Adrian Newey asumirá el mando de Aston Martin como team principal

  • Adrian Newey será team principal de Aston Martin a partir de 2026, además de socio técnico y accionista del equipo.
  • Andy Cowell deja los cargos de CEO y jefe de equipo para centrarse en la dirección de Estrategia y la integración con Honda, Aramco y Valvoline.
  • El cambio llega tras una temporada 2025 decepcionante, con el AMR25 peleando por el octavo puesto en constructores y fuertes tensiones internas.
  • La reestructuración busca preparar a Aston Martin para el profundo cambio reglamentario de 2026 y aspirar a luchar por el título con Fernando Alonso y Lance Stroll.

adrian newey

El movimiento que llevaba semanas sonando en el paddock ya es oficial: Adrian Newey tomará las riendas deportivas de Aston Martin como team principal a partir de 2026, un paso inédito en la carrera del ingeniero más laureado de la Fórmula 1. El británico, hasta ahora centrado en la parte técnica, pasará a ser el gran referente de la estructura con sede en Silverstone.

La decisión implica una reordenación profunda de la cúpula del equipo. Andy Cowell, que ejercía como CEO y jefe de equipo, deja ambos cargos y asume un rol específico como director de Estrategia, encargado de coordinar el proyecto de unidad de potencia con Honda y la relación técnica con Aramco y Valvoline en plena cuenta atrás hacia la revolución normativa de 2026.

Un giro histórico: Newey, de genio del diseño a jefe de equipo

Con este cambio, Aston Martin coloca a Adrian Newey por primera vez en su trayectoria al frente de una escudería, más allá de los despachos de ingeniería. Hasta ahora, su nombre estaba ligado al diseño de coches campeones en Williams, McLaren y, sobre todo, Red Bull, donde su trabajo contribuyó a una cosecha de títulos que le ha convertido en una referencia casi absoluta del deporte.

Newey llegó a Aston Martin como socio técnico director y accionista, con el encargo de liderar el coche de la nueva era de la F1 que arrancará con el cambio de reglamento de 2026. A sus más de sesenta años, y tras abandonar Red Bull en 2024 después de una relación larga pero cada vez más compleja con la cúpula del equipo de Milton Keynes, da un salto que pocos esperaban: de trabajar en la sombra a encabezar el organigrama deportivo.

Según ha explicado la propia escudería, Newey seguirá guiando al departamento técnico y asumirá además el puesto de team principal, lo que le otorga autoridad sobre el diseño del monoplaza, las operaciones en pista y la gestión diaria de la estructura de carreras. En la práctica, será el máximo responsable del rendimiento del coche y del funcionamiento del equipo durante los grandes premios, por debajo únicamente de Lawrence Stroll en el apartado corporativo.

El nuevo papel de Andy Cowell: de la pista al despacho de Estrategia

andy cowell y adrian newey

La otra cara de esta reestructuración es Andy Cowell, que deja de ser CEO y director del equipo tras poco más de una temporada en el cargo. El ingeniero británico, célebre por su etapa al frente de la división de motores de Mercedes entre 2013 y 2020, había sido fichado por Aston Martin para dirigir la transición hacia un auténtico equipo de fábrica y pilotar los cambios internos de cara a 2026.

Los comunicados oficiales insisten en que el movimiento es una “decisión mutua” y subrayan que Cowell ha sido clave en la implantación de la nueva estructura. Sin embargo, los malos resultados del AMR25 y las informaciones sobre desencuentros con Newey han pesado en el desenlace. En Las Vegas ya se había filtrado que el británico pasaría a un rol de segundo plano y que se buscaba un nuevo jefe de equipo, con nombres como Christian Horner o Andreas Seidl sobre la mesa.

A partir de ahora, Cowell se centrará en coordinar la integración de la nueva unidad de potencia desarrollada junto a Honda, así como en optimizar las sinergias con Aramco (combustible) y Valvoline (lubricantes). Su misión será asegurar que motor, chasis y combustibles trabajan como un único bloque, algo crítico en la próxima generación híbrida de F1, con un incremento importante del componente eléctrico.

Tensiones internas y la intervención directa de Lawrence Stroll

El cambio en la cúpula no se entiende sin el contexto interno. En la fábrica de Silverstone se hablaba desde hace semanas de fricciones entre Cowell y Newey, especialmente en lo relativo a la distribución de competencias y al liderazgo del proyecto de 2026. Fuentes del entorno del equipo apuntaban a “dos grandes jefes” con visiones diferentes sobre quién debía mandar.

Ante esa situación, Lawrence Stroll decidió intervenir personalmente. El propietario del equipo, que ha invertido de forma masiva para convertir Aston Martin en aspirante al título, ha optado por dar a Newey las “llaves” de la escudería y mover a Cowell a un puesto más específico. No es un simple retoque: supone que el ingeniero aerodinámico pasa a ser la referencia inequívoca del proyecto deportivo, además de la mente que dibuja el coche.

En público, Stroll se ha mostrado elogioso con ambos. De Cowell ha destacado que “ha sido un líder excepcional, centrado en construir un equipo de primera clase y en devolver el coche de carreras al centro de la actividad”, al tiempo que insiste en que el cambio se hace “en interés del equipo”. Sobre Newey, subraya que su nuevo cargo permitirá explotar al máximo su creatividad y experiencia, algo que la estructura considera vital para afrontar el cambio de normativa.

Una temporada 2025 por debajo de lo esperado

Este terremoto directivo llega en un momento delicado en la pista. El AMR25 ha quedado lejos de los objetivos marcados y Aston Martin se mueve en el octavo puesto del Mundial de Constructores, únicamente por delante de estructuras en crisis como Sauber y Alpine, y con el riesgo real de verse superado en la recta final del campeonato.

La base heredada del coche de 2024 no funcionó como se esperaba y, pese a diversas evoluciones introducidas a partir de Imola, el monoplaza ha mostrado carencias importantes: mejoría en trazados lentos y revirados, pero graves problemas de velocidad punta en circuitos de baja carga aerodinámica. El equipo ha quedado lejos de su meta de liderar la zona media y acercarse al grupo de los cuatro grandes.

Ese rendimiento ha tenido impacto directo en sus pilotos. Fernando Alonso y Lance Stroll se mueven en la zona media-baja de la clasificación, con el español llegando a decir que afrontaría las dos últimas carreras de 2025 como una especie de despedida del coche actual porque “no lo volveremos a conducir”. El fracaso competitivo ha servido de catalizador para acelerar unos cambios internos que ya se venían gestando.

Fernando Alonso, el gran beneficiado potencial

En clave española, la noticia sitúa a Fernando Alonso en el centro de un proyecto construido alrededor de Adrian Newey. El asturiano, que ya ha dejado claro que su gran objetivo es volver a pelear por el título mundial si se presenta la oportunidad, ve cómo su equipo apuesta por uno de los cerebros más respetados del paddock para liderar la nueva etapa.

La combinación de un doble campeón del mundo como Alonso, un propietario dispuesto a invertir como Stroll y un diseñador de referencia como Newey convierte a Aston Martin en uno de los focos de atención de cara a 2026. En teoría, el nuevo organigrama debería agilizar la toma de decisiones técnicas y ofrecer una dirección más clara tanto en la fábrica como en las pistas europeas, donde el equipo disputa buena parte del calendario.

Al mismo tiempo, Lance Stroll continuará formando dupla con Alonso, contando con la ventaja de trabajar con una estructura muy alineada con su padre y con un monoplaza concebido desde cero bajo las ideas de Newey. La expectativa en Europa es que Silverstone se consolide como uno de los centros neurálgicos del desarrollo técnico de la categoría en la nueva era híbrida.

2026: nueva normativa, nuevo motor y nuevo poder interno

El reordenamiento de cargos llega con 2026 en el horizonte, un año que se percibe como la mayor revolución reglamentaria en la F1 en una generación. Cambiarán los coches, con modificaciones profundas en el chasis y la aerodinámica, y cambiarán también las unidades de potencia, con más peso de la parte eléctrica y nuevas exigencias de eficiencia.

En ese contexto, Aston Martin pasará a ser equipo de fábrica con Honda como nuevo suministrador de motores, dejando atrás su vínculo con Mercedes. El rol de Cowell será clave para que esa transición no se convierta en un quebradero de cabeza: su experiencia en el dominio híbrido de Mercedes le coloca como pieza fundamental para coordinar a los socios técnicos y garantizar que motor, combustible y lubricante encajan con el chasis diseñado en Silverstone.

Por su parte, Newey ya trabaja en el coche de 2026, un monoplaza que deberá explotar al máximo las oportunidades del nuevo reglamento. Su nombramiento como team principal le permitirá alinear la filosofía técnica del coche con la estrategia deportiva y operativa del equipo, evitando las duplicidades y conflictos que se habían generado en los últimos meses.

Una larga lista de cambios en la estructura de Aston Martin

El nombramiento de Newey como jefe de equipo no es un hecho aislado, sino un capítulo más en la cadena de reestructuraciones que ha vivido Aston Martin desde que Lawrence Stroll tomó el control del proyecto de Fórmula 1. En los últimos años se han sucedido movimientos importantes tanto en la fábrica como en el muro de boxes.

Antes de la llegada de Cowell y Newey, el equipo ya había reconfigurado su organigrama técnico: salieron figuras de peso como Andrew Green y Tom McCullough; posteriormente, se incorporaron y acabaron dejando el proyecto nombres como Dan Fallows o Eric Blandin, ambos relacionados con el área aerodinámica y de diseño. Mike Krack fue relevado de su rol de team principal y reubicado como ingeniero jefe de pista, en otro intento de dar un nuevo impulso a la estructura.

El último paso consiste en ceder el control directo a la dupla Newey-Cowell, cada uno en su especialidad. El primero, marcando la dirección técnica y deportiva desde la posición de team principal; el segundo, concentrado en la integración de los socios de motor y en la parte estratégica a medio y largo plazo. La intención es reducir las fricciones internas y dar estabilidad a un proyecto que ha cambiado demasiadas veces de mando en muy poco tiempo.

La experiencia acumulada de Newey como aval

Si algo respalda la apuesta de Aston Martin es el historial del propio Newey. A lo largo de su carrera ha participado en la consecución de múltiples mundiales de constructores y pilotos, con coches que marcaron época en diferentes escuderías y reglamentos. Desde los monoplazas dominantes de Williams en los años noventa hasta los Red Bull que han arrasado en la última década, su firma ha estado detrás de algunos de los diseños más influyentes de la historia de la F1.

Entre los pilotos que han logrado títulos con sus coches se encuentran nombres como Alain Prost, Sebastian Vettel o Max Verstappen, además de otros campeones y contendientes habituales. Esa capacidad para interpretar los cambios reglamentarios y convertirlos en ventajas técnicas es lo que ahora busca aprovechar Aston Martin ante el nuevo escenario de 2026.

Aunque tradicionalmente ha preferido mantener un perfil bajo, Newey siempre ha demandado cierto grado de poder de decisión en las estructuras donde ha trabajado. Esa ambición acabó propiciando su salida de Williams a finales de los noventa y condicionó su larga etapa en Red Bull. En Silverstone, Stroll le ofrece precisamente ese marco: responsabilidad plena sobre el coche y la organización deportiva.

Con este movimiento, Aston Martin coloca a Adrian Newey en el centro absoluto de su proyecto de Fórmula 1, con Andy Cowell enfocado en la integración del nuevo motor Honda y el resto de socios técnicos, y Lawrence Stroll supervisando la parte comercial desde la presidencia ejecutiva; una combinación de perfiles que pretende transformar a la escudería de Silverstone, muy pendiente en España por el futuro de Fernando Alonso, en una candidata real a pelear por victorias cuando se abra la nueva era reglamentaria de 2026.

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