Los sensores de aparcamiento son un equipamiento muy común y útil dentro del repertorio que ofrecen las marcas. Incluso se pueden instalar en un coche a posteriori a través de la propia casa, en un taller especializado o siendo un poco manitas.
Sea cual sea su origen, los principios gracias a los que funcionan estos sensores de aparcamiento siguen siendo los mismos. La diferencia entre unos y otros radica en gran medida en si son por radar, ultrasonidos o electromagnetismo, aunque también en la calidad y la precisión de sus componentes. Como te podrás figurar, no serán iguales lo que traiga de serie el vehículo premium, que unos comprados en Internet por unas pocas decenas de euros.
Cómo funcionan los sensores de aparcamiento
El funcionamiento de este tipo de tecnología depende del tipo de sensor del que estemos hablando. Actualmente existen tres tipos con sus ventajas e inconvenientes, derivados de los principios físicos en los que se basan:
Sensores electromagnéticos
Este tipo de sensores utilizan un campo electromagnético para detectar la presencia de obstáculos. Un método que tiene ventajas como la de permitir bastante precisión y que no tiene puntos ciegos. Esto último se debe a que funciona con una banda metálica pegada por la parte interior del parachoques, que lo cruza de lado a lado.
La desventaja que tiene este sistema es que le interfieren la lluvia y cualquier otro elemento similar. Uno de los motivos por los que es poco usado y se encuentran pocos kits de sensor de aparcamiento electromagnéticos.
Sensores por ultrasonidos
Estos sensores funcionan emitiendo ondas de sonido imperceptibles para el oído humano y cronometrando el tiempo que tardan en volver al chocar con los objetos. Son muy utilizados actualmente porque no son tan fáciles de interferir como los electromagnéticos.
Puedes reconocerlos fácilmente porque para funcionar correctamente deben asomar por el parachoques. Tienen forma circular con un diámetro cercano a 3 cm con un pequeño marco redondo también. Esto suma la dificultad de tener que perforar el parachoques cuando se compra un kit de este tipo para instalarlo en el coche.
Sensores de tipo radar
Estos sensores funcionan gracias al mismo principio que los sensores de ultrasonidos, solo que usan ondas electromagnéticas para que reboten en los objetos. Aun así, no hay que confundirlos con los sensores electromagnéticos, porque mientras que aquellos funcionan gracias a la interacción de los objetos en un campo, los de tipo radar envían ondas electromagnéticas para que reboten.
El hecho de usar este tipo de ondas en vez de sonido, les permite un rango de funcionamiento mucho más amplio. Los hay que pueden detectar otros vehículos acercándose a cientos de metros al mismo tiempo que detectan obstáculo a muy corta distancia.
Independientemente del tipo de sensor que usen estos sistemas, también existe otra diferenciación que atañe al sistema que usan para comunicarse con la centralita: con cable o de forma inalámbrica. Estos últimos son más sencillos de instalar porque los cables no tienen que cruzar el coche.
Instalar sensores de aparcamiento a un coche
Como te hemos dicho, se pueden instalar sensores de aparcamiento a cualquier coche. Hay varias formas de hacerlo con mejores y peores resultados. En primer lugar puede optar por sensores de ultrasonidos o electromagnéticos. Si has leído la parte que habla sobre su funcionamiento, entenderás que nosotros te recomendemos los de ultrasonidos por tener menos interferencias.
También deberás tener en cuenta el número de sensores que traiga el kit. No es recomendable que pongas menos de cuatro sensores por parachoques. De lo contrario tendrás demasiados puntos ciegos y es muy probable que con el tiempo acabes teniendo un percance.
Otro factor que debes tener en cuenta es si el paquete que compres se limita a un avisador por sonido, con luces o que sea un sistema multimedia completo que sustituya a tu radio. Esto depende más de los gustos personales, pero nosotros te recomendamos que elijas lo que elijas, quede lo más integrado con el salpicadero o consola central de tu coche. Puede que por un poco más de dinero, incluso consigas que tu habitáculo gane en apariencia.
Cómo han evolucionado
Desde que los sensores de aparcamiento hicieron su aparición, han evolucionado tanto en su precisión como en su fiabilidad. Actualmente son capaces de medir la distancia que hay hasta el obstáculo en centímetros. Por ejemplo, así son los sensores que equipan los coches de Tesla: Model S, X y 3.
Sin embargo, más que este aumento de exactitud, la evolución más importante de los sensores de aparcamiento es su combinación con otras tecnologías. A días de hoy, forman parte de ayudas a la conducción mucho más complejas, como los sistemas de aparcamiento automático o la frenada de emergencia.
Se trata de que varios sistemas del coche cooperen para conseguir una nueva funcionalidad. Por ejemplo, en el caso del aparcamiento automático, los sensores de aparcamiento ofrecen información al ordenador, para que éste accione la dirección del coche usando los mismos sistemas que el mantenimiento en carril.
Estos sensores también se usan en conjunto con los otros de tipo LIDAR, radares de mayor tamaño y cámaras, para que los sistemas de conducción autónoma tengan suficiente información para conducir por sí solos.