BMW equipará sus coches con un sistema de control de tracción inteligente, capaz de responder 50 veces más rápido que los sistemas actuales ante la pérdida de estabilidad del vehículo. El sistema se instaló por primera vez en los BMW i3s, pero acabará en todos modelos de la marca alemana y su filial Mini.
Inicialmente este sistema de control de tracción inteligente de BMW se ha desarrollado para vehículos eléctricos. Esto se debe a que los coches de este tipo requieren sistemas de gestión de la tracción más eficaces por disponer de todos el par una milésima de segundo después de apretar el acelerador. Sin embargo, a pesar de su concepción original, los responsables de BMW dicen que también funciona en vehículos con motores de combustión interna y propulsados por cualquier tipo de tracción: delantera, trasera o total.
Los eléctricos necesitan un control de tracción mejor
Según Peter Langen, jefe de I+D de chasis de BMW: «Con los altos niveles de par y entrega instantánea de potencia en respuesta a los movimientos del acelerador, los motores eléctricos hacen demandas significativamente más altas del control de estabilidad que las unidades de potencia convencionales».
Para conseguir que el control de tracción reaccione tan rápido, la solución que han desarrollado es la de dividir el trabajo de procesamiento. En lugar de que una unidad central realice todo el trabajo, los cálculos se realizan desde el propio tren motriz, por lo que no se necesita que la información viaje por un circuito.
No es la primera vez que vemos como utilizan el método de eliminar intermediarios para mejorar la respuesta o la eficacia del sistema de un coche. En realidad el sistema de tracción inteligente de BMW se basa en el mismo principio que los motores en rueda de los que hablamos la semana pasada. Solo que en lugar de buscar el ahorro energético, BMW pretende reducir el tiempo de respuesta.