La firma francesa del rombo ha llegado al Salón del Automóvil de Frankfurt con dos productos muy diferentes. Por un lado tenemos el Renault Mégane RS con 280 CV, que es la versión más prestacional del modelo compacto, y por otro lado el futurista prototipo que responde al nombre de Renault Symbioz, que es quien nos ocupa estas líneas.
El Renault Symbioz es un anticipo de cómo ve Renault la movilidad para un futuro relativamente cercano, para el año 2030. Es por ello que han construido este prototipo como, según ellos mismos definen, “un vehículo eléctrico, autónomo y conectado, integrado en el ecosistema en el que el hombre evoluciona”. Guste más o guste menos, lo cierto es que su diseño es espectacular.
Muy lejano a los diseños actuales, el Renault Symbioz es concept-car de 4,7 metros de largo y casi 2 metros de ancho. La estética exterior presume de una gran superficie acristalada, formas muy aerodinámicas, rasgos muy finos, formas fluidas, llantas de muy grandes dimensiones y dos puertas en cada lateral. Si Renault quería llamar la atención en el plano estético lo ha conseguido sobradamente.
La marca del rombo dice que es una especie de continuación de nuestro hogar, y la verdad es que viendo las imágenes de su habitáculo no lo ponemos en duda. Disfruta de cuatro butacas, una gran modularidad y prácticamente podría ser una pequeña sala de reuniones móvil, pues los materiales utilizados para ciertos elementos los podríamos encontrar también en un salón. Como no podría ser de otra manera, no faltan ni la conducción autónoma ni la conectividad con el mundo exterior.
De su propulsión se encargan dos motores eléctricos ubicados en las ruedas traseras y las baterías se encuentran bajo el piso, afirmando que la autonomía y las prestaciones serán muy elevadas. A pesar de ser un coche autónomo, también deja al conductor tomar el control del vehículo (cuando éste lo desee). En caso de escoger la conducción autónoma, el volante y el salpicadero se desplazan para dejar así un habitáculo más espacioso y confortable.