La estrategia de Mercedes-Benz en cuanto a movilidad sostenible es clara y sigue la línea de muchos otros fabricantes: electrificación. Como sabéis, las normativas son cada vez más exigentes en cuanto a emisiones se refiere. La solución de muchas marcas es “electrificar” sus modelos. En el caso de Mercedes, lo comercializan bajo la gama Mercedes EQ Power.
Mercedes ya ha publicado nada menos que catorce modelos EQ Power, que son sus híbridos enchufables. Las familias de modelos con esta tecnología son prácticamente todas: Clase A, Clase B, Clase C, Clase E, Clase S y los todocamino GLC y GLE. ¿Quieres saber cuáles son las versiones electrificadas y qué ofrece cada una de ellas?
Según informa la propia compañía alemana, el 90 % de los desplazamientos en automóviles quedan por debajo de los 50 kilómetros, el 96 % de los trayectos no supera los 100 kilómetros y el 99 % son inferiores a los 400 kilómetros. De esta forma, pretenden convencernos de que los modelos híbridos enchufables, también conocidos como PHEV, son una más que interesante alternativa para la mayoría de los clientes.
Mercedes Clase A y Clase B
Los Mercedes Clase A, Clase A Sedán y Clase B han estrenado recientemente su primera versión híbrida enchufable. Conocidos respectivamente como A 250 e, A 250 e Sedán y B 250 e, estos tres modelos de la gama compacta disponen de hasta 75 kilómetros de autonomía eléctrica (en ciclo NEDC). La potencia y el par motor en conjunto es de 218 CV y 450 Nm, pudiendo alcanzar una velocidad máxima de 140 km/h en modo eléctrico.
En el caso de estos tres modelos, el propulsor térmico es de gasolina con 1.33 litros y cuatro cilindros. Gracias a la batería de 15,6 kWh, el consumo mixto de combustible es de aproximadamente 1,5 l/100 km.
Mercedes Clase C, Clase E, GLC y GLC Coupé
Subiendo un peldaño en la gama de productos de la compañía, nos encontramos con que cuatro modelos y diez versiones en total con esta tecnología. Son los Mercedes C 300 e, C 300 de, C 300 e Estate y C 300 de Estate en la Clase C y los Mercedes GLC 300 e y GLC 300 Coupé en el modelo Mercedes GLC. También, en un escalón superior y compartiendo tecnología, aparecen la Clase E con los E 300 e, E 300 de, E 300 e Estate y E 300 de Estate.
En este caso, las versiones con la terminación “e” utilizan un motor térmico de gasolina; mientras que los “de” recurren a un motor tradicional diésel.
Empezando por los “de”, los diésel híbridos enchufables, nos encontramos con unas versiones que utilizan un motor térmico de 2 litros y cuatro cilindros, que se apoyan en un propulsor eléctrico alimentado por una batería de 13,5 kWh. En conjunto, desarrollan una potencia máxima de 306 CV, así como un par motor de nada menos que 700 Nm. La autonomía en modo eléctrico depende de cada modelo, pero va desde los 57 kilómetros del Mercedes C 300 de berlina, hasta los 52 en el caso del Mercedes E 300 de Estate.
Si echamos un vistazo a los híbridos enchufables “300 e”, los de gasolina, aquí aparece un motor térmico de 2 litros y 211 CV. Con el apoyo del sistema eléctrico, estas versiones rinden una potencia máxima de 320 CV, así como un par de 700 Nm. La batería, igualmente es de 13,5 kWh, ofreciendo una autonomía eléctrica de 56 kilómetros en el mejor de los casos, con un consumo mixto homologado en conjunto de 1,6 l/100 km.
Mercedes GLE
El Mercedes-Benz GLE también tiene su versión enchufable. En este caso se comercializa bajo la denominación Mercedes GLE 350 de, es decir, es un diésel híbrido enchufable. Igualmente utiliza un diésel de 2.0 litros. El rendimiento conjunto del sistema asciende hasta los 320 CV y 700 Nm, por lo que es más potente que los “de” vistos anteriormente.
Recurre a una batería para el sistema eléctrico de 31,2 kWh, lo que le permite recorrer más de 100 kilómetros sin gastar una gota de gasoil según el ciclo NEDC. También puede alcanzar los 160 km/h sin necesidad de encender el motor diésel. El consumo de combustible mixto es de 2,2 l/100 km según los datos oficiales.
Mercedes Clase S
A finales del pasado 2018 se presentó la versión híbrida enchufable del Clase S, el Mercedes S 560 e. Bajo el capó delantero se ubica un poderoso V6 de gasolina con 3 litros de cilindrada, que es capaz de desarrollar 367 CV por sí solo. Combinado con el sistema propulsor eléctrico, el rendimiento total es de 476 CV y 700 Nm de par, lo que le permite llegar hasta los 250 km/h y pasar de 0 a 100 en solo 5 segundos.
La batería de este S 560 e es de 13,5 kWh. Puede recorrer hasta 50 kilómetros y alcanzar una velocidad máxima de 130 km/h sin poner en marcha su motor térmico. En cuanto al consumo mixto homologado, hablamos de que en teoría solo necesita 2,6 l/100 km.
Mercedes GLC F-Cell
Hemos dejado para el último lugar el Mercedes GLC F-Cell. Pese a que ya hemos hablado de la gama GLC en un apartado anterior, creo que es conveniente separar esta versión. El motivo es que se trata de un modelo híbrido enchufable que puede circular tanto con electricidad como con hidrógeno. Sin duda, un modelo muy revolucionario por combinar estas dos técnicas. El primero que lo hace.
Con sus dos depósitos de fibra de carbono para el hidrógeno -suman 4,4 kg de hidrógeno- y la batería, obtiene una autonomía conjunta de 478 kilómetros. La batería eléctrica es de 13,8 kWh, pudiendo recorrer con ella hasta 51 kilómetros. El consumo ponderado es de 0,81 kilos de hidrógeno cada 100 kilómetros y de 18 kWh de la batería eléctrica. La potencia máxima del coche es de 200 CV.