Mujeres pioneras en las carreras de Fórmula 1

Desiré Wilson

La Fórmula 1 es y ha sido un deporte bastante machista, pocas oportunidades se le han dado a las mujeres a pesar de que en el motorsport no existe esa división como en otros deportes que separan competiciones excluisivas para mujeres y hombres por separado. En cambio, a pesar de que las rivalidades mixtas no estén prohibidas, la introducción de mujeres en la máxima categoría del motor y en otras ha estado un poco olvidada y cuando se ha permitido en el pasado, las protagonistas se han enfrentado a críticas e impedimentos.

Todos vimos cómo María de Villota se veía relegada a una piloto de desarrollo, lo mismo que Carmen Jordá en el equipo Lotus y ahora Renault, como una piloto de simulador y me atrevería a decir que incluso se le permite pasar pocas horas en él… Igual lo tuvo Sussie Wolf, que en Williams solo se le permitía probar en algunas sesiones de entrenamientos libres y test. Y eso sin contar a otras mujeres que ocupan cargos de ingeniería en equipos, mecanicas, o puestos más elevados como Claire Williams… sin duda ninguna lo ha tenido fácil, pero esto daría para otro artículo.

Maria Teresa de Filippis en su coche

Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, nos centraremos solo en dar un repaso a la historia de las mujeres piloto en F1 y en los hitos marcados. Por ejemplo como María Teresa de Filippis, la italiana que se transformó en la primera mujer en competir en F1 en las temporadas de 1958 y 1959 sumando 5 carreras. Consiguió un 10º puesto en el GP de Francia y para la siguiente carrera el director de carrera se negó a dejarla participar alegando: «El único casco que una mujer debería usar es el peluquero«. No sería la única italiana, en 1992 se inscribiría Giovanna Amati, siendo la última mujer en disputar un GP de F1…

Pero ella no fue la única, también recordamos a Lella Lombardi que participó de 1974 a 1976, consiguiendo un sexto como mejor resultado en el GP de España en 1975, transformándose también en la primera en conseguir puntos. Al año siguiente hubo dos mujeres inscritas, ya que en el GP de Gran Bretaña se inscribió Divina Galica, pero ninguna de las dos clasificaría en ese GP. Eso cambió en 1980, cuando Desiré Wilson se trasnformó en la primera y única mujer en ganar una carrera de F1.


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