Mazda ha presentado su primer gran sedán eléctrico y lo ha hecho por todo lo alto. El nuevo Mazda 6e es una berlina 100% eléctrica que llega con una apuesta diferenciada dentro de un segmento dominado por nombres como los de Tesla Model 3, Hyundai Ioniq 6 o BMW i4. Pero Mazda, fiel a su filosofía, no quiere ser una más. Con el nuevo 6e pone sobre la mesa una combinación muy especial: diseño emocional, excelente calidad percibida y un tacto de conducción cuidado al milímetro.
Cierto es que Mazda ha llegado “un poco tarde” a la fiesta de los eléctricos pero con el 6e no queda duda de que si hace algo, es por alguna razón. Y esta no es otra que dar un fuerte golpe de autoridad sobre la mesa ya que su producto está muy cerca de los premium alemanes a los que todas las firmas quieren emular. Toma nota porque al laureado Model 3 de Elon Musk le ha salido un rival difícilmente de igualar. Lo hemos probado en esta primera toma de contacto y esto es todo lo que nos ha transmitido.
Diseño exterior del nuevo Mazda 6e: el alma del Kodo, ahora eléctrico
Desde que lo ves por primera vez el Mazda 6e transmite elegancia y dinamismo a partes iguales. El diseño Kodo, presente en todos los modelos de la marca, alcanza aquí un nuevo nivel con proporciones musculosas, una silueta tipo liftback y detalles minimalistas que lo acercan a un lenguaje de diseño premium. Con 4,92 m de longitud, el Mazda 6e se coloca entre los sedanes del segmento D más largos, superando al Model 3 y casi igualando al bávaro BMW i5.
El frontal está marcado por unos faros Full LED muy afilados y desplazados hacia los extremos y una calandra cerrada que recuerda a la de otros eléctricos pero sin renunciar al ADN de la marca. Como curiosidad el ala que hay en la parrilla está iluminada con leds y los laterales muestran el nivel de carga cuando está conectado. El paragolpes delantero tiene un diseño limpio, mientras que las llantas de 19 pulgadas, los pasos de rueda bien esculpidos y el nervio que recorre los flancos le dan músculo y presencia.
En la vista lateral destaca la caída del techo al estilo fastback que nos dice que no es una berlina de tres cuerpos sin más. El ejemplo lo tenemos en el alerón retráctil que se despliega de forma automática a partir de 90 kilómetros por hora o de forma manual. Tampoco podemos obviar que las manillas para las abrir las puertas están ocultas en la chapa o la ausencia de marcos en las puertas. Todo ello ayuda a que la aerodinámica sea excelente con un Cx de 0,22 que permite consumos muy ajustados.
Ya en la zaga tenemos otros elementos de diseño que no pasan desapercibidos y que incluso de lejos podría parecernos a un modelo de Aston Martin. El primero de ellos es que las ópticas Full LED ocupan el ancho de la carrocería y tienen un diseño tridimensional muy atractivas. En el centro ya no está el logo de Mazda sino el propio nombre de la marca y en el lado izquierdo del portón el logo 6e que lo distingue. Por su parte la apertura del portón es eléctrica y permite un umbral de carga muy bajo que ayuda a introducir objetos voluminosos con facilidad. En cuanto al paragolpes es de líneas sencillas aunque la zona baja está cubierta de piano black y su durabilidad se podría ver comprometida por los avatares diarios en la conducción urbana.
Diseño interior y calidad de materiales del Mazda 6e: estilo japonés con gusto por lo premium alemán…
En el interior del 6e encontramos una atmósfera que sorprende por su sobriedad y refinamiento sin por ello caer en la simplicidad. Mazda apuesta por un enfoque minimalista, inspirado en la filosofía japonesa «ma», con un salpicadero limpio y de líneas horizontales que ayudan a crear una gran sensación de espacio. No verás por ningún sitio estridencias, pero sí mucho mimo en los detalles pues estamos ante uno de los eléctricos de segmento D/E de mayor calidad que hay actualmente en el mercado.
En él destacan materiales como el cuero de tacto suave, molduras en símil madera, tela de ante y superficies acolchadas en puertas y consola central nos recuerda que Mazda coquetea de forma firme con los premium sin renunciar a su esencia. En el acabado Takumi Plus, además, encontramos asientos en cuero Nappa perforado y detalles aún más cuidados. El mejor ejemplo es que no hemos sido capaces de encontrar un solo grillo ni crujido y que incluso la pantalla central táctil está tan bien anclada que intentar moverla para ver si es endeble es prácticamente imposible.
El sistema multimedia se controla desde la pantalla táctil de 14,6 pulgadas ubicada en posición central. Por delante del conductor, una instrumentación digital de 10,2″ y un head-up display de gran resolución con proyección en el parabrisas brindan toda la información necesaria. También hay mandos por voz y gestos, aunque a nivel de ergonomía hay margen de mejora. Muchos controles están integrados en pantalla y se echan en falta botones físicos. Por ejemplo, para ajustar los retrovisores hay que pasar por la pantalla aunque también es cierto que los mandos del volante son “clásicos” y en ellos se permite hasta dos menús favoritos para acceder a funciones de forma rápida.
Habitabilidad y capacidad de maletero: cómodo para cuatro, justo para cinco y amplio para el equipaje
Gracias a una generosa batalla de 2,90 m, el Mazda 6e ofrece un habitáculo espacioso para cuatro pasajeros pues el quinto irá en la plaza central que, aunque bien resuelta, tiene un mullido más duro y el respaldo lo ocupa el reposabrazos con dos portabebidas. Delante se viaja con mucho confort, con asientos de regulación eléctrica amplios y bien perfilados, mientras que en las plazas traseras hay buen espacio para piernas y cabezas, aunque la caída del techo limita ligeramente la altura si eres muy alto.
La nota positiva la da el gran techo panorámico de cristal que en el acabado Takumi es de una pieza (con cortina en opción) y en el Takumi Plus es doble con cortina de serie. Como dato curioso, en las plazas traseras hay un pequeño display táctil que sirve para gestionar la climatización de esta zona, mover el asiento del pasajero para que haya más espacio detrás de él e incluso desplazar la cortinilla del techo para que no moleste el sol. En esta zona la calidad es igual que en las delanteras con cuero y superficies mullidas en las puertas, algo que muchos de sus rivales han relajado para ahorrar en costes.
En último lugar debemos hablar del maletero, uno de los aspectos que más controversia hubo desde que el Mazda 6e vio la luz. De inicio anunció una capacidad de unos 330 litros, cifra modesta si lo comparamos con el Tesla Model 3. Sin embargo al verlo en persona se aprecia que su capacidad está más cerca de los 450 litros y esto se debe al sistema de homologación VDA que deja fuera los espacios “muertos”. Por lo que si a estos 450 litros aproximados (unos 475 según Mazda hasta el techo) se le suman los 72 litros (que en realidad son casi 100) del maletero delantero tenemos que la capacidad de carga supera los 500 litros con todas las plazas. Por último, si abatimos los respaldos de los asientos traseros el volumen total supera los mil litros.
Tecnología y ayudas a la conducción: nivel alto para dar de sí lo mejor…
En este aspecto, Mazda no se ha quedado atrás. El sistema de infoentretenimiento es compatible con Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos, incluye navegación conectada, cargador inalámbrico, puertos USB-C en ambas filas y sistema de audio firmado por Sony con 14 altavoces que suena espectacular. En cuanto a ayudas a la conducción, el 6e incluye todo lo esperable en un coche de su categoría. Control de crucero adaptativo (ACC), mantenimiento de carril, frenado autónomo con detección de peatones y ciclistas, lector de señales, cámaras 360°, sensor de ángulo muerto y alerta de tráfico cruzado trasero. Además, dispone de una cámara interior que monitoriza el estado del conductor para prevenir distracciones.
Gama mecánica y carga: dos versiones y hasta 552 km de autonomía
El Mazda 6e se ofrece inicialmente en dos versiones mecánicas, ambas con motor eléctrico trasero de 320 Nm de par, pero diferenciadas por la capacidad y química de la batería y la potencia.
- Mazda 6e (Standard Range):
- Motor: 190 kW (258 CV)
- Batería: 68,8 kWh (LFP)
- Autonomía WLTP: 479 km
- 0–100 km/h: 7,6 s
- Carga: 11 kW en CA / hasta 165–200 kW en CC
- Mazda 6e (Long Range):
- Motor: 180 kW (245 CV)
- Batería: 80 kWh (NMC)
- Autonomía WLTP: 552 km
- 0–100 km/h: 7,8 s
- Carga: 11 kW en CA / 90 kW en CC
Ambas versiones comparten arquitectura y configuración de propulsión, pero Mazda ha optado por ofrecer una opción más accesible con química LFP y otra con más densidad energética (NMC) para los que buscan más autonomía. La carga rápida permite pasar del 10% al 80% en unos 30 a 45 minutos según versión y potencia disponible.
Al volante: refinamiento japonés, aplomo alemán y una conexión genuina con el conductor
Conducir el Mazda 6e es una experiencia que refleja la filosofía de la marca. En él las sensaciones de conducción son agradables, directas y naturales sin sacrificar en confort ni eficiencia. Desde el primer momento que te acomodas al volante percibes que todo ha sido pensado para el conductor. La posición es baja, casi como en un coupé, con un volante de buen grosor, ajuste eléctrico y excelente visibilidad del cuadro de instrumentos. La butaca recoge bien el cuerpo sin agobiar, y transmite sensación de calidad en cada movimiento.
Conducción urbana: suavidad, visibilidad y maniobrabilidad
En ciudad, el 6e sorprende por lo bien que disimula su tamaño. Sus casi 5 metros de largo no se sienten incómodos gracias a una dirección muy asistida a baja velocidad que adolece de un peso que podría ser mayor y una pequeña zona muerta en el centrado. Por su parte el radio de giro es razonable y facilita maniobras, aunque el gran capó delantero y la luneta trasera pequeña pueden dificultar la percepción de los límites del coche. Eso sí, cuenta con un sistema de cámaras 360º de excelente resolución que ayuda a realizar todo tipo de maniobras sin mayor problema.
El sistema de propulsión eléctrico es suave en la entrega de par pues no es tan explosivo como en sus rivales y sí es mucho más modulable. No hay tirones, ni ruidos molestos y el aislamiento del habitáculo es simplemente ejemplar. Incluso al pasar por zonas rotas, empedradas o badenes, la suspensión absorbe bien las irregularidades sin rebotes ni brusquedades. Aquí se nota el trabajo de Mazda para lograr un confort de primer nivel, con una suspensión de tarado firme pero no incómoda ni blanda al extremo.
En carretera secundaria: equilibrio y precisión
Mazda ha sabido conservar su esencia incluso en este 6e y así lo demuestra en carreteras reviradas. Pese a los casi 2.000 kilos que marca la báscula, el coche se siente más ágil de lo esperado. El reparto de pesos casi perfecto (47/53) y el bajo centro de gravedad fruto de la batería colocada en el suelo hacen que el coche responda con nobleza al girar el volante.
En curvas rápidas es aplomado y comunicativo, con una suspensión que controla bien los balanceos y transferencias de pesos sin perder en confort. En curvas lentas, la tracción trasera aporta un extra de precisión, permitiendo salir con seguridad y cierto toque dinámico si se busca. No es un coche deportivo, pero se disfruta en conducción activa.
Los frenos están a la altura, con buena mordida y resistencia al uso prolongado, aunque en uso más intenso puede notarse cierta desincronización entre la frenada regenerativa y la hidráulica si no se dosifica bien. Aun así el tacto del pedal del freno está muy logrado, algo que no todos los eléctricos consiguen.
En autopista: gran turismo por derecho propio
Es probablemente en vías rápidas donde el Mazda 6e mejor se comporta y así lo hemos comprobado en las autobahn alemas. Su pisada es muy firme y sólida ya que el coche se muestra extremadamente estable incluso por encima de los 160 km/h. Pero hay más ya que la insonorización y vibraciones del habitáculo están tan bien logradas que incluso a velocidades prohibidas en España lo convierten en una auténtica burbuja de confort. Aquí se aprecia el enfoque GT del modelo: el Mazda 6e no es un deportivo, pero es un coche diseñado para devorar kilómetros con clase y serenidad.
La dirección en el modo Sport gana algo de peso a velocidad de crucero aunque nos hubiera gustado que fuera más precisa y directa. Eso sí, a sus mandos no hay correcciones innecesarias y el coche mantiene la trayectoria incluso con viento lateral o cambios de asfalto. El asistente de mantenimiento de carril trabaja de forma suave, sin intervenciones bruscas, y el control de crucero adaptativo mantiene la distancia con una aceleración y frenada muy natural, casi humana.
Modos de conducción: sin artificios, pero efectivos
El Mazda 6e cuenta con tres modos de conducción: Normal, Sport e Individual (Personalizado). La diferencia entre ellos es sutil pero palpable:
- Normal. Es el más equilibrado de los tres, con una buena entrega de potencia y un comportamiento general progresivo.
- Sport. Mejora la respuesta del acelerador y endurece ligeramente la dirección, haciendo el coche más directo sin caer en exageraciones.
- Individual (Personalizado). En él se pueden gestionar parámetros como la regeneración del motor para cargar la batería u otros aspectos como las ayudas a la conducción.
Consumos: una aproximación que deja buen sabor de boca
Hablar de consumos finales en la presentación de cualquier modelo es cuanto menos una locura. La razón se debe a que el tiempo de conducción y los recorridos son en muchos casos los mejores para que el modelo no “desentone”. Por tanto, los datos que podemos dar de momento son preliminares y sujetos a mejorar o empeorar a cuando podamos probarlo en nuestro circuito habitual de pruebas. Con todo, en un primer momento, el Mazda 6e parece que ofrecerá un consumo muy justo entre sus rivales.
Circulando a más de 160 kilómetros por hora en las autobahn alemas logramos un gasto medio, según el ordenador de abordo, de unos 25 kWh cada 100 kilómetros. Esta cifra está muy lejos de los 16,5 kWh y 16,7 kWh a los 100 kilómetros que homologa según el protocolo WLTP. No obstante, cuando realizamos una conducción más sosegada por vías urbanas y periurbanas la cifra baja hasta acercarse a los 16-17 kWh. Por tanto, es normal que en conducción exigente por autovías supere con creces los 20 kWh pero en un uso mixto, es muy posible acercarse a la cifra homologada.
Cinco puntos fuertes del Mazda 6e
- Diseño sobresaliente
- Alta calidad interior
- Dinámica de conducción refinada
- Elevado nivel tecnológico
- Precio competitivo
Cinco aspectos a mejorar
- Maletero algo justo según homologación VDA
- Ausencia de tracción total
- Carga rápida limitada en potencia en la versión Long Range
- Ergonomía discutible
- Visibilidad trasera mejorable
Precios y acabados para España…
Versión | Motor/Batería | Precio oficial | Precio con promociones |
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Versión | Motor/Batería | Precio oficial | Precio con promociones |
6e Takumi | 258 CV / 68.8 kWh | 43.725 € | Desde 38.715 € |
6e Takumi Plus | 258 CV / 68.8 kWh | 45.375 € | Desde 40.365 € |
6e Takumi Long Range | 245 / 80 kWh | 45.325 € | Desde 40.825 € |
6e Takumi Plus Longe Range | 245 / 80 kWh | 46.975 € | Desde 42.475 € |
(*) Precios estimados con promociones de lanzamiento y descuentos. No incluyen MOVES III ni financiación adicional. La garantía oficial cubre 6 años o 150.000 km para el vehículo y 8 años/160.000 km para la batería.
Conclusión…
El nuevo Mazda 6e no es un coche eléctrico más. Es una declaración de intenciones en toda regla y que, sin miramientos, apunta directamente al Tesla Model 3 superándolo en muchos aspectos. Para hacerlo así de competitivo Mazda ha apostado por el diseño, la calidad y el confort de marcha para desmarcarse en un segmento en plena ebullición de rivales. No será el más potente, ni el más tecnológico, ni el que más corre. Pero tiene algo que no siempre se encuentra en los eléctricos actuales: gran personalidad. Y en 2025 vale mucho…