Prueba Opel Insignia 2.0 CDTi 140 CV 5p, diseƱo exterior e interior

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La historia del siguiente protagonista, es un poco como tantas otras. Llegaba el tiempo de cambiar, de arriesgar. Y lo cierto es que las cosas no le fueron mal. Al poco, se consolidaba en uno de esos terrenos que solo con pisar, dan ganas de salir por patas con el rabo entre las piernas.

Pasaba el tiempo y habƭa que reciclarse. Nada es eterno, nada es para siempre, pero si te actualizas, puedes ganarle una batalla al tiempo. Respetando la misma filosofƭa, el actor principal, que en unos instantes os saluda, recibƭa nuevos cambios y, sobre todo, daba un pasito mƔs en su madurez. Esta semana probamos el nuevo Opel Insignia, mejorando lo presente.

Las segundas partes no siempre fueron malas

Esta no es la primera vez que me enfrento a la renovada berlina del grupo GM. Tuve la oportunidad de conocerlo, aunque de manera breve, en su presentación nacional, y éste y yo, teníamos una cuenta pendiente. Muchas preguntas en el aire quedaron ese día que recuerdo mÔs gris que la ceniza, y ahora, quiero todas las respuestas.

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Aquella mañana de noviembre, los chicos de Opel, me contaron mucho acerca de la renovación de su obra. Entre otras cosas, hacían mucho hincapié en la nueva gama de motores, a la vanguardia en eficiencia; en sus mejoras en materia de seguridad; y en la introducción de la nueva generación de su sistema de info-entretenimiento.

Cambio necesario

Lo que percibe el ojo a simple vista, en tantas y tantas ocasiones, es el puente que decidimos cruzar para conocer algo. Si lo que entra por nuestro sentido de la vista, no nos llama la atención, pese a que no sea visible la parte mÔs destacado de ello, en repetidas ocasiones perderÔ interés y no nos plantearemos descubrir. Error sí, pero cruda realidad me temo que también.

SĆ© que lo que os acabado de contar, de sobra lo sabĆ©is… pero tranquilos, que el pĆ”rrafo que acabo de sacarme de la chistera os lo justifico enseguida. SegĆŗn la marca alemana, ha habido muchos cambios que no podemos ver. Aunque de eso ya nos encargaremos mĆ”s tarde. Y es que seguramente que eso al posible comprador no le atraiga potencialmente, pero si puede hacerlo el aspecto de la nueva consola central.

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Sí, me complace comunicar que ésta última ya no se asemeja a la de los Airbus. La infinita botonería que colmaba este espacio ha sido bien sustituida por una pantalla tÔctil de 8 pulgadas, intuitiva, fÔcil de manejar, aunque a veces algo lenta en recibir las órdenes. Pese a que no me termine de convencer como han colocado los pocos botones que permanecen, he de decir que el conjunto ha dado un salto de gigante tanto en calidad, como en imagen.

Amplio, cómodo, e incluso deportivo

Dejando atrÔs el sistema IntelliLink, que por cierto incluye el touchpad, una herramienta con una superficie tÔctil que reconoce la escritura, el cuadro de instrumentos se luce ahora digital. No soy amigo de esta nueva costumbre, aunque he de reconocer que lo han rematado a las mil maravillas. AdemÔs de ver la instrumentación, desde la posición que ofrece este puesto de conducción, cómoda y deportiva, y amarrado sutilmente por los asientos AGR enfrentÔndome al nuevo diseño del volante, un «pelín» mÔs delgado de lo que me gustaría, el resto es sencillo de gobernar.

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La pasada generación regalaba una gran amplitud, y ésta, hace exactamente lo mismo. Las plazas delanteras, generalmente, no deben luchar contra este problema, son las filas traseras las que deben marcar la diferencia. El Opel Insignia regala desahogo para las piernas y te roza el flequillo por altura. El descenso de la línea pasa factura en este lugar aunque no es para alarmarse, solo si eres pariente de los Gasol podrÔs quejarte. MÔs retrasado aún, el espacio vuelve a ser destacado con un maletero colocado en una posición alta que ofrece 530 litros.

MƔs refinado

Rompiendo la rutina, he comenzado a describir a esta nueva generación de la berlina de Rüsselsheim desde su habitÔculo, un lugar que como hemos podido ver guarda el espíritu de su antecesor alterando solo aquello que necesitaba pasar revista. Pero, ¿qué hay del exterior? ¿Ha sido el cambio en este apartado mÔs acusado?

Con un breve vistazo, nos damos cuenta que tampoco. La estampa continúa exhibiendo una línea esbelta, con una parte frontal poderosa y una zaga recatada. La unidad que tengo ante mis ojos, se enseña con la carrocería de cinco puertas, la alternativa mÔs bonita en mi opinión por el remate de la parte trasera.

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Las medidas, prÔcticamente calcadas al antiguo Opel Insignia, continúan dejÔndonos un verdadero barco. De largo, 4.842 mm., de alto 1.498 mm, y de ancho 1.856 mm., caparazón enorme para el segmento al que pertenece, el D. La viva imagen de ese alumno de cuarto curso que pasaría desapercibido en quinto.

La sinfonía Insignia toma ahora notas mÔs elegantes. La partitura es similar a la anterior, la mirada se torna mÔs distinguida, los ópticos son de nueva factura y la expresión es completamente nueva. El rostro ha sido, pincelada tras pincelada, convertido en el de un adulto con cara de niño.

Apartando la vista de esta zona, la estética se escucha igual. Tipo grandón, en un cuerpo estilizado que provoca el coeficiente de rozamiento mÔs bajo de su clase, 0,25. La cubierta desciende en forma de coupé, un hecho que limita el espacio en las plazas trasera y la visión de la luneta trasera. Problema que no me tomo tan mal por ser preso de las apariencias enamorado de las siluetas deportivas.

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El final de este recorrido lo marca una trasera mÔs fornida, con nuevos pilotos afilados que podrían recordarte a algún japonés. El conjunto es mÔs fresco, y parece haber ganado en seducción. Para tener mÔs sex-appeal, esta unidad monta unas llantas de aluminio de 18 pulgadas que si contara con una salida de escape me hubiera dejado totalmente prendado.

ĀæPodrĆ” conseguirlo?

La berlina se renueva y lo hace con importantes cambios. Su predecesor se caracterizaba por ser una apuesta seria, de calidad, y una de las mejores alternativas del mercado. El nuevo, continúa ese camino modificando solo aquello que lo necesitaba Pero, ahora bien, ¿qué ha pasado con su nivel dinÔmico? ¿HabrÔ también ascendido al siguiente nivel? DescubrÔmoslo mañana en la segunda parte de esta prueba cuando saquemos a pasear a este nuevo Opel Insignia.


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