Con motivo del centenario del nacimiento de BMW, el pasado año 2016 el fabricante alemán nos mostraba cómo veía el futuro de la movilidad a largo plazo presentando unos prototipos totalmente futuristas y arriesgados para BMW, MINI, Rolls-Royce e incluso en las motos de BMW Motorrad. Diseños espectaculares difíciles de imaginar y unas soluciones técnicas muy vanguardistas. El caso es que el futuro cercano también pasa por la electrificación y BMW empieza a “cubrirse las espaldas” por lo que pueda pasar.
El presidente ejecutivo de BMW, Harald Krueger, ha declarado durante la asamblea anual de accionistas que lanzarán un nuevo crossover BMW X2 y el gran SUV buque insignia BMW X7 con sistemas de propulsión electrificados. Además, tienen “la intención de lanzar más de 40 modelos nuevos y actualizados de las tres marcas premium del grupo durante 2017 y 2018” para que les permitan financiar mejor su estrategia de electrificación a largo plazo.
El BMW Serie 5 ha sido el primer lanzamiento de este 2017 por parte del fabricante teutón, pero aún quedan muchos más. Los BMW i3 y BMW i8 fueron los primeros en recibir sistemas eléctricos para su propulsión, el primero de ellos totalmente eléctrico y el segundo es un modelo deportivo híbrido, pero no quieren quedarse ahí y su objetivo es acercar la propulsión híbrida y eléctrica a las gamas más convencionales y accesibles para los clientes.
“Una estrategia de electrificación exitosa debe ser capaz de hacer frente a una gama de resultados, incluyendo escenarios optimistas o más cautelosos. Si lo conseguimos, podremos conciliar la movilidad sostenible con la rentabilidad sostenible”, ha afirmado el director financiero de BMW, Nicolas Peter. Esto quiere decir que tienen dudas sobre el rendimiento económico que podrán extraer de sus vehículos electrificados, y es que es difícil, a día de hoy, saber realmente si el mercado cambiará totalmente el chip y se decantará por coches eléctricos o si “tendremos miedo” a estas nuevas soluciones de movilidad.