Prueba Honda Civic 1.6 i-DTEC 120CV Sport, diseño exterior e interior

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El mercado de los compactos de segmento C es el más importante de Europa y prácticamente todas las marcas tienen algún modelo jugando en esta liga. Las apuestas europeas son las que más triunfan, con modelos muy enfocados a nuestros gustos, también en cuanto a diseño, sin grandes florituras y cargados de continuísmo generación tras generación. Hay a quien le gusta diferenciarse del resto y para ellos hay una opción muy interesante, el Honda Civic.

Esta semana en ActualidadMotor hemos apostado por la diferenciación, por el Honda Civic. Pero la estética, con defensores y detractores, no es el único argumento de este coche. Un salpicadero sin igual, su espacioso habitáculo e inmenso maletero además del motor diésel 1.6 i-DTEC de 120CV hacen del Honda Civic un conjunto realmente interesante asociado al nivel de acabado intermedio Sport. Casi 2.000 kilómetros han servido para corroborar que el Civic es casi el compacto perfecto.

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La octava generación del Civic ya resulto controvertida por su diseño, con la luneta posterior partida y otras señas de identidad que han sobrevivido a la novena generación, la que nos ocupa. El tema estético es siempre algo muy personal, aunque lo cierto es que hay unos cánones que suelen cumplirse. El Honda Civic es un compacto tradicional, con un morro muy afilado y atractivo. A medida que avanzamos hacia la zaga encontramos las puertas traseras con los tiradores camuflados, simulando ser un tres puertas (en esta generación no existe esta carrocería) y por último, un culo bastante elevado con la luneta trasera partida.

Aquí es donde muchos empezamos a debatir si el Civic es bonito o feo. No voy a negar que a mi no es un diseño que me guste, aunque si reconozco que le da personalidad y sobre todo, ayuda a que el maletero tenga las dimensiones épicas de las que disfruta este coche. Además, viéndolo en conjunto, nunca he probado un coche que no me gustase en el plano estético, pero que luego me haya gustado tanto con una visión más general.

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Un interior sin igual

El diseño del interior es algo que se heredó también de la octava generación. Rompe con todo lo establecido y no hay lugar para lo clásico. Tendremos al principio la sensación de estar ante una nave espacial, como en el Honda Cr-Z y aunque al principio nos parece que absolutamente todo está descolocado, la verdad es que tras un periodo de adaptación nos damos cuenta de que todo está pensado y echaremos en falta esta distribución cuando volvamos a conducir un coche normal.

La principal peculiaridad es que la información del conductor está dividida en dos pisos. Tras el volante tenemos unos relojes en posición convencional que corresponden al cuentavueltas, el nivel de gasolina y la temperatura del agua. En la parte alta del salpicadero y frente al conductor, una nueva pantalla hace las veces de velocímetro digital. En ella se pueden ver también informaciones como el control de crucero. La velocidad es la información que más consultamos y está ubicada en una zona que no requiere retirar la vista de la carretera. Podemos decir que el Head Up Display es de serie en el Honda Civic.

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Junto al velocímetro, a la derecha, encontramos una segunda pantalla, en la que podemos consultar todos los datos del ordenador de abordo y del equipo multimedia. En las versiones con navegador, que lo ubican en la consola central, también se pueden ver las indicaciones en esta pantalla elevada. La información es realmente completa e incluso podemos elegir una foto cargada con un USB como fondo de pantalla. Eso sí, el manejo del ordenador de abordo tiene delito y es lo más complicado que jamás haya visto.

En vez de tener un botón en el volante o en alguna de las palancas de limpias e intermitencia con el que poder alternar las distintas pantallas, es necesario entrar en un menú y seleccionar que parámetro queremos ver (autonomía, consumo medio, cuentakilómetros parcial o total etcétera). Para quienes consultamos con asiduidad estas informaciones es un auténtico engorro e incluso resulta peligroso al obligar a distraer la atención de la conducción. En la consola central, ligeramente orientada al conductor, se ubica la radio y el climatizador, ambos con botones grandes y de manejo muy intuitivo.

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Si prestamos atención a los materiales y ajustes, la verdad es que estos son de buena calidad. Las partes superiores del salpicadero y las puertas son de plástico blando y todo lo que toquemos tiene una buena presencia. Tal vez los aireadores circulares laterales desentonen un poco con el resto del conjunto. En cuanto a la tapicería de este acabo Sport que probamos, hay que decir que es muy agradable al tacto, y que recuerda inevitablemente a las de los coches japoneses de los años 90. Juro que la de mi Mitsubishi Galant es casi igual, esperemos que aguante el desgaste igual de bien.

Espacial y también espacioso

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Si hemos concluido que el diseño interior del Honda Civic es similar al de una nave espacial, la habitabilidad es interesante, con un habitáculo espacioso. En las plazas delanteras no habrá problemas en ninguna de las cotas, mientras que las traseras son también muy aptas, aunque si los asientos delanteros van muy retrasados, el espacio longitudinal puede ser escaso.. Solo las personas más altas podrían tener algún tipo de problema con la cabeza y la anchura será suficiente para dos adultos. Tres no viajarán especialmente cómodos, sobre todo porque la banqueta central está muy elevada y es más dura, pese a que apenas existe túnel central.

Pero ahora pasemos a palabras mayores, pasemos al maletero. El Honda Civic tiene el más grande de su categoría con 401 litros y una forma realmente aprovechable, aunque la sorpresa llega cuando utilizamos el doble fondo y conseguimos alcanzar los 477 litros de capacidad. Caben objetos realmente voluminosos, aunque es una pequeña pega que el doble fondo no ocupa toda la superficie del original. Con esta capacidad no hay hueco para la rueda de repuesto y se recurre a un kit reparapinchazos.

La increíble versatilidad del Honda Civic

La increíble versatilidad del Honda Civic

En el hipotético caso de que este maletero fuese pequeño, podríamos abatir los asientos, creando una superficie de carga completamente plana, pero si no quisiéramos abatirlos, podríamos levantar las banquetas de los asientos posteriores hacia arriba, consiguiendo un espacio de carga muy interesante, que podría ser de utilidad para llevar mascotas, por ejemplo.

Mañana será el momento de ponernos al volante del Civic 1.6 i-DTEC Sport, un motor que destaca por su suavidad de funcionamiento, su entrega de potencia y sobre todo sus consumos, muy bajos. No faltará la videoprueba, marca de la casa.

Imágenes del exterior

Imágenes del interior


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  1.   alex brand dijo

    Muy buen carro