Prueba Volvo V40 D2 114 CV Momentum: motor, conducción y consumos

El Volvo V40 D2 equipa el motor Diésel menos potente de la gama. Con sólo 114CV ofrece unas prestaciones suficientes para moverse con tranquilidad y presume de unos consumos ridículos. Te lo contamos con más detalle, mientras te recordamos que el Volvo V40 es uno de los coches candidatos a Coche del Año en Internet 2013, puedes votar desde aqui y ganar un iPad Mini

Motor y conduccion

El Volvo V40 está a la venta con tres motores Diésel (D2 de 114 CV,  D3 de 150 CV y D4 de 177 CV) y tres de gasolina (T2 de 120CV, T4 de 179 CV y T5 de 254 CV).
Los D3, D4 y T5 tienen cinco cilindros, mientras que el resto se conforman con los habituales cuatro «potes». No hay muchos compactos en el mercado que lleven motores de más de cuatro cilindros.

Todos los motores llevan de serie cambio manual de seis velocidades salvo el T5 que lleva uno automático Geartronic de convertidor de par. Como opción los Diésel pueden llevar el automático y el T4 puede llevar una automática de doble embrague y seis velocidades llamada “Poweshift”.

El motor de nuestra prueba es el D2 de 114CV, con el motor 1.6 litros Diésel. El resto de motores tiene 2 litros de cilindrada salvo el T5 que tiene 2.5 litros.

El Volvo V40 D2 es un coche con el que se puede viajar a ritmo normal con un consumo de carburante muy bajo. Homologa 3,6 litros/100 km aunque recientemente ha recibido pequeños retoques para rebajar esa cifra a 3,4 litros/100 km, siendo así el compacto con el consumo homologado más bajo del mercado (creo).

Si tuviera que destacar algo de la conducción del Volvo V40 es el aplomo y sensación de seguridad que ofrece. Suena a “topicazo” sobre Volvo, pero en este caso es cierto. La suspensión es cómoda con un punto firme ya que las oscilaciones de la carrocería parecen cortas, y gracias a los neumáticos de serie (típico 205/55 R16) el coche avisa con mucha antelación sobre los límites de adherencia y cuando comienza a derrapar lo hace de forma progresiva y controlable.

Lo he probado durante más de 1.000 km por todo tipo de carreteras y no se le atraganta nada. En mi opinión donde mejor se desenvuelve es en carreteras secundarias de velocidad media-alta, si necesidad de tener un firme en excelente estado ya que las ruedas y la suspensión filtran bien y sujetan lo suficiente. En autovías va bien pero a alta velocidad se podría echar de menos algo más de firmeza, aunque no por ello se note inseguridad.

Cuando llega la hora de frenar el pedal se muestra contundente y aunque tras varias frenadas a fondo comienza a desfallecer, me parece más de lo que el 95% de los conductores van a exigir alguna vez al coche. Su carrocería no se descontrola más de la cuenta al frenar en pleno apoyo, y cuando las cosas se ponen realmente feas el ESP actúa con suavidad y eficacia. Como ya he dicho es neutro, suave, predecible y muy noble, exactamente lo necesario para hacer kilómetros.

En carreteras muy reviradas y con desniveles, el motor se siente falto de fuerza a bajos regímenes y para poder movernos con agilidad deberemos recurrir al cambio frecuentemente. Si el coche va cargado, se hace imprescindible usar el cambio de velocidades para mantenerlo a regímenes medios de giro. Si lo vamos a usar frecuentemente a plena carga en carretera con muchos desniveles quizá deberíamos plantearnos el D3 con motor 5 cilindros y más lleno en bajos.

En ciudad el coche es una delicia: la dirección se vuelve muy blanda a bajas velocidades y las marchas entran con muchísima suavidad, incluso es posible reducir a 1º con el coche en marcha sin rascar y sin tirones. El Start&Stop (de serie en todos los motores) funciona sin brusquedades y algo mejor que en alguna marca de más renombre.

Consumos

Como ya hemos adelantado el consumo homologado de este Volvo V40 D2 es de lo mejorcito de la categoría. El motor 1.6 litros de 114 CV se ha conformado con 5,3 litros a lo largo de nuestra prueba de más de 1.000 km. Teniendo en cuenta que la conducción que hacemos es algo más exigente que la que practican la media de conductores, el dato obtenido es muy bueno.

Incluso en conducción muy exigente por carretera revirada y fuertes desniveles, el consumo se ha mantenido por debajo de los 7 litros/100 km, lo cual está muy bien. El consumo de la foto fue obtenido tras 130 km a buen ritmo por carretera de montaña.

En carretera convencional a ritmo normal y con pocos adelantamientos el consumo medio se quedó en 4,5 litros/100 km. En ciudad a ritmo agil con tráfico despejado el consumo subió hasta 5,1 litros, una cifra que sigue siendo buena.

Continuará…

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