Prueba Skoda Spaceback 1.6 TDI 90 CV DSG, diseƱo exterior e interior

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Si me pidieran que escogiera el segmento mĆ”s guerrillero de todo el mercado del automóvil, seguramente, sin pestaƱear, elegirĆ­a el C, el de los compactos. Y es que hay pocos mĆ”s competitivos que Ć©ste. DiseƱo, personalización, calidad, deportividad… este segmento lo tiene prĆ”cticamente todo. Por ello, hacerse un hueco en Ć©l, es una tarea incluso mĆ”s peliaguda que encontrar aparcamiento en el centro de una gran ciudad.

Y te preguntarÔs, pero, ¿a qué vienes esto? Te explico. Esta semana me ha tocado probar una de las opciones que ofrece este duro mercado. Un jugador novato que busca con ansias respeto. Hasta que aterrizara en la gama de la marca checa, no había otro como él. Entonces,  ahora te pregunto yo, ¿habrÔn acertado a la primera? Estoy hablando del Skoda Spaceback. El último invitado que ha pasado por el garaje de Actualidad Motor con motor 1.6 TDI de 90 caballos y cambio DSG.

Un Rapid hatchback

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De la base del Skoda Rapid, la berlina compacta de la firma propiedad del Grupo Volkswagen, nacƭa quiƩn os vengo a presentar. El objetivo era sencillo, sacar tajada en el mundo compacto. El Rapid, del que os hablaba mƔs arriba, habƭa disfrutado de un recibimiento que muchos desearƭan. Por ello, hacer un Rapid de carrocerƭa hatchback podƭa ser la jugada perfecta.

Y así lo hicieron: 4,304 metros de largo, 1,706 de ancho, y 1,459 de alto, esta era la alternativa que ofrecía la casa checa. El problema era saber si estaba preparado para enfrentarse a enemigos de la talla de los Peugeot 308, Renault Mégane, Ford Focus, o SEAT León. ¿Se habrían centrado en hacer un producto simple sin mÔs? ¿O había mÔs en el Skoda Spaceback?

Sorpresa ”Sorpresa!

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Te lo voy a decir ya, no esperaré mÔs para poder justificarme. El compacto de Skoda, se ha quedado conmigo. Y te lo digo con todas las de la ley. No esperaba esta sensación al ver este coche. Recuerdo perfectamente cuando los chicos de Skoda me daban las llaves. Pulso el botón de apertura para localizarlo y ahí estaba. Nunca habría pensado que un coche amarillo, podría atraerme.

El Skoda Spaceback utiliza el poder de la personalización para buscar la diferencia. En este caso, mezclaba el negro de las llantas, techo y carcas de los espejos retrovisores, con el amarillo del resto de la carrocería. Y lo cierto es que le sentaba realmente bien. Por delante, todo un Rapid. Misma línea, misma mirada, misma sencillez. El Spaceback no se lleva el premio a la originalidad en su estética. Aunque no disgusta.

Menos, es mƔs

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Y me sorprende que te esté contando esto cuando te admito, que no me gusta el Skoda Rapid. Es un coche con buenas soluciones, pero, entre ellas, en mi opinión, no estÔ la de atraer miradas. Su hermano compacto, nuestro Spaceback, tampoco lo hace, pero consigue con menos, mÔs.

Como te decía, la parte frontal es heredada del Rapid. El resto, si guarda personalidad propia, aunque encontrÔndonos una zaga típica de la marca checa. Y me refiero a que la trasera es sencilla, limpia, sin rincones marcados o lugares para la improvisación. Pilotos de medidas justas situados a ambos lados de este espacio y en una posición elevada.

Y en este punto viene mi dilema. Esta semana me he estado fijando en todos los Skoda Spaceback que veía. La mayoría de ellos, enseñaban un vestido simple, sin una combinación de colores que les agradeciera, al contrario que la que lucía nuestra unidad de prueba. Entonces, ¿necesita el Spaceback una combinación arriesgada para destacar? Mi opinión es clara, sí. Aunque también te digo, que hay otros, que ni vistiendo así, lograrían robar miradas.

Diez para los asientos, cinco para el puesto de conducción

Prueba Skoda Spaceback 1.6 TDI 90 CV DSG

El interior ha sido otro de los apartados que me ha sorprendido. Chapó, y de nuevo digo, ”chapó!, para esos asientos. Bonito diseño, imitando a los backets, y perfecto agarre. Hacía tiempo que no me convencían tanto unos asientos. Te dejan en buena posición frente al volante, y frente a la consola central. Pena, que no puedan bajarse mÔs en altura, quedando el túnel de transmisión demasiado bajo. De este modo, la palanca de cambios se sitúa en una posición realmente poco deportiva o, sin mÔs, poco cómoda.

Igualmente, pese a que el techo solar que enseña es de gama alta, la calidad no es su fuerte. Te reto a que busques algún material blando en este coche. Es mÔs difícil que ver a Pablo Iglesias sin coleta. QuizÔs en algún remate, por ejemplo, en las puertas, pero poco mÔs. Eso sí, el volante, forrado en cuero y achatado en la parte baja, es realmente bonito.

Amplio como pocos

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Por lo demÔs, orden y seriedad en el salpicadero, con una consola central alegrada por la pantalla y la moldura en blanco, y en donde la botonería es justa. Amplitud en un espacio que derrocha comodidad para las plazas delanteras y traseras, con un desahogo tal en la última fila para las piernas y la cabeza impropio en esta clase de vehículo. Mismo sentimiento despierta el maletero, con capacidad para 415 litros, una de las mejores cifras en este segmento.

El Skoda Spaceback llama a la puerta de los compactos con razones suficientes como para que le abran. No destacarÔ por su diseño, aunque si lo hace por su personalización. Tampoco lo harÔ por la calidad, aunque si por su gran amplitud. Todos argumentos visuales y prÔcticos que deben acompañarse de sensaciones tras su volante. SerÔ mañana cuando arranquemos el motor 1.6 TDI de 90 CV de este Spaceback que ademÔs, viene asociado a la caja de cambios DSG de 7 velocidades.

Puedes encontrar mÔs información sobre el Skoda Spaceback 1.6 TDI 90 CV DSG en la parte de comportamiento dinÔmico y consumos y en el anÔlisis de precio y equipamiento.


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