La discusión sobre un futuro Abarth de gasolina ha pasado de ser una ensoñación de los aficionados a un tema serio dentro de Stellantis. El desplome de las ventas desde que la marca del escorpión se ha quedado solo con modelos eléctricos ha puesto contra las cuerdas un proyecto que, sobre el papel, debía situar a la firma en la primera línea de la movilidad cero emisiones.
En paralelo a la llegada del nuevo Fiat 500 Hybrid, desarrollado a toda prisa a partir de 500e, han empezado a sonar con fuerza las dudas. Si Fiat ha vuelto a montar un motor térmico en una plataforma pensada para ser eléctrica pura, ¿Por qué no puede hacerlo también Abarth y rescatar un auténtico 500 de gasolina con carácter deportivo? Atento, porque todo no es tan fácil…
De icono ruidoso a gama 100 % eléctrica: un cambio que no cuaja…

Abarth apostó en 2021 por convertirse en una marca totalmente eléctrica desde 2024, sustituyendo sus conocidos modelos de combustión por el 500e y el 600e. Sin embargo, la transición ha supuesto una pérdida evidente de identidad, alejando a los seguidores tradicionales que valoraban el carácter mecánico de la marca. Además, el enfoque eléctrico no ha logrado atraer a un nuevo público que justifique el giro estratégico adoptado.
Las cifras comerciales reflejan el impacto: entre enero y junio de 2025 se registraron sólo 1.030 matriculaciones frente a las 4.867 de un año antes. Países clave como España y Reino Unido muestran desplomes superiores al 80 %, confirmando un retroceso generalizado. La desaparición de los 595 y 695 ha dejado a la marca sin modelos que conecten con su esencia original..
Los fans reclaman un Abarth de gasolina que puedan tocar y modificar…

El rechazo entre los seguidores de Abarth no se basa sólo en prestaciones, sino en la imposibilidad de modificar los nuevos eléctricos. Clubes y foros insisten en que un Abarth debe ser un coche para personalizar, ajustar y transformar. La ausencia de un motor térmico limita esta experiencia y debilita el vínculo emocional entre marca y aficionados.
Tanto el 500e como el 600e han sido percibidos como productos faltos de alma, con sonido artificial y poca capacidad de personalización mecánica. El contraste con los antiguos modelos turbo, conocidos por su carácter agresivo, es notable. El resultado es que muchos entusiastas están recurriendo al mercado de ocasión para tener un ejemplar de combustión antes de que no queden.
Fiat enseña el camino: el 500 Hybrid como base del posible Abarth térmico

Fiat ha demostrado que la plataforma del 500e puede adaptarse a motores térmicos con la introducción del nuevo 500 Hybrid. Este modelo utiliza un motor 1.0 de tres cilindros con microhibridación, lo que evidencia que la conversión técnica es viable. Aunque no ofrece prestaciones deportivas, ha permitido recuperar ventas y equilibrar la gama.
Abarth observa este movimiento como una posible vía para recuperar un modelo térmico, aprovechando el motor 1.0 FireFly, compacto y fiable, que encaja en el vano del 500e. La marca reconoce que esta mecánica podría entregar más potencia con las adaptaciones adecuadas. Sin embargo, cualquier desarrollo deportivo supone costes adicionales y ajustes técnicos importantes para cumplir con los estándares modernos.
Por qué el actual 1.0 híbrido no basta para un verdadero Abarth…

El motor 1.0 FireFly de 65 CV está muy lejos del carácter que los seguidores exigen para un Abarth, reconocido por su respuesta agresiva y sonido distintivo. Su baja potencia y par y escaso margen de estirada limitan su potencial sin modificaciones profundas. Para convertirlo en un auténtico deportivo urbano se necesitaría una sobrealimentación más ambiciosa y un rediseño al completo del sistema térmico.
La plataforma del 500e también presenta limitaciones serias de espacio y ventilación, lo que dificulta alojar un motor más grande o sobrealimentado. Mecánicas como el 1.4 T-Jet quedan descartadas por tamaño y emisiones. Incluso motores turbo más compactos del grupo Stellantis presentan retos de integración, enfriamiento y coste, complicando la viabilidad del proyecto.
El muro del CO₂ en la Unión Europea: el gran enemigo del Abarth de gasolina…
Las estrictas normas europeas de CO₂ son el mayor obstáculo para resucitar un Abarth térmico. El objetivo medio de 2025 exige 81 g/km, con multas de 95 euros por cada gramo superado. Incluso el 500 Hybrid actual ya está por encima, lo que encarece notablemente cada unidad. Para un proyecto de nicho como Abarth, estas sanciones pueden ser determinantes.
Un modelo de 165 CV como los antiguos 595 superaría con creces los límites, generando multas superiores a los 6.800 euros por unidad. Esta penalización haría que un Abarth moderno de combustión alcanzara precios desorbitados para un urbano deportivo. Así, el problema ya no es sólo técnico, sino de viabilidad económica dentro del marco regulatorio europeo.
¿Híbrido de gasolina como tabla de salvación para el escorpión?

Abarth estudia el híbrido como alternativa intermedia para ofrecer deportividad moderada sin asumir sanciones inasumibles. Un sistema híbrido más avanzado permitiría mejorar prestaciones y contener emisiones, equilibrando eficiencia y carácter. Este enfoque podría extenderse a futuros modelos, incluidos posibles Abarth basados en plataformas como la del Grande Panda.
El desafío está en lograr un equilibrio entre cumplimiento normativo y sensaciones deportivas. Un híbrido demasiado domesticado dañaría aún más la identidad de la marca. Sin embargo, mercados fuera de Europa, con normativas menos estrictas, mantienen viva la posibilidad de modelos de combustión, evidenciando que el problema es regulatorio, no técnico.
Una marca entre la presión regulatoria y la fidelidad de sus seguidores…

Abarth vive atrapada entre la legislación ambiental y las expectativas de una comunidad que demanda motores térmicos con personalidad. Dentro de Europa, la normativa marca los límites reales de su futuro, dificultando el retorno de un deportivo de combustión más accesible. Las decisiones sobre emisiones en Bruselas pesan más que las preferencias de los ingenieros.
De cara al año 2030, la marca podría orientarse exclusivamente hacia deportivos eléctricos, esperando que la tecnología permita recuperar las sensaciones perdidas. Mientras tanto, debe reconstruir el vínculo con sus seguidores y encontrar una solución que combine emoción, ingeniería y viabilidad fiscal. Sólo así podrá evitar diluirse dentro de la oferta eléctrica de Stellantis.
Fuente – Abarth
Imágenes | Abarth

