayores decepciones que encuentras a los mandos del C4 Aircross es su interior. Bajo una carrocería repleta de detalles diferenciadores nos adentramos en un habitáculo que mantiene las mismas formas que el Mitsubishi ASX. Para lo bueno y para lo malo. Y empezamos por lo malo, que es, sin duda, el diseño.

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El interior no es feo, ni está mal acabado, pero es japonés, y esto significa que no vamos a encontrar contraste de colores, de materiales, ni un diseño visualmente atractivo. La única moldura que se desmarca es la que da forma a la parte central del salpicadero, en negro brillante, sin contraste alguno con el resto. Sencillamente, aún viendo los logos de Citroën, la impresión no es la de estar a los mandos de un coche de la marca.

Sin embargo tenemos que hablar de un diseño limpio, nada complicado, en parte gracias a la pantalla táctil desde la que controlaremos el equipo de infoentretenimiento. Más abajo, los controles del climatizador, con mandos de ruleta bastante sencillos de utilizar. El cuadro de mandos también ofrece una información accesible; la pega es el botón para controlar el ordenador de a bordo, alejado y escondido en vez de integrado en las palancas o volante.

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Pero, igual que hablamos de diseño anódino japonés, también debemos hablar de calidad de construcción. El interior ofrece una calidad al tacto suficiente, no encontramos muchos plásticos blandos, pero la solidez y ajuste de las piezas quedan patentes, y son un motivo muy a tener en cuenta para un coche que, ya veremos, se desenvuelve relativamente bien en terrenos difíciles.

Habitabilidad de primera

Dejando de lado el aspecto más visual del interior del Citroën C4 Aircross, nos adentramos en el apartado más práctico del mismo, donde sale airoso, además con muy buena nota. El conductor y el copiloto van a disfrutar de un amplio espacio en el que, además, podrán dominar el tráfico con una posición de conducción elevada. Los acogedores asientos no serán problema; sí su falta de reglaje lumbar. Especial atención al reposapiés, grande y bien situado.

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Las plazas traseras son sinónimo de amplitud y espacio. A pesar de una carrocería relativamente compacta, el C4 Aircross ofrece un habitáculo cómodo para cuatro personas, incluso cinco si este último pasajero no es de gran tamaño, o no es muy «protestón». El espacio para las cabezas me parece suficiente aún contando con techo solar, que resta algo de espacio, y el hueco para las piernas no será problema en ningún caso.

Como alternativa para familias a las que también les gusta el campo, el Citroën C4 Aircross ofrece multitud de huecos portaobjetos, tanto en las plazas delanteras como en las traseras. La mayor pega es, una vez más, un reposabrazos con una regulación demasiado limitada para ajustarse a las tallas más pequeñas.

Maletero

El maletero del Citroën C4 Aircross se configura con 442 litros de capacidad (419 litros con rueda de repuesto). La cifra no lo sitúa a la cabeza del segmento pero sí ofrece espacio más que suficiente para un coche de este tamaño. La boca de carga queda alto alta, pero es algo comprehensible en un coche alto. Sin embargo, apenas encontramos escalón entre el suelo del maletero y la boca, facilitando la entrada y salida de objetos.

Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 4WD

Si necesitamos más capacidad bastará con abatir los asientos traseros en proporciones 60/40 para alcanzar un volumen de 1.193 litros. La única pega es que el C4 Aircross no dispone de tiradores situados en el maletero para abatir los asientos, como sí ofrecen algunos competidores, lo que facilitaría la tarea sin necesidad de abatirlos desde las puertas traseras.

Terminamos ya nuestro primer análisis del Citroën C4 Aircross con sabor agridulce. Encontramos un coche atractivo y original, detalle que se ve algo diluido cuando el interior no ofrece el mismo nivel de acabado ni de atractivo, con la salvedad de contar con una solidez y terminación exquisitas. Mañana volveremos con nuestra prueba para repasar la parte dinámica y descubrir las bondades del motor 1.6 HDI 115 CV y el sistema de tracción total.

Más información – Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 CV 4WD, motor, conducción y consumos, Prueba Citroën C4 Aircross HDI 115 CV 4WD, equipamiento, precio y conclusiones


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