Alonso deslumbra en Navidad al volante de estos superdeportivos de ensueƱo

  • Fernando Alonso disfruta la Navidad en Mónaco conduciendo un Aston Martin Valiant y un Mercedes-Benz CLK GTR, dos superdeportivos valorados en mĆ”s de 15 millones de euros.
  • El Aston Martin Valiant, creado a partir de un encargo personal del piloto, monta un V12 biturbo de 745 CV, cambio manual y una producción limitada a 38 unidades.
  • El Mercedes-Benz CLK GTR, nacido para el Campeonato FIA GT, apenas cuenta con unas 26-30 unidades de calle y alcanza valoraciones de hasta 15 millones de euros en subastas.
  • Las apariciones de Alonso con estos coches en las calles de Mónaco, junto a Melissa JimĆ©nez, han disparado la atención en redes y consolidan su imagen de coleccionista de vehĆ­culos Ćŗnicos.

Estas Navidades, Fernando Alonso ha vuelto a situarse en el centro de todas las miradas, pero esta vez lejos de los circuitos de Fórmula 1. Aprovechando el parón invernal, el piloto asturiano estÔ disfrutando de unos días de descanso en Mónaco, donde se le ha visto conduciendo dos superdeportivos que, juntos, superan de largo los 15 millones de euros y que son capaces de rebasar los 320 km/h.

En plena época festiva, Alonso se ha dejado ver al volante de un exclusivo Aston Martin Valiant y de un rarísimo Mercedes-Benz CLK GTR, ambos convertidos en auténticas estrellas de las redes sociales. Con Melissa Jiménez como copiloto en varios de estos paseos, el piloto español ha unido en unas mismas imÔgenes vida personal, lujo automovilístico y afición por los coches mÔs extremos.

Un parón navideño entre Mónaco, familia y coches de ensueño

Instalado en el Principado, Fernando Alonso estÔ viviendo unas Navidades muy especiales. AdemÔs de compartir momentos relajados junto a su pareja, la periodista Melissa Jiménez, el asturiano afronta la recta final del embarazo de ella, ya que serÔ padre por primera vez a los 43 años el próximo mes de marzo. En medio de este contexto personal, ha aprovechado para sacar a pasear dos de las mÔquinas mÔs espectaculares que se recuerdan en las calles de Mónaco.

En distintos puntos icónicos del Principado, como la zona del Casino o la famosa horquilla del Fairmont, los aficionados han grabado y fotografiado a Alonso conduciendo superdeportivos reservados a un puñado de coleccionistas de altísimo nivel. Las imÔgenes han corrido como la pólvora en redes, alimentando de nuevo la fama del piloto como apasionado de los coches, tanto clÔsicos como modernos.

El Aston Martin Valiant: un capricho convertido en coche de colección

Uno de los grandes protagonistas de estas fiestas para Alonso es el Aston Martin Valiant, un modelo que no solo destaca por su precio, sino por su estrechísima relación con el propio piloto. Este coche nace a partir del Valour, el deportivo con el que la firma britÔnica celebró su 110 aniversario, pero llevado un paso mÔs allÔ gracias a la implicación directa del asturiano.

El Valiant fue desarrollado junto al departamento de personalización Q by Aston Martin, la división mÔs exclusiva de la marca. Según se ha explicado, el origen del proyecto fue un encargo personal de Fernando Alonso, que quería un coche que rindiese homenaje a la emoción de conducir de antaño, combinando sensaciones puras con la tecnología actual. Nada de un simple coche de escaparate: buscaba un deportivo exigente, pensado para disfrutarlo al volante.

Bajo la carrocería de inspiración clÔsica, el Valiant esconde un motor V12 biturbo de 5,2-5,3 litros, afinado para entregar en torno a 745 caballos de potencia. La cifra impresiona, pero lo que realmente marca la diferencia es su transmisión: una caja de cambios manual de seis velocidades, toda una rareza en tiempos dominados por cambios automÔticos ultrarrÔpidos y multitud de ayudas electrónicas.

Este planteamiento devuelve al conductor a un papel protagonista: la conexión directa entre el coche y quien lo lleva es una de las claves del carÔcter del Valiant. Cada cambio de marcha requiere precisión, cada aceleración demanda tacto, y no es un deportivo pensado para quien solo busca comodidad. Su enfoque recuerda mÔs a los coches de carreras adaptados a la calle que a un Gran Turismo convencional.

El chasis y la puesta a punto beben directamente de la competición, con materiales ultraligeros, fibra de carbono en buena parte de la carrocería y una aerodinÔmica diseñada para generar carga y estabilidad. La suspensión se ha configurado para ofrecer el mÔximo rendimiento tanto en carretera abierta como en circuito, priorizando el comportamiento deportivo frente al confort.

En el plano estético, el Aston Martin Valiant mantiene la esencia retro del Valour: gran parrilla frontal, faros redondos y una presencia musculosa que recuerda a los muscle cars y a prototipos de resistencia de los años 70. Todo ello se combina con detalles modernos en iluminación, aerodinÔmica y acabados, dando lugar a una silueta inconfundible.

Su exclusividad es otro de los puntos clave. Solo se fabricarÔn 38 unidades para todo el mundo, convirtiéndolo en un modelo prÔcticamente imposible de conseguir incluso para quienes puedan permitirse su coste. El precio de partida ronda entre los 2,3 y los 2,5 millones de euros, y se considera que gran parte de la producción se asignó antes incluso de que el coche se presentara públicamente.

Para Fernando Alonso, ademÔs del valor económico, el Valiant tiene un componente emocional evidente: es un coche en cuyo desarrollo ha participado de primera mano. En sus redes sociales ha compartido un carrusel de imÔgenes donde se le ve posando junto al superdeportivo, y en una de ellas aparece un selfie con Melissa Jiménez reflejados en el cristal, la primera fotografía que el asturiano publica junto a su actual pareja en su propio perfil.

Mercedes-Benz CLK GTR: una autƩntica obra de arte

Si el Valiant representa el presente mÔs exclusivo de Aston Martin, el Mercedes-Benz CLK GTR es, directamente, una leyenda viviente del automovilismo de finales de los 90. En estas Navidades, Alonso ha sido grabado conduciendo una unidad en color plata por Mónaco, despertando la fascinación de aficionados y curiosos.

El origen del CLK GTR se remonta al Campeonato FIA GT de 1997. Mercedes-AMG necesitaba un coche capaz de plantar cara a rivales como el McLaren F1 GTR o el Porsche 911 GT1, y para cumplir la normativa de la época tuvo que fabricar un pequeño lote de unidades homologadas para circular por carretera. Así nació la versión de calle, conocida como StrassenVersion, prÔcticamente un coche de carreras con matrícula.

Lejos de ser un deportivo domesticado, el CLK GTR es un prototipo de competición adaptado con cambios mínimos para poder usarse en vías públicas. Su chasis monocasco de fibra de carbono, la aerodinÔmica extrema y la suspensión derivada de los GT1 hacen que se trate, en la prÔctica, de una mÔquina de circuito con luces e intermitentes.

En su configuración de calle, el Mercedes CLK GTR monta un motor V12 de gran cilindrada que desarrolla en torno a 612 caballos de potencia y 775 Nm de par. Esa mecÔnica le permite acelerar de 0 a 100 km/h en unos 3,8 segundos y alcanzar una velocidad mÔxima que ronda los 320 km/h, cifras que incluso hoy lo mantienen en la élite de los superdeportivos.

La producción fue extremadamente limitada. Se habla de unas 25 unidades de calle mÔs una adicional en manos de la propia marca, y en algunos recuentos se incluyen ligeras variaciones que sitúan el total en torno a las 26-30 unidades, sumando coupés y roadsters. En cualquier caso, se trata de uno de los modelos mÔs escasos y codiciados de Mercedes-AMG.

El interior, pese a contar con tapicería de cuero, aire acondicionado opcional y algunos elementos de confort, mantiene una filosofía claramente funcional. Los asientos tipo baquet, el aislamiento sonoro mínimo y un puesto de conducción orientado por completo al piloto recuerdan que este coche no fue concebido para paseos tranquilos, sino para ir deprisa con el mÔximo control posible.

En el plano económico, el CLK GTR fue en su día uno de los coches de producción mÔs caros de la historia, con un precio cercano a 1,4 millones de euros cuando se lanzó. Sin embargo, el verdadero salto llegó con el paso de los años: en subastas recientes, ejemplares bien conservados han alcanzado entre 10 y 15 millones de euros, dependiendo del estado y de si se trata de versión coupé o roadster.

En el caso de la unidad que ha conducido Fernando Alonso, los aficionados han reparado incluso en los pequeños detalles, como la matrícula 1414, un guiño directo al número 14 que el asturiano ha llevado en buena parte de su carrera en Fórmula 1 y que sigue luciendo en el equipo Aston Martin. Este tipo de coincidencias alimentan todavía mÔs el interés en torno al coche.

El acceso a un CLK GTR no se realiza a través de concesionarios convencionales: solo se puede adquirir en subastas privadas o mediante casas especializadas, y las oportunidades de compra son contadas debido al escasísimo número de unidades. Esa combinación de rareza, pedigrí deportivo y valor de mercado lo sitúa directamente en la misma liga que algunas obras de arte o propiedades inmobiliarias de alto standing.

Ferrari 512 TR y otras joyas del garaje de Alonso

Las apariciones de Alonso con el Aston Martin Valiant y el Mercedes CLK GTR han reavivado el interés por su ya conocido gusto por los coches especiales. No es la primera vez que se le ve al volante de modelos muy exclusivos: recientemente también ha sido grabado conduciendo un Ferrari 512 TR, una berlinetta deportiva de dos plazas que marcó una época dentro de la marca italiana.

En su colección se han mencionado en distintas ocasiones otros vehículos de gran calado, como el Ferrari F40, el Testarossa, un Ford GT Heritage Edition o el hiperdeportivo Aston Martin Valkyrie. Todos ellos refuerzan la imagen de Alonso no solo como piloto profesional, sino como auténtico apasionado del motor y coleccionista de modelos icónicos.

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