El sistema de frenos de un coche es uno de los elementos más importantes para garantizar la seguridad durante la conducción. Un mal funcionamiento puede suponer un riesgo grave tanto para el conductor como para los pasajeros. Los problemas con los frenos, aunque comunes, pueden ser difíciles de identificar antes de que causen daños mayores. Por ello, es fundamental saber reconocer las señales que nos avisan de posibles averías y entender cuáles son las soluciones más adecuadas según el fallo que se presente.
Conocer los síntomas de un sistema de frenos en mal estado no solo evitará accidentes, sino que también nos permitirá ahorrar dinero al prevenir daños mayores. En este artículo analizaremos de forma detallada las averías más comunes en los frenos y las señales que indican que algo no va bien. A lo largo del texto también te explicaremos las causas de estos problemas y qué puedes hacer para solventarlos.
Las averías más comunes en el sistema de frenos
Existen diversos problemas que pueden afectar el correcto funcionamiento de los frenos. A continuación, te mostramos las averías más habituales:
Desgaste en las pastillas de freno
El desgaste de las pastillas de freno es uno de los problemas más habituales en cualquier tipo de coche. Las pastillas son las encargadas de generar la fricción necesaria para detener el vehículo, por lo que, con el tiempo, se van desgastando. Si las pastillas están muy gastadas, necesitarás más distancia para frenar, lo que puede ser peligroso en situaciones de emergencia.
Los factores que contribuyen a este desgaste varían. La conducción agresiva, los frenazos bruscos o el peso excesivo del vehículo pueden acelerar este proceso. Si se ignora este desgaste, no solo se afectará la capacidad de frenado, sino que también es posible que se dañen los discos de freno, lo que encarecería aún más la reparación.
Fugas de líquido de frenos
Otro problema frecuente es la fuga de líquido de frenos. El líquido es necesario para transmitir la fuerza desde el pedal hasta las pastillas o los tambores. Si hay una fuga en el sistema, notarás que el recorrido del pedal de freno es más largo de lo habitual, lo que significa que tendrás que aplicar más fuerza para que el coche frene.
Las causas de estas fugas pueden ser una manguera rota, un cilindro maestro defectuoso o problemas en los calipers. En cualquier caso, es esencial solucionar la fuga lo antes posible, ya que continuar conduciendo con una falta de líquido podría ocasionar un fallo total en el sistema de frenos.
Discos de freno defectuosos
Con el paso del tiempo, los discos de freno también pueden sufrir desgaste y deformarse. Esto conlleva una serie de problemas que pueden afectar a la conducción y la seguridad del vehículo. Uno de los síntomas más comunes es una vibración en el volante o en el pedal de freno cuando se pisa. Esta vibración es una clara señal de que los discos están alabeados o deformados.
Además, los discos desgastados aumentan el riesgo de sobrecalentamiento, lo que podría provocar una pérdida temporal en la eficacia del frenado, un fenómeno conocido como «fading». En algunos casos, será necesario sustituir tanto los discos como las pastillas.
Pinzas de freno o calipers atascados
Las pinzas de freno, también conocidas como calipers, son las encargadas de sujetar las pastillas en el momento de la frenada. Si estas pinzas se atascan, las pastillas pueden estar en constante contacto con el disco, lo que provoca un desgaste más rápido de las pastillas y una reducción en la eficacia de frenado.
Este tipo de avería puede deberse a la acumulación de óxido, suciedad o incluso a una fuga en el líquido de frenos. Si se percibe que el coche tiende a frenar de forma irregular o sin suavidad, lo ideal es acudir a un taller para una revisión.
Pedal Bajo
Un pedal de freno que se hunde más de lo normal antes de que los frenos respondan. Las causas suelen ser fugas en el sistema de frenos, como en las líneas de freno, en el cilindro maestro o en las pinzas pueden causar una disminución en la presión del líquido de frenos. También podría deberse a un desgaste de las pastillas o zapatas, que podrían requerir más recorrido del pedal para aplicar los frenos. Otra posibilidad podría ser aire en las líneas de frenos, por alguna rotura o por un mal purgado de la misma al cambiar el líquido de frenos.
Entres las soluciones tenemos las de reparar cualquier fuga del sistema, hacer una buen purga del sistema, asegurarnos de que hay líquido de frenos, y el reemplazo de las pastillas de freno en caso de que sea ese el problema.
Pedal Esponjoso
Un pedal de freno que se siente suave o «esponjoso» al presionarlo. Uno de los motivos es la presencia de aire en las líneas de freno, cuando el aire en las líneas de freno puede causar una sensación esponjosa.La presencia de humedad o contaminantes en el líquido de frenos puede afectar su rendimiento. Incluso también podría ser por alguna fuga en el líquido de frenos, bajando la presión y generando esta sensación.
Se podría solucionar con un buen purgado del sistema de frenos, cambiando por completo el líquido contaminado y limpiar todo el sistema antes de poner el nuevo, o reparar las fugas…
Una Rueda se Arrastra o Todas las Ruedas se Bloquean
Una rueda que se arrastra mientras el coche está en movimiento o todas las ruedas se bloquean al frenar. Los motivos pasan por unas pinzas o cilindros de freno atascados, problemas con el ABS, e incluso también por la contaminación del líquido de frenos puede afectar la presión y el rendimiento de los frenos.
Soluciones, pues serían reparar las pinzas o cilindros si están atascados, comprobar el sistema ABS, o cambiar el líquido de frenos para eliminar esa contaminación…
Pedal Duro
Cuando un pedal de freno que requiere una fuerza excesiva para ser presionado, entonces deberías fijarte especialmente en el servofreno, el líquido de frenos, o las obstrucciones en las líneas del líquido de frenos. Para solventar este inconveniente, pasaría por revisar o reparar el servofreno, cambiar el líquido de frenos por uno adecuado, o limpiar los conductos obstruidos.
Ruido
Los ruidos anómalos como chirridos, rechinidos o golpes al frenar. En este caso puede ser simplemente por humedad o porque se hayan mojado tras una lluvia, el paso por un charco, o un lavado rutinario, pero también pueden ser por pastillas de freno desgastadas que habría que sustituir, suciedad en los discos o pastillas que están generando fricción, o pastillas cristalizadas.
Problemas en el sistema ABS
El sistema ABS es una tecnología que evita que las ruedas se bloqueen durante una frenada. Sin embargo, también puede presentar fallos. Uno de los más comunes es la acumulación de burbujas de aire en el circuito, lo cual altera el correcto funcionamiento del sistema. Si el sistema ABS falla, las ruedas podrían bloquearse en una frenada brusca, aumentando el riesgo de accidente.
Otros fallos del ABS pueden estar asociados a las electroválvulas, los sensores o los pistones. Todos estos componentes son esenciales para que el ABS funcione correctamente. Si se enciende el testigo del ABS en el cuadro de control del coche, lo más recomendable es realizar una revisión completa del sistema.
Si detectas este fallo, es crucial acudir cuanto antes a un profesional para evitar que el sistema de frenado falle en momentos críticos.
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