Hablar de compactos en Mazda es hablar del Mazda 3. Ya va por su tercera generación, una nueva entrega que modifica por completo su diseƱo y filosofĆa para situarse, como mĆnimo, a la altura de la referencia. Esta semana, para comprobar todos estos cambios, ponemos a prueba el renovado Mazda 3 de 5 puertas.
Y no sólo probamos el nuevo compacto, sino que también hacemos lo propio con su mecÔnica. Nos hemos decantado por el nuevo motor de gasolina Skyactiv de 120 caballos, una alternativa que se coloca como la mÔs racional o lógica en este combustible. ¿SerÔ cierto que no hace falta acudir al downsizing para reducir consumos?
DiseƱo orgƔnico
El diseƱo del Mazda 3 se asocia a la filosofĆa de desarrollo KODO de la firma japonesa. Es el tercero en implementarla, tras los CX-5 y mĆ”s recientemente Mazda 6. Por tanto, nos situamos frente a un coche muy expresivo en cuanto a lĆneas y algo alejado del concepto de compacto que habitualmente puebla nuestras carreteras.
Esto es que luce, por ejemplo, un largo capó que parece alojar motores longitudinales. Pero no es asĆ. Esto retrasa el habitĆ”culo y dinamiza su figura, viĆ©ndose complementada por una caĆda del techo bastante suave que recuerda a una carrocerĆa de estilo coupĆ©. SĆ, la silueta del nuevo Mazda 3 es claramente deportiva. Mide 4,46 m de largo, 1,79 m de ancho y 1,45 m de alto, aunque se puede optar a una carrocerĆa sedĆ”n algo mĆ”s espaciosa.
En el frontal vuelve a aparecer la nueva cara de la marca, con ópticas rasgadas y una caracterĆstica parrilla en forma de alas que une ambos grupos ópticos. La trasera, por su parte, se llena de mĆŗsculo, con unos pilotos con un plano propio y situados muy arriba. Para rematar la trasera se opta por una doble salida de escape que no encontramos en todas las versiones.
Nuestro acabado intermedio Style viste unas llantas de 16 pulgadas que tal vez se queden algo cortas a la hora de llenar los pasos de rueda. La llanta de 18 pulgadas del acabado Luxury redondea perfectamente el conjunto.
Interior sobrio y de calidad
Sentarse apenas un minuto en el habitĆ”culo de Mazda 3 nos bastarĆ” para darnos cuenta de que nos situamos en un coche japonĆ©s. A pesar de su distinguido y, por quĆ© no, atrevido diseƱo exterior, el habitĆ”culo se mantiene fiel a la filosofĆa japonesa de la sobriedad en cada detalle. Claro, que esto es una apreciación bastante subjetiva.
Lo que no es subjetivo es el mimo con el que Mazda ha tratado el interior de su compacto. La calidad es uno de sus puntos fuertes, con una solidez palpable en todos sus rincones. La parte superior del salpicadero y puertas se forma de plĆ”stico mullido, quedando las zonas menos expuestas en plĆ”stico mĆ”s duro. La calidad visual y al tacto es muy alta, aunque un toque de color no le vendrĆa nada mal.
En un habitÔculo dominado por el negro, se erige un salpicadero que apenas se llena de botones, manteniendo únicamente los controles del sistema de climatización. El resto se sustituye por una pantalla tÔctil de 7 pulgadas fija que acoge el equipo de infoentretenimiento. AdemÔs del control tÔctil, se puede utilizar mediante comandos vocales o unos mandos muy sencillos en la consola central. El sistema responde de forma sorprendentemente fluida y no es especialmente complicado de utilizar.
El cuadro de mandos es lo mĆ”s destacable del conjunto, con dos posibilidades. Los acabados bajos e intermedios cuentan con un velocĆmetro en posición central, mientras que las versiones altas de gama, Ć©ste se sustituye por un tacómetro. Tal vez esta Ćŗltima configuración serĆa la mĆ”s idónea, puesto que el tacómetro queda incrustado en una pequeƱa pantalla digital en caso de no ser analógico. En todo caso, la lectura de las funciones mĆ”s representativas es sencillo.
Habitabilidad
El Mazda 3, si por algo destaca en medidas, es por su batalla. Es de las mĆ”s grandes de su segmento, y esto lógicamente nos hace pensar en una habitabilidad superior. En parte es asĆ, y en parte no. No porque no es la referencia en este apartado, y sĆ porque el espacio disponible es suficiente para prĆ”cticamente cualquier tamaƱo.
Las plazas delanteras gozan de amplitud, sentÔndonos en unos asientos de comodidad excelente y un buen agarre lateral para no tratarse de una opción deportiva. La postura de conducción es cómoda, y tal vez el único pero sea un volante un poco grande. Su posición es muy vertical, lo que unido a una postura de conducción baja, le otorgan un claro tinte deportivo.
AtrĆ”s la tónica dominante es el espacio. Las piernas de los pasajeros viajarĆ”n cómodas a menos que los pasajeros de la fila delantera sean exageradamente grandes. Lo mismo ocurre con el espacio para la cabeza, es suficiente, pero la caĆda de techo podrĆa apurar a las tallas mĆ”s grandes. La anchura, como suele ocurrir, no destaca, aunque el mayor problema recae sobre el asiento central, sin forma y mĆ”s duro. De todas formas no es insufrible.
Maletero
Al maletero del Mazda 3 le ocurre algo parecido al espacio para los pasajeros traseros. Que se encuentre entre los coches mĆ”s grandes de su categorĆa no influye tanto en el espacio para la carga. Cubica 364 litros, lo que no lo catapulta hasta las primeras plazas. De lo que sĆ presume es de unas formas bastante regulares, a pesar de que la boca de carga queda algo alta y el suelo no queda a ras de la boca.
Para aumentar el espacio tendremos que abatir los asientos traseros en dos partes. No cuenta con tiradores en el propio maletero pero obtendremos un espacio de carga plano con algo mƔs de 1.250 litros de capacidad.
Hasta aquà nuestro primer acercamiento al nuevo Mazda 3. Hoy nos contentamos con un diseño diferenciado y muy inspirador, ademÔs de una postura de conducción deportiva, que ya veremos mañana, a la hora de arrancar el motor, si se corresponde con un comportamiento a la altura y un consumo propio de la última generación de propulsores Skyactiv.