La Unión Europea ha hablado y a los aficionados al sector del automóvil no nos ha gustado nada lo que ha dicho. Sus planes para «acabar» con la venta de coches gasolina y diésel han salido adelante hace horas. Pero antes de que os lancéis contra ellos como una caterva de desesperados, os contaremos que aunque el plazo sigue fijo en 2035, las soluciones a esta obligación podrían ser más amplias. Sí, porque el futuro no tiene porque ser eléctrico de batería.
El pasado mes de enero de 2022 Carlos Tavares, CEO de Stellantis, hizo unas declaraciones incendiarias. Su discurso fue claro y muy conciso: la adopción del vehículo eléctrico es una decisión meramente política. Esto no le hizo gracia a muchos políticos de la Unión Europea, pero finalmente ha tenido razón. Con todo, la oficialidad de esta acción para prohibir la venta de coches gasolina y diésel es irrevocable, pero deja «ciertas lagunas» a futuro.
La venta de coches gasolina y diésel en la Unión Europea acabará en 2035 pero habría otras alternativas a los eléctricos puros…
Lo primero que has de saber es que la medida ha salido adelante con 340 votos a favor. En contra ha contado un total de 279 votos y, además, ha sumado otras 21 abstenciones. De esta forma se fija por ley que los fabricantes de coches tendrán que bajar a cero las emisiones de CO2 de sus coches nuevos para 2035. Pero antes tendrán que cumplir con un paso intermedio que servirá de puente y «en teoría» les ayudaría a reducir los elevados costes.
Esta nueva ley establece que los fabricantes tendrán que reducir las emisiones de CO2 de sus coches nuevos en un 55% para el año 2030. Además, la medida también obliga a reducir las emisiones en un 50% para los pick up´s. En contraparte, la Unión Europea modificará los incentivos que ofrece para los vehículos de bajas emisiones y cero marcando como fin el año 2030. Por tanto, a partir de este año no habrá nuevos incentivos a los fabricantes…
Y tras leer esto te preguntarás ¿Qué significa esto? Pues muy sencillo y es que antes de 2035 las marcas tendrán que bajar las emisiones de CO2 de sus coches a la mitad redundando en un mayor coste de producción y por ende mayor de venta. Si a eso sumamos que en 2030 no habrá incentivos para su venta, es probable que sus precios sigan al alza y no sean asumibles para los conductores de a pie. No obstante, hay excepciones y alguna solución…
Las marcas que produzcan entre 1.000 y 10.000 coches al año tendrán hasta 2036 para cumplir la norma. Y además las que fabriquen menos de 1.000 unidades estarán exentas. Por último, en la norma no se dice nada de los motores alimentados por combustibles sintéticos o de hidrógeno. Así es que quizá el futuro pase, además de por los eléctricos, por el uso de estas soluciones en las que marcas como Toyota ya trabajan.
Fuente – European Parliament